El Estado colombiano y la condena por la violencia policial que hizo que un joven perdiera su ojo
El Estado colombiano y la condena por la violencia policial que hizo que un joven perdiera su ojo
Sputnik Mundo
Sputnik habló con Cristian Rodríguez, quien ganó la demanda al Estado de Colombia luego de perder su ojo izquierdo en las protestas sociales de 2019. Su... 02.10.2023, Sputnik Mundo
El 16 de diciembre de 2019, en pleno furor de las protestas sociales en respuesta a las políticas del Gobierno de Iván Duque (2018-2022), Cristian Rodríguez salió como cientos de jóvenes a manifestarse contra una reforma tributaria bastante agresiva contra la clase media colombiana.Ese día, Rodríguez llegó hasta la entrada principal de la Universidad Nacional a lo que parecía una movilización pacífica en Bogotá y que en instantes pasó a ser un batalla campal entre quienes marchaban y el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (ESMAD).Mientras corría para refugiarse, Cristian sintió un estruendo al lado de la cara, una especie de fogonazo y después un corrientazo en todo el cuerpo, como si lo hubieran electrocutado. Cayó al suelo. Por fortuna no perdió la conciencia. "Me auxiliaron integrantes de organizaciones de derechos humanos y me llevaron a una clínica cercana a la que entré por urgencias y donde estuve tres días hospitalizado", relató Rodríguez.Cristian fue herido por una granada aturdidora y sufrió un estallido ocular severo en su ojo izquierdo y la pérdida de la vista. Durante el tiempo que estuvo hospitalizado, amigos y quienes se enteraron de su situación hicieron plantones frente a la clínica para demostrarle su apoyo.Cuando recibió el alta médica, lo primero que hizo fue dirigirse al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, servicio estatal que brinda servicios forenses a la comunidad y a la administración de justicia."Salí a las dos de la tarde y a las cinco estaba allá para que me examinaran y tener un dictamen oficial. Ya en 2020, demandé al Estado colombiano", recuerda Rodríguez.Tres años después, el pasado 29 de septiembre, un juzgado de Bogotá falló a su favor y condenó al Estado a pagarle alrededor de 24.000 dólares, y a sus familiares unos 12.000 dólares más. Asimismo, el joven recibirá otros 40.000 dólares por el lucro cesante, es decir, el dinero que dejó de percibir por culpa de la lesión ocular causada por el ataque del ESMAD.El fallo, el primero a favor de una víctima de lesión ocular en el país, fue largo y tedioso, pues durante el tiempo en el que se realizaron las audiencias de conciliación y se llevó a cabo el proceso, Rodríguez fue intimidado y acosado por miembros de la Policía."Un día llegaron a mi casa a decirme que mi caso había sido archivado. Les pregunté que cómo sabían mi dirección y lo único que repetían era que ya no había nada que hacer. ¡Mentira! Le dije a mi abogado y de inmediato se dejó constancia de la persecución que estaba sufriendo", relata el joven.En total fueron tres audiencias en las que la Policía negó su culpabilidad y reiteró, a través de sus representantes, que no había material probatorio suficiente para demostrar que había sido un ataque intencional.Sin embargo, la jueza determinó que Cristian había sido violentado mientras ejercía su derecho constitucional a la protesta y confirmó lo que ahora no solo es una reivindicación política, sino judicial. "Es un fallo poderoso que reitera que la protesta social pacífica es legítima y que durante las mismas debe primar la defensa de los derechos humanos".El nacimiento de MOCAOEn 2020, pocos meses después de sufrir el ataque, Cristian llegó a un centro para recibir ayuda psicosocial. Allí conoció a otras víctimas de lesiones oculares, también de las protestas de 2019, y que estaban pasando por una situación similar. Empezaron a hablar y a hacerle seguimiento a las protestas sociales en Chile, manifestaciones que estallaron en octubre de 2019.Cristian se dio a la tarea de recorrer otras ciudades de Colombia para buscar a víctimas de lesiones oculares. Estuvo en Cali, en el Eje Cafetero y no solo recogió testimonios, sino que empezó a crear una red que fue creciendo a pesar de la pandemia del COVID-19."En 2020 éramos como cuatro, en el 2021 íbamos por 10 y para 2022 teníamos un grupo con 20 personas. A la fecha somos más de 80 personas que sufrimos ataques en los ojos por parte del ESMAD", recuerda.El movimiento tomó tanta fuerza que vino el diseño