¿Un balance contradictorio?: las claves detrás de la participación de Milei en el G20
¿Un balance contradictorio?: las claves detrás de la participación de Milei en el G20
Sputnik Mundo
El presidente libertario cerró su participación en la cumbre con un discurso abiertamente crítico de la agenda impulsada, pese a firmar en sintonía con los... 20.11.2024, Sputnik Mundo
El presidente Javier Milei culminó su participación en la cumbre del Grupo de los 20 (G20) con fuertes definiciones en materia diplomática. Siendo la reunión con su par chino Xi Jinping su principal logro, el argentino se despidió de Río de Janeiro habiendo expresado sus profundas diferencias respecto a la agenda general que se signó en el encuentro.La exclusión de la "foto de familia" de los líderes mundiales presentes es apenas un capítulo anecdótico, pero que, en cierta forma, sirve de metáfora respecto a la distancia entre los ideales profesados por el libertario y los impulsados por sus pares globales.Si bien Milei terminó firmando su adhesión tanto a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza —iniciativa fundamental del brasileño Luiz Inacio Lula da Silva— como al documento final de la cumbre, utilizó su discurso para marcar sus abiertas diferencias, denunciando el "error de que para combatir el hambre y la pobreza hace falta mayor intervención estatal y mayor planificación centralizada de la economía".Más tarde, un comunicado de la Oficina del Presidente argentino remarcó la crítica de Buenos Aires respecto al documento consensuado unánimemente, sobre todo en el capítulo relativo a la denominada Agenda 2030. "A casi 70 años de haberse inaugurado este sistema de cooperación internacional, es hora de reconocer que este modelo está en crisis", asegura el texto.De la cumbre, Milei también se llevó una de las fotografías más importantes de su gestión: la que ilustró su encuentro con el presidente chino Xi Jinping. Pese a las idas y vueltas en la retórica del libertario respecto al Gobierno del gigante asiático, el argentino celebró su primera reunión con uno de los principales líderes del mundo. Horas más tarde tuvo una bilateral con el primer ministro de la India, Narendra Modi.Una de cal, otra de arenaConsultado por Sputnik, el analista internacional Gabriel Merino consideró que "para Milei, el G20 da como resultado un balance ambivalente. Por un lado, se llevó muy buenas reuniones, sobre todo la de Xi, pero también la que mantuvo con Modi o con el francés Emmanuel Macron. Sin embargo, tanto por la marginación de la fotografía oficial de mandatarios como por su disidencia en aspectos tan sustanciales, es evidente que Argentina fue el país díscolo de la cumbre"."La agenda del Gobierno claramente es muy distante de la del resto de países y, sobre todo, la del anfitrión. A duras penas, Milei firmó el documento básicamente para no quedar demasiado aislado, algo que ya se aventuraba desde el momento en que su crítico discurso no fue recibido con mucha emoción por sus pares", apuntó el experto.¿La foto más preciada?Sin lugar a dudas, uno de los principales activos que Milei lleva de vuelta a Buenos Aires es su cumbre con Xi Jinping, tras meses de fuertes tensiones a partir de los descalificativos que el argentino había proferido hacia Pekín, a cuyo Gobierno intentó agraviar tildándolo de "comunista"."Era previsible que Milei terminara acomodándose a la realidad material, que indica que Argentina necesita a China tanto como uno de sus socios comerciales principales como desde el lugar de fuente de financiamiento y superpotencia mundial", consideró Merino.Según el experto, el acercamiento a uno de los países fundadores de los BRICS —bloque al cual la administración Milei rechazó ingresar tras recibir la invitación formal— constituye un paso en la dirección correcta. "Pekín se ha convertido en el prestamista de última instancia de Argentina, básicamente porque es una fuerte alternativa respecto al Fondo Monetario Internacional", apuntó.El punto resaltado por el analista es de vital importancia, puesto que Buenos Aires aún mantiene conversaciones con las autoridades del FMI para encaminarse hacia un nuevo acuerdo crediticio que incluya el desembolso de fondos frescos que refuercen el programa económico del Gobierno. En ese marco, Milei se reunió también con la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, quien aseguró que la conversación resultó "productiva".Según Merino, "si bien la reunión fue protocolar, exhibe la necesidad del Gobierno de lograr financiamiento, pero también la del FMI para asegurarse de que la deuda será devuelta. Hay que recordar que Argentina es el principal deudor del organismo".Consultado acerca del impacto del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca —dado que Estados Unidos mantiene un peso insoslayable en las decisiones organismo—, en virtud de la afinidad personal con Milei, Merino fue cauto al afirmar que "no está claro si la cercanía entre ambos mandatarios va a redundar en un beneficio concreto para el Gobierno argentino, pero está claro que esta es la apuesta de Buenos Aires".
El presidente libertario cerró su participación en la cumbre con un discurso abiertamente crítico de la agenda impulsada, pese a firmar en sintonía con los demás mandatarios. Entre la ansiada reunión con Xi Jinping y la tensión con el anfitrión Lula Da Silva, "el balance para Milei es contradictorio", dijo a Sputnik un analista.
El presidente Javier Milei culminó su participación en la cumbre del Grupo de los 20 (G20) con fuertes definiciones en materia diplomática. Siendo la reunión con su par chino Xi Jinping su principal logro, el argentino se despidió de Río de Janeiro habiendo expresado sus profundas diferencias respecto a la agenda general que se signó en el encuentro.
