Pobreza extrema en Argentina: más de un millón de niños no tienen comida para cenar
Pobreza extrema en Argentina: más de un millón de niños no tienen comida para cenar
Sputnik Mundo
Según un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), más de siete millones de niños argentinos viven en situación de pobreza y unos 10... 15.08.2024, Sputnik Mundo
Casi cinco millones de adultos en Argentina ceden su porción de comida para priorizar a sus hijos. "No hay ningún indicio de que esta situación pueda revertirse", dijo a Sputnik el sociólogo Isaac Rudnik.La crisis social que atraviesa Argentina tiene una de sus caras más sensibles en su impacto en la infancia. Según Unicef, más de un millón de niños se va a dormir sin antes cenar. Además, un millón y medio de chicos saltea alguna de sus comidas durante el día porque sus padres no logran acceder a comprarlas.Los datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia fueron publicados en el marco de la campaña El hambre no tiene final feliz. El informe grafica una álgida situación social reflejada en datos elocuentes, como que cuatro millones y medio de adultos argentinos ceden sus porciones de comida para priorizar a sus hijos.Las cifras volcadas se condicen con los datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, que arrojó, con base en información oficial, que la pobreza ya alcanza al 55% de la población, mientras que la indigencia —pobreza extrema signada por la malnutrición— afecta al 20,3% de los argentinos. Según el organismo, el 70% de los menores vive en la pobreza: esto equivale a unos siete millones de niños y niñas.La caída del poder adquisitivo de los ingresos, en medio de la flagrante recesión que impacta en sensibles indicadores como el nivel de empleo, convive con el aumento de precios al calor de la inflación. Según Unicef, al menos 10 millones de menores de 18 años comen menos carnes y lácteos que en el año 2023.El informe consigna que, además, el 9% de las familias tuvo que salir de la medicina privada, compañías conocidas como prepagas, debido al ajuste en los gastos.Hipotecar el futuro"Eso constituye una hipoteca del país: estos chicos son los que en unos años quizás no puedan insertarse en el mercado de trabajo, sufriendo un perjuicio que va a afectar a toda la economía", afirmó el experto.Consultado por Sputnik, Isaac Rudnik, director del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana, sostuvo que "estos datos reflejan cómo la política económica del Gobierno de Milei, que debido a la licuación de ingresos, ha elevado la pobreza en los más vulnerables. Sabemos que la indigencia en los niños siempre es mayor a la de las otras franjas etarias".De acuerdo al investigador, la pauperización de los indicadores sociales responde directamente al ajuste fiscal desplegado por el Poder Ejecutivo. "En los últimos ocho meses se duplicó la cantidad de familias en situación de indigencia, y esto impacta en los más chicos porque en muchos de estos hogares hay más de un niño pequeño", esgrimió."Pasamos de una indigencia del 9,5% a fines del año pasado a una del 20% en el último mes. Esas cifras no hacen más que reflejar la situación cada vez más compleja que se vive en los barrios populares", apuntó Rudnik.Un horizonte cargado de incertidumbreEl dato más acuciante del escenario socioeconómico se refleja en apenas una cifra: mientras que la inflación general de Argentina acumula un inflamable 263,4% en los últimos 12 meses, los alimentos han subido incluso más, hasta un 275,8%."El aumento del precio de los alimentos se conjuga con la pérdida de empleos, teniendo en cuenta que los jefes y jefas de las familias vulnerables suelen tener trabajos que llamamos no registrados: estos segmentos son los que más afectados se ven por la licuación de los ingresos", remarcó el investigador.Para Donza, las perspectivas a futuro no resultan alentadoras: "seguramente, la situación que se ha generado en forma tan acelerada durante este año impacte también en un mayor número de niños y niñas en situación de malnutrición"."En el corto y el mediano plazo, a las familias hay que ayudarlas a través de las transferencias directas de asistencia que realiza el Estado por los programas sociales, como está pasando ahora con muchos jóvenes y adultos también", consideró el sociólogo.
Según un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), más de siete millones de niños argentinos viven en situación de pobreza y unos 10 millones consumen menos carne y lácteos en comparación con el año 2023.
Casi cinco millones de adultos en Argentina ceden su porción de comida para priorizar a sus hijos. "No hay ningún indicio de que esta situación pueda revertirse", dijo a Sputnik el sociólogo Isaac Rudnik.