del logo, la elección del nombre y la participación en espacios con otras organizaciones sociales para hablar de las protestas y de la necesidad de un cambio. Así nació el Movimiento en Resistencia Contra las Agresiones Oculares del Escuadrón Móvil (MOCAO).Contaron sus casos y empezó su reconocimiento, su injerencia en espacios culturales y la tarea de buscar víctimas en otros países para traspasar las fronteras y crear un vínculo internacional entre quienes han sufrido lesiones oculares.Por eso es que Cristian aplaude la labor del Gobierno de Gustavo Petro, que en principio reconoció a esta organización en una muestra de no estigmatización, y que le abrió las puertas a espacios, como la mesa por la reforma policial, escenario en el que se discute con entidades estatales la mejor manera de tener una fuerza pública que se acoja a la implementación de los derechos humanos y que siga los protocolos internacionales.Por ahora, MOCAO se sigue fortaleciendo, al punto de estar muy cerca de estrenar una obra de teatro dirigida por Patricia Ariza, la primera ministra de Cultura de Petro."Queremos estar presentes en los ámbitos artísticos, sí, pero también queremos que haya una ruta de atención para quienes sufran este tipo de violencias. Nos sentimos solos en su momento y no es justo que nadie pase por lo que pasamos nosotros. Debe existir una atención integral y garantías de no repetición".
Sputnik habló con Cristian Rodríguez, quien ganó la demanda al Estado de Colombia luego de perder su ojo izquierdo en las protestas sociales de 2019. Su experiencia, y la de otras víctimas, dio origen al movimiento MOCAO, que reúne a quienes sufrieron de violencia ocular por parte de la Policía.
Ese día, Rodríguez llegó hasta la entrada principal de la Universidad Nacional a lo que parecía una movilización pacífica en Bogotá y que en instantes pasó a ser un batalla campal entre quienes marchaban y el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (ESMAD).
"Yo estaba en la parte final del grupo y me dio por entrar a la Universidad para alejarme de todo cuando vi que un agente del ESMAD hizo un disparo al aire y cometí el error de salir corriendo", comenta a Sputnik Rodríguez.
Mientras corría para refugiarse, Cristian sintió un estruendo al lado de la cara, una especie de fogonazo y después un corrientazo en todo el cuerpo, como si lo hubieran electrocutado. Cayó al suelo. Por fortuna no perdió la conciencia. "Me auxiliaron integrantes de organizaciones de derechos humanos y me llevaron a una clínica cercana a la que entré por urgencias y donde estuve tres días hospitalizado", relató Rodríguez.
Cristian fue herido por una granada aturdidora y sufrió un estallido ocular severo en su ojo izquierdo y la pérdida de la vista. Durante el tiempo que estuvo hospitalizado, amigos y quienes se enteraron de su situación hicieron plantones frente a la clínica para demostrarle su apoyo.
Cuando recibió el alta médica, lo primero que hizo fue dirigirse al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, servicio estatal que brinda servicios forenses a la comunidad y a la administración de justicia.
"Salí a las dos de la tarde y a las cinco estaba allá para que me examinaran y tener un dictamen oficial. Ya en 2020, demandé al Estado colombiano", recuerda Rodríguez.
Tres años después, el pasado 29 de septiembre, un juzgado de Bogotá falló a su favor y condenó al Estado a pagarle alrededor de 24.000 dólares, y a sus familiares unos 12.000 dólares más. Asimismo, el joven recibirá otros 40.000 dólares por el lucro cesante, es decir, el dinero que dejó de percibir por culpa de la lesión ocular causada por el ataque del ESMAD.
"No fue sencillo recuperarme, mucho menos encontrar trabajo. Nadie te quiere contratar porque no puedes ver por un ojo, sumado a la estigmatización que hay de que quienes marchamos, somos delincuentes", indica Rodríguez.
El fallo, el primero a favor de una víctima de lesión ocular en el país, fue largo y tedioso, pues durante el tiempo en el que se realizaron las audiencias de conciliación y se llevó a cabo el proceso, Rodríguez fue intimidado y acosado por miembros de la Policía.
"Un día llegaron a mi casa a decirme que mi caso había sido archivado. Les pregunté que cómo sabían mi dirección y lo único que repetían era que ya no había nada que hacer. ¡Mentira! Le dije a mi abogado y de inmediato se dejó constancia de la persecución que estaba sufriendo", relata el joven.
