En los países ricos crece el rechazo al aumento de la inmigración
En los países ricos crece el rechazo al aumento de la inmigración
Sputnik Mundo
El rechazo a la inmigración en los países ricos como Australia, Gran Bretaña o Estados Unidos ha ido en aumento en tiempos recientes, lo cual ha derivado en... 22.07.2024, Sputnik Mundo
En Estados Unidos, alrededor de la mitad de sus habitantes están a favor de deportar a todos los extranjeros que viven en el país ilegalmente, mientras que en Australia solo el 10% de las personas apoyan la llegada de inmigrantes, de acuerdo con un artículo publicado por el diario The Economist.No solo la población rechaza la inmigración, sino que además los gobiernos han optado por impulsar medidas y discursos orientados a restringir dicho fenómeno. Por ejemplo, el diario menciona que el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, quiere que el país “dependa menos de los inmigrantes entrenando a más trabajadores nacionales”.El ejemplo más sonado es el de la propuesta del expresidente de EEUU, Donald Trump, quien como parte de su campaña para buscar la reelección ha prometido una deportación masiva que afectaría a aproximadamente 7,5 millones de personas.De acuerdo con el diario, dichas medidas y discursos coinciden con un periodo de altos movimientos migratorios. Al respecto se señala que, en los últimos tres años, 15 millones de personas han migrado a países ricos, el mayor aumento en tiempos recientes. Tan solo el año pasado, 3 millones de personas aproximadamente inmigraron a EEUU, 1,3 millones a Canadá y 700.000 al Reino Unido.Empero, el texto también destaca que este pico podría haber llegado ya a su final, ya sea por la menor oferta de empleos en dichos países o bien, por las propias medidas antimigración que han establecido sus gobiernos.Por ejemplo, se reporta que la migración a Canadá se ha reducido casi a la mitad de su reciente pico alcanzado, mientras que en la Unión Europea, el número de personas deportadas a sus países de origen ha aumentado un 50% en los dos últimos años.En este contexto, el artículo destaca que algunas medidas antimigración, sobre todo aquellas que plantean deportaciones masivas, tendrían serias consecuencias económicas.
El rechazo a la inmigración en los países ricos como Australia, Gran Bretaña o Estados Unidos ha ido en aumento en tiempos recientes, lo cual ha derivado en políticas para su restricción.
En Estados Unidos, alrededor de la mitad de sus habitantes están a favor de deportar a todos los extranjeros que viven en el país ilegalmente, mientras que en Australia solo el 10% de las personas apoyan la llegada de inmigrantes, de acuerdo con un artículo publicado por el diario The Economist.
No solo la población rechaza la inmigración, sino que además los gobiernos han optado por impulsar medidas y discursos orientados a restringir dicho fenómeno. Por ejemplo, el diario menciona que el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, quiere que el país “dependa menos de los inmigrantes entrenando a más trabajadores nacionales”.
El ejemplo más sonado es el de la propuesta del expresidente de EEUU, Donald Trump, quien como parte de su campaña para buscar la reelección ha prometido una deportación masiva que afectaría a aproximadamente 7,5 millones de personas.
"Tampoco son solo palabras. Australia, Gran Bretaña y Canadá están tomando medidas enérgicas contra las universidades 'fábricas de títulos' que ofrecen cursos que permiten el ingreso de personas cuya verdadera intención es trabajar. Este año Canadá espera reducir en un tercio el número de permisos de estudio. Otros países están dificultando que los inmigrantes traigan a sus familiares con ellos. El mes pasado, el presidente Joe Biden anunció medidas para impedir que quienes crucen ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos reciban asilo", destaca el artículo en The Economist.
De acuerdo con el diario, dichas medidas y discursos coinciden con un periodo de altos movimientos migratorios. Al respecto se señala que, en los últimos tres años, 15 millones de personas han migrado a países ricos, el mayor aumento en tiempos recientes. Tan solo el año pasado, 3 millones de personas aproximadamente inmigraron a EEUU, 1,3 millones a Canadá y 700.000 al Reino Unido.
Empero, el texto también destaca que este pico podría haber llegado ya a su final, ya sea por la menor oferta de empleos en dichos países o bien, por las propias medidas antimigración que han establecido sus gobiernos.
Por ejemplo, se reporta que la migración a Canadá se ha reducido casi a la mitad de su reciente pico alcanzado, mientras que en la Unión Europea, el número de personas deportadas a sus países de origen ha aumentado un 50% en los dos últimos años.
En este contexto, el artículo destaca que algunas medidas antimigración, sobre todo aquellas que plantean deportaciones masivas, tendrían serias consecuencias económicas.
"Con el tiempo, los países ricos, que tienen poblaciones que envejecen, necesitarán más trabajadores jóvenes y con ganas de trabajar. Esto se debe a que pocos políticos hablan de medidas como aumentar drásticamente la edad de jubilación o cómo hacer que la atención sanitaria sea mucho más eficiente. Aunque tomar medidas enérgicas contra los recién llegados puede conseguir el apoyo de los políticos por ahora, la lógica económica significa que será una pesadilla mantener esa postura", concluye el artículo.
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