La relación entre México y EEUU, ¿en riesgo por la imposición de aranceles a China?
La relación entre México y EEUU, ¿en riesgo por la imposición de aranceles a China?
Sputnik Mundo
Estados Unidos ya lo ha dicho abiertamente a través de su representante comercial Katherine Tai: le inquieta la relación comercial que tiene su vecino México... 16.05.2024, Sputnik Mundo
La próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) estará marcada por una discusión fundamental: ¿qué tanto el vínculo comercial México-China podría socavar los intereses estadounidenses?El 14 de mayo, la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, aseguró que "el patrón que se está desarrollando es uno que nos preocupa seriamente, y estamos analizando todas nuestras herramientas para ver cómo podemos abordar el problema". Hace unos días, el presidente estadounidense Joe Biden impuso una serie de medidas proteccionistas, reafirmando su guerra comercial con China. Y es que la Casa Blanca anunció la imposición de aranceles por 18.000 millones de dólares a las importaciones de productos estratégicos de China, como el acero, el aluminio, los semiconductores, los vehículos eléctricos, las baterías, los minerales críticos, las células fotovoltaicas y varios artículos médicos. Los gravámenes van del 25% al 100%. Todo ello, argumenta Washington, es para velar por el "futuro económica y la seguridad nacional" del país, así como para no dejar que Pekín los rebase en áreas estratégicas. "Decir 'vamos a impedir que vehículos chinos hechos en México entren a Estados Unidos' sería violatorio del TMEC con las reglas actuales", explica el especialista.¿Qué le estaría diciendo EEUU a México?BYD, la ensambladora de vehículos más grande del mundo, es china. Y justamente esta compañía pretende abrir operaciones en México, algo que podría afectar a la industria automotriz estadounidenses, ya que el país latinoamericano es un gran exportador de autopartes y de vehículos a suelo estadounidense. Pekín, por su parte, ha rechazado contundentemente la imposición de aranceles estadounidenses en su contra. El canciller Wang Yi fue claro al afirmar que "algunos en Estados Unidos han perdido la razón en su afán por asegurar la hegemonía unipolar estadounidense". Según Guajardo, Estados Unidos tiene la idea de que la industria automotriz de vehículos eléctricos es superior, por lo cual competir contra ella "sería una amenaza mortal". "Entonces no importa si vienen de China o si vienen de México, los van a detener [a los automóviles chinos]", agrega.La urgencia de negociarMedios especializados en relaciones internacionales como Foreign Policy han advertido que "México y Estados Unidos deben hablar ya de China", pues las relaciones bilaterales podrían entrar en una fase de fragmentación, si no es que ya han ingresado. Ese "doble fracaso", dice, corre el riesgo de poner las relaciones bilaterales en rumbo de colisión, dadas las elecciones presidenciales casi simultáneas de este año y la próxima revisión del T-MEC en 2026. Y aunque públicamente se ha asociado mucho al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador como impulsor principal de las relaciones México-China, en realidad fue su antecesor, Enrique Peña Nieto, quien abrió las puertas a la inversión china, señala Foreign Policy. "A diferencia de otros países latinoamericanos, México se ha negado a unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, pero China y México han colaborado en varios grandes proyectos de infraestructura. Una empresa estatal china forma parte de un consorcio que construyó un tramo del controvertido Tren Maya, uno de los proyectos de infraestructuras emblemáticos de López Obrador, y otras dos empresas estatales chinas obtuvieron contratos para modernizar los sistemas de metro de Ciudad de México y Monterrey", destaca. Por ello, sugiere, es necesario comenzar conversaciones y negociaciones para evitar la ruptura de una relación comercial bilateral (EEUU-México) que genera tres millones de dólares por minuto.
Estados Unidos ya lo ha dicho abiertamente a través de su representante comercial Katherine Tai: le inquieta la relación comercial que tiene su vecino México con China. Y es que en Washington existe el temor de que Pekín utilice al país latinoamericano para esquivar aranceles y, de ese modo, colar sus productos al mercado estadounidense.
La próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) estará marcada por una discusión fundamental: ¿qué tanto el vínculo comercial México-China podría socavar los intereses estadounidenses?
El 14 de mayo, la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, aseguró que "el patrón que se está desarrollando es uno que nos preocupa seriamente, y estamos analizando todas nuestras herramientas para ver cómo podemos abordar el problema".