La exclusión de la "foto de familia" de los líderes mundiales presentes es apenas un capítulo anecdótico, pero que, en cierta forma, sirve de metáfora respecto a la distancia entre los ideales profesados por el libertario y los impulsados por sus pares globales.
Ontem, a foto da Aliança Global Contra a Fome e a Pobreza. Hoje, o registro da reunião do G20.
Si bien Milei terminó firmando su adhesión tanto a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza —iniciativa fundamental del brasileño Luiz Inacio Lula da Silva— como al documento final de la cumbre, utilizó su discurso para marcar sus abiertas diferencias, denunciando el "error de que para combatir el hambre y la pobreza hace falta mayor intervención estatal y mayor planificación centralizada de la economía".
Más tarde, un comunicado de la Oficina del Presidente argentino remarcó la crítica de Buenos Aires respecto al documento consensuado unánimemente, sobre todo en el capítulo relativo a la denominada Agenda 2030. "A casi 70 años de haberse inaugurado este sistema de cooperación internacional, es hora de reconocer que este modelo está en crisis", asegura el texto.
"Nos han llegado a acusar de promover discursos de odio, de antidemocráticos o de ser un peligro para los derechos humanos, meramente por tener una opinión disidente Los mecanismos de gobernanza global ofrecen solo dos caminos: sumisión o rebeldía. Antes que ser esclavos, nosotros preferimos la rebeldía", remarcó Milei durante su alocución.
De la cumbre, Milei también se llevó una de las fotografías más importantes de su gestión: la que ilustró su encuentro con el presidente chino Xi Jinping. Pese a las idas y vueltas en la retórica del libertario respecto al Gobierno del gigante asiático, el argentino celebró su primera reunión con uno de los principales líderes del mundo. Horas más tarde tuvo una bilateral con el primer ministro de la India, Narendra Modi.
Una de cal, otra de arena
Consultado por Sputnik, el analista internacional Gabriel Merino consideró que "para Milei, el G20 da como resultado un balance ambivalente. Por un lado, se llevó muy buenas reuniones, sobre todo la de Xi, pero también la que mantuvo con Modi o con el francés Emmanuel Macron. Sin embargo, tanto por la marginación de la fotografía oficial de mandatarios como por su disidencia en aspectos tan sustanciales, es evidente que Argentina fue el país díscolo de la cumbre".
"La agenda del Gobierno claramente es muy distante de la del resto de países y, sobre todo, la del anfitrión. A duras penas, Milei firmó el documento básicamente para no quedar demasiado aislado, algo que ya se aventuraba desde el momento en que su crítico discurso no fue recibido con mucha emoción por sus pares", apuntó el experto.
"Las declaraciones de Mileiresponden a su agenda ideológica y no a las necesidades del país. Incluso, creo que no apuntan a desprestigiar a estos foros sino simplemente a dejar asentada su agenda tan rupturista", apuntó el investigador.
¿La foto más preciada?
Sin lugar a dudas, uno de los principales activos que Milei lleva de vuelta a Buenos Aires es su cumbre con Xi Jinping, tras meses de fuertes tensiones a partir de los descalificativos que el argentino había proferido hacia Pekín, a cuyo Gobierno intentó agraviar tildándolo de "comunista".
"Era previsible que Milei terminara acomodándose a la realidad material, que indica que Argentina necesita a China tanto como uno de sus socios comerciales principales como desde el lugar de fuente de financiamiento y superpotencia mundial", consideró Merino.
"Milei recorrió un arco narrativo que culminó con un fuerte giro pragmático, que desde ya es importante porque una ruptura de relaciones hubiera sido muy perjuiciosa para el país. Cuando Argentina mira hacia China ve una fuente de obras de infraestructura estratégicas muy relevantes para el desarrollo del país. Siempre es preferible el pragmatismo a un alineamiento irrestricto hacia Washington", apuntó el analista.
Según el experto, el acercamiento a uno de los países fundadores de los BRICS —bloque al cual la administración Milei rechazó ingresar tras recibir la invitación formal— constituye un paso en la dirección correcta. "Pekín se ha convertido en el prestamista de última instancia de Argentina, básicamente porque es una fuerte alternativa respecto al Fondo Monetario Internacional", apuntó.
El punto resaltado por el analista es de vital importancia, puesto que Buenos Aires aún mantiene conversaciones con las autoridades del FMI para encaminarse hacia un nuevo acuerdo crediticio que incluya el desembolso de fondos frescos que refuercen el programa económico del Gobierno. En ese marco, Milei se reunió también con la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, quien aseguró que la conversación resultó "productiva".
Had another productive meeting with President @JMilei of Argentina. We took stock of the impressive progress in stabilizing the economy and making it more market-based. We stand ready to support Argentina and its people in building on these achievements. pic.twitter.com/pTqFYZjdFA
Según Merino, "si bien la reunión fue protocolar, exhibe la necesidad del Gobierno de lograr financiamiento, pero también la del FMI para asegurarse de que la deuda será devuelta. Hay que recordar que Argentina es el principal deudor del organismo".
"Una buena relación con el FMI puede destrabar una ayuda que sustente el programa económico, centralmente destinado a robustecer las reservas, eliminar las trabas cambiarias y terminar de controlar la inflación", aseguró el experto.
Consultado acerca del impacto del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca —dado que Estados Unidos mantiene un peso insoslayable en las decisiones organismo—, en virtud de la afinidad personal con Milei, Merino fue cauto al afirmar que "no está claro si la cercanía entre ambos mandatarios va a redundar en un beneficio concreto para el Gobierno argentino, pero está claro que esta es la apuesta de Buenos Aires".
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