Venden humo en México: así se ofertan viviendas millonarias en barrios que no existen
Venden humo en México: así se ofertan viviendas millonarias en barrios que no existen
Sputnik Mundo
Las empresas inmobiliarias han apostado por "renombrar" algunos barrios populares de la Ciudad de México para ofertar bienes inmuebles a precios inaccesibles... 03.03.2023, Sputnik Mundo
"¡Vive en Reforma Norte!", se lee en el polémico anuncio de la empresa UBK, inmobiliaria que oferta departamentos que van de los 51,92 a los 121,04 metros cuadrados, cuyo precio mínimo es de 2,7 millones pesos (unos 149.000 dólares). Aunque a primera vista el anuncio puede parecer otro más entre los cientos que se ven a diario, lo cierto es que este ha causado una indignación peculiar más allá de su alto precio. Y es que esta nueva construcción está erigiéndose en el número 57 de la calle Gorostiza, en un barrio llamado Morelos, que en realidad es una zona popular y famosa por albergar el famoso tianguis de Tepito, nacional e internacionalmente conocido por ser el más grande de América Latina y, también, por sus altos índices de criminalidad. La oferta hecha por UBK es una falacia, pues la colonia Reforma Norte no existe y la ubicación de la construcción queda más cerca de Avenida Circunvalación que de Paseo de la Reforma, vialidad histórica de la capital mexicana que, para llegar a ella, se tienen que recorrer, al menos, tres calles: Tenochtitlán, Toltecas y Jesús Carranza, las cuales están llenas de vecindades, es decir, de unidades habitacionales donde, generalmente, viven personas con un bajo poder adquisitivo. El barrio de Morelos, en donde las inmobiliarias ofertan propiedades bajo el nombre de Reforma Norte, es una de las zonas más peligrosas de la Ciudad de México. De acuerdo con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) filtrados por el grupo de hackers Guacamaya, esta colonia es la tercera más peligrosa de la capital. "¿Se logrará la gentrificación del barrio más barrio de los barrios de México?", "¿La gentrificación alcanzará al llamado Barrio Bravo?" y "Aspiracionismo clasemediero de la CDMX" fueron algunos comentarios que se hicieron en las redes sociales sobre el polémico anuncio. Y este caso no el único.Otro ejemplo es la inmobiliaria Homie, la cual renta departamentos de entre 10.000 y 14.000 pesos mensuales (entre 550 y 773 dólares) en una colonia que tampoco existe: Condesa Sur, nombre con el que rebautizaron a la popular Tacubaya, una zona que se caracteriza por estar rodeada de paraderos y viviendas y vecindades con varias décadas de antigüedad.Un caso más. La empresa constructora Verda Verde anuncia sus departamentos ubicados en Avenida Cuitláhuac, en el famoso y popular barrio de Clavería, como viviendas de lujo en otra zona rebautizada: Nuevo Polanco. ¿Por qué se maquillan los barrios?Los expertos aseguran que la respuesta está en la especulación financiera que hay detrás del sector inmobiliario, el cual ha encarecido las rentas y relegado la vivienda social para enfocarse en una lógica mercantil que premie a quienes tienen la posibilidad de adquirir casas o departamentos con precios inalcanzables para el grueso poblacional. En entrevista con Sputnik, Diego Tamayo, economista y profesor investigador del Colegio de México, señala que, durante todo el 2022, de la vivienda que se construyó en el país, solo el 13% fue de vivienda de interés social, un dato que, dice, es preocupante, pero que responde a una lógica del mercado. Además, refiere Tamayo, el aumento en el precio de venta y renta de los inmuebles en la capital mexicana no concuerda con los salarios que perciben los ciudadanos, lo que obliga a las personas a optar por vivir en las periferias o compartir gastos con uno, dos, tres o más compañeros de piso. De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, el salario promedio mensual en el tercer trimestre de 2022 fue de 3.880 pesos (unos 214 dólares), una cifra incluso inferior en 555 pesos respecto al trimestre anterior. En tanto, de acuerdo con datos de la empresa Inmuebles24, en la capital mexicana el precio promedio de un departamento de dos recámaras y de 65 metros cuadrados es de 14.446 pesos al mes (unos 800 dólares). "Los precios suben y lo que pasa es que, con esto, son menos las personas que pueden rentar o adquirir un inmueble en ciertas zonas de la ciudad y las zonas que, de por sí, ya eran caras, pero ahora son más y se requiere una oferta que pueda atender la demanda", señaló. "Si alguien hace dos años pagaba 15.000 pesos en la colonia Del Valle, ahora con esos 15.000 pesos, porque los salarios no están subiendo, tienen que encontrar su oferta en algún otro lado", agregó. El doctor Roberto Ponce López, profesor Investigador de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública y del Centro para el Futuro de las Ciudades del Tecnológico de Monterrey, asegura que el hecho de que ya se oferten departamentos de lujo en zonas como Tepito, la Doctores y Tacubaya significa que hay una intención de gentrificar, un proceso que, por lo general, termina expulsando a los habitantes originarios de sus áreas donde residen.Urgen políticas de vivienda socialPonce López coincide con Diego Tamayo en que la vivienda social —la cual debe tener un costo de medio millón a un millón de pesos como máximo (entre 27,000 y 55,000 dólares)— ha quedado totalmente de lado debido al alto costo del suelo en la Ciudad de México. "En las zonas centrales ya no existen, ya no se construye vivienda Infonavit porque el costo del suelo es prohibitivo, no hay forma; el modelo que impera es vivienda social en la periferia", dice Ponce López. Ambos expertos aseguran que las posibles soluciones a este problema deben venir desde las políticas públicas del Gobierno de la Ciudad de México, en donde el proceso de gentrificación se ha acelerado en los últimos años. "Debe haber una política de vivienda asequible. Por un lado, que las instituciones públicas como el Infonavit puedan subir, dentro de lo que sostengan las finanzas públicas, subir los créditos para al menos cubrir el aumento de los costos [de materiales para la construcción]", señala Diego Tamayo, quien indicó que en cuanto a rentas es más difícil la regulación, pues solo se podría resolver fijando topes. Con base en datos del último reporte de Inmuebles24, tan solo el año pasado, el precio promedio de renta de un apartamiento de dos recámaras subió 7,8%, una cifra por arriba de la inflación.
Las empresas inmobiliarias han apostado por "renombrar" algunos barrios populares de la Ciudad de México para ofertar bienes inmuebles a precios inaccesibles para la mayoría de los mexicanos. Este fenómeno, advierten expertos consultados por Sputnik, podría impactar de forma importante en la calidad de vida de la población.
"¡Vive en Reforma Norte!", se lee en el polémico anuncio de la empresa UBK, inmobiliaria que oferta departamentos que van de los 51,92 a los 121,04 metros cuadrados, cuyo precio mínimo es de 2,7 millones pesos (unos 149.000 dólares).
Aunque a primera vista el anuncio puede parecer otro más entre los cientos que se ven a diario, lo cierto es que este ha causado una indignación peculiar más allá de su alto precio. Y es que esta nueva construcción está erigiéndose en el número 57 de la calle Gorostiza, en un barrio llamado Morelos, que en realidad es una zona popular y famosa por albergar el famoso tianguis de Tepito, nacional e internacionalmente conocido por ser el más grande de América Latina y, también, por sus altos índices de criminalidad.
La oferta hecha por UBK es una falacia, pues la colonia Reforma Norte no existe y la ubicación de la construcción queda más cerca de Avenida Circunvalación que de Paseo de la Reforma, vialidad histórica de la capital mexicana que, para llegar a ella, se tienen que recorrer, al menos, tres calles: Tenochtitlán, Toltecas y Jesús Carranza, las cuales están llenas de vecindades, es decir, de unidades habitacionales donde, generalmente, viven personas con un bajo poder adquisitivo.
El barrio de Morelos, en donde las inmobiliarias ofertan propiedades bajo el nombre de Reforma Norte, es una de las zonas más peligrosas de la Ciudad de México. De acuerdo con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) filtrados por el grupo de hackers Guacamaya, esta colonia es la tercera más peligrosa de la capital.
"¿Se logrará la gentrificación del barrio más barrio de los barrios de México?", "¿La gentrificación alcanzará al llamado Barrio Bravo?" y "Aspiracionismo clasemediero de la CDMX" fueron algunos comentarios que se hicieron en las redes sociales sobre el polémico anuncio. Y