Hace unos días, el presidente estadounidense Joe Biden impuso una serie de medidas proteccionistas, reafirmando su guerra comercial con China. Y es que la Casa Blanca anunció la imposición de aranceles por 18.000 millones de dólares a las importaciones de productos estratégicos de China, como el acero, el aluminio, los semiconductores, los vehículos eléctricos, las baterías, los minerales críticos, las células fotovoltaicas y varios artículos médicos. Los gravámenes van del 25% al 100%. Todo ello, argumenta Washington, es para velar por el "futuro económica y la seguridad nacional" del país, así como para no dejar que Pekín los rebase en áreas estratégicas.
"La posibilidad de que China utilice a México como trampolín para vender en Estados Unidos le molesta al Gobierno estadounidense, pero bloquear la inversión extranjera de esta manera sería violatorio del acuerdo comercial [el T-MEC]", apuntó Kenneth Smith Ramos, quien formó parte del equipo mexicano que negoció dicho tratado, en una entrevista con el diario español El País.
"Decir 'vamos a impedir que vehículos chinos hechos en México entren a Estados Unidos' sería violatorio del TMEC con las reglas actuales", explica el especialista.
BYD, la ensambladora de vehículos más grande del mundo, es china. Y justamente esta compañía pretende abrir operaciones en México, algo que podría afectar a la industria automotriz estadounidenses, ya que el país latinoamericano es un gran exportador de autopartes y de vehículos a suelo estadounidense.
"Lo que Estados Unidos está telegrafiando tanto a México como a las compañías chinas es que no se establezcan en México porque no van a poder acceder al mercado estadounidense", consideró Jorge Guajardo, exembajador de México en China, en entrevista con el medio ibérico.
Pekín, por su parte, ha rechazado contundentemente la imposición de aranceles estadounidenses en su contra. El canciller Wang Yi fue claro al afirmar que "algunos en Estados Unidos han perdido la razón en su afán por asegurar la hegemonía unipolar estadounidense".
"Tomar medidas sin escrúpulos contra China no demuestra la fortaleza de Estados Unidos, sino que solo revela que Estados Unidos ha perdido la confianza y el rumbo", criticó el funcionario chino.
Según Guajardo, Estados Unidos tiene la idea de que la industria automotriz de vehículos eléctricos es superior, por lo cual competir contra ella "sería una amenaza mortal". "Entonces no importa si vienen de China o si vienen de México, los van a detener [a los automóviles chinos]", agrega.
Medios especializados en relaciones internacionales como Foreign Policy han advertido que "México y Estados Unidos deben hablar ya de China", pues las relaciones bilaterales podrían entrar en una fase de fragmentación, si no es que ya han ingresado.
"La creciente influencia y actividad de China en México no ha suscitado acciones significativas por parte de la Administración Biden o del Congreso. Y los funcionarios mexicanos tampoco han comprendido en los últimos años cómo China ha revuelto la política exterior estadounidense y alineado a ambos partidos en la necesidad de competir, lo que puede generar importantes problemas políticos para México", observa el análisis de este medio, elaborado por Connor Pfeiffer, director de relaciones con el Congreso de la organización FDD Action.
Ese "doble fracaso", dice, corre el riesgo de poner las relaciones bilaterales en rumbo de colisión, dadas las elecciones presidenciales casi simultáneas de este año y la próxima revisión del T-MEC en 2026.
Y aunque públicamente se ha asociado mucho al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador como impulsor principal de las relaciones México-China, en realidad fue su antecesor, Enrique Peña Nieto, quien abrió las puertas a la inversión china, señala Foreign Policy.
"A diferencia de otros países latinoamericanos, México se ha negado a unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, pero China y México han colaborado en varios grandes proyectos de infraestructura. Una empresa estatal china forma parte de un consorcio que construyó un tramo del controvertido Tren Maya, uno de los proyectos de infraestructuras emblemáticos de López Obrador, y otras dos empresas estatales chinas obtuvieron contratos para modernizar los sistemas de metro de Ciudad de México y Monterrey", destaca.
Por ello, sugiere, es necesario comenzar conversaciones y negociaciones para evitar la ruptura de una relación comercial bilateral (EEUU-México) que genera tres millones de dólares por minuto.
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