En total fueron tres audiencias en las que la Policía negó su culpabilidad y reiteró, a través de sus representantes, que no había material probatorio suficiente para demostrar que había sido un ataque intencional.
Sin embargo, la jueza determinó que Cristian había sido violentado mientras ejercía su derecho constitucional a la protesta y confirmó lo que ahora no solo es una reivindicación política, sino judicial. "Es un fallo poderoso que reitera que la protesta social pacífica es legítima y que durante las mismas debe primar la defensa de los derechos humanos".
El nacimiento de MOCAO
En 2020, pocos meses después de sufrir el ataque, Cristian llegó a un centro para recibir ayuda psicosocial. Allí conoció a otras víctimas de lesiones oculares, también de las protestas de 2019, y que estaban pasando por una situación similar. Empezaron a hablar y a hacerle seguimiento a las protestas sociales en Chile, manifestaciones que estallaron en octubre de 2019.
"Supimos que allá crearon la Coordinadora de Víctimas por Trauma Ocular y dijimos hagámoslo acá. Claro, la situación en Colombia no fue tan crítica como la de Chile en cuanto a este tipo de violencia", señala Rodríguez.
Cristian se dio a la tarea de recorrer otras ciudades de Colombia para buscar a víctimas de lesiones oculares. Estuvo en Cali, en el Eje Cafetero y no solo recogió testimonios, sino que empezó a crear una red que fue creciendo a pesar de la pandemia del COVID-19.
"En 2020 éramos como cuatro, en el 2021 íbamos por 10 y para 2022 teníamos un grupo con 20 personas. A la fecha somos más de 80 personas que sufrimos ataques en los ojos por parte del ESMAD", recuerda.
El movimiento tomó tanta fuerza que vino el diseño del logo, la elección del nombre y la participación en espacios con otras organizaciones sociales para hablar de las protestas y de la necesidad de un cambio. Así nació el Movimiento en Resistencia Contra las Agresiones Oculares del Escuadrón Móvil (MOCAO).
Contaron sus casos y empezó su reconocimiento, su injerencia en espacios culturales y la tarea de buscar víctimas en otros países para traspasar las fronteras y crear un vínculo internacional entre quienes han sufrido lesiones oculares.
"El movimiento se ha consolidado al punto de que este año tuvimos nuestro primer encuentro nacional en el que escuchamos a compañeros y compañeras de toda Colombia, en el que hicimos una especie de catarsis y en el que reiteramos nuestro compromiso de seguir luchando por nuestros derechos".
Por eso es que Cristian aplaude la labor del Gobierno de Gustavo Petro, que en principio reconoció a esta organización en una muestra de no estigmatización, y que le abrió las puertas a espacios, como la mesa por la reforma policial, escenario en el que se discute con entidades estatales la mejor manera de tener una fuerza pública que se acoja a la implementación de los derechos humanos y que siga los protocolos internacionales.
"Nos han abierto las puertas y tenemos la garantía de que nuestro propio Estado ya no difunde un discurso de odio hacia nosotros, que lo único que hace es aumentar la estigmatización por el resto de la población. El presidente tiene voluntad de trabajar con las víctimas oculares, algo que no tuvo Iván Duque", expresa.
Por ahora, MOCAO se sigue fortaleciendo, al punto de estar muy cerca de estrenar una obra de teatro dirigida por Patricia Ariza, la primera ministra de Cultura de Petro.
"Queremos estar presentes en los ámbitos artísticos, sí, pero también queremos que haya una ruta de atención para quienes sufran este tipo de violencias. Nos sentimos solos en su momento y no es justo que nadie pase por lo que pasamos nosotros. Debe existir una atención integral y garantías de no repetición".
No te pierdas las noticias más importantes
Suscríbete a nuestros canales de Telegram a través de estosenlaces.
Ya que la aplicación Sputnik está bloqueada en el extranjero, en este enlace puedes descargarla e instalarla en tu dispositivo móvil (¡solo para Android!).
El acceso al chat ha sido bloqueado por violación de las reglas.
Usted puede volver a participar dentro de∞.
Si no está de acuerdo con el bloqueo, utilice el formulario de contacto>
La discusión ha sido cerrada. Se puede participar en una discusión durante 24 horas después de la publicación de la noticia.