La crisis social que atraviesa Argentina tiene una de sus caras más sensibles en su impacto en la infancia. Según Unicef, más de un millón de niños se va a dormir sin antes cenar. Además, un millón y medio de chicos saltea alguna de sus comidas durante el día porque sus padres no logran acceder a comprarlas.
Los datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia fueron publicados en el marco de la campaña El hambre no tiene final feliz. El informe grafica una álgida situación social reflejada en datos elocuentes, como que cuatro millones y medio de adultos argentinos ceden sus porciones de comida para priorizar a sus hijos.
Las cifras volcadas se condicen con los datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, que arrojó, con base en información oficial, que la pobreza ya alcanza al 55% de la población, mientras que la indigencia —pobreza extrema signada por la malnutrición— afecta al 20,3% de los argentinos. Según el organismo, el 70% de los menores vive en la pobreza: esto equivale a unos siete millones de niños y niñas.
La caída del poder adquisitivo de los ingresos, en medio de la flagrante recesión que impacta en sensibles indicadores como el nivel de empleo, convive con el aumento de precios al calor de la inflación. Según Unicef, al menos 10 millones de menores de 18 años comen menos carnes y lácteos que en el año 2023.
El informe consigna que, además, el 9% de las familias tuvo que salir de la medicina privada, compañías conocidas como prepagas, debido al ajuste en los gastos.
Hipotecar el futuro
"El dato es gravísimo porque se trata de personas en etapas de desarrollo físico y cognitivo. La pobreza infantil es un problema ya estructural de la Argentina", dijo a Sputnik Eduardo Donza, sociólogo e investigador del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina.
"Eso constituye una hipoteca del país: estos chicos son los que en unos años quizás no puedan insertarse en el mercado de trabajo, sufriendo un perjuicio que va a afectar a toda la economía", afirmó el experto.
Consultado por Sputnik, Isaac Rudnik, director del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana, sostuvo que "estos datos reflejan cómo la política económica del Gobierno de Milei, que debido a la licuación de ingresos, ha elevado la pobreza en los más vulnerables. Sabemos que la indigencia en los niños siempre es mayor a la de las otras franjas etarias".
De acuerdo al investigador, la pauperización de los indicadores sociales responde directamente al ajuste fiscal desplegado por el Poder Ejecutivo. "En los últimos ocho meses se duplicó la cantidad de familias en situación de indigencia, y esto impacta en los más chicos porque en muchos de estos hogares hay más de un niño pequeño", esgrimió.
"Pasamos de una indigencia del 9,5% a fines del año pasado a una del 20% en el último mes. Esas cifras no hacen más que reflejar la situación cada vez más compleja que se vive en los barrios populares", apuntó Rudnik.
Un horizonte cargado de incertidumbre
El dato más acuciante del escenario socioeconómico se refleja en apenas una cifra: mientras que la inflación general de Argentina acumula un inflamable 263,4% en los últimos 12 meses, los alimentos han subido incluso más, hasta un 275,8%.
"El fuerte alza de los productos básicos no ha tenido su correlato en las remuneraciones de los jefes y jefas de hogar. Esto repercute directamente en la baja de consumo de algunos productos indispensables, como los lácteos y las carnes", consignó Rudnik.
"El aumento del precio de los alimentos se conjuga con la pérdida de empleos, teniendo en cuenta que los jefes y jefas de las familias vulnerables suelen tener trabajos que llamamos no registrados: estos segmentos son los que más afectados se ven por la licuación de los ingresos", remarcó el investigador.
Para Donza, las perspectivas a futuro no resultan alentadoras: "seguramente, la situación que se ha generado en forma tan acelerada durante este año impacte también en un mayor número de niños y niñas en situación de malnutrición".
"No hay ningún indicio de que esta situación pueda revertirse. De hecho, en virtud de cómo avanza esta tendencia es probable que en el futuro aumente la cantidad de niños y niñas en situación de malnutrición", apuntó.
"En el corto y el mediano plazo, a las familias hay que ayudarlas a través de las transferencias directas de asistencia que realiza el Estado por los programas sociales, como está pasando ahora con muchos jóvenes y adultos también", consideró el sociólogo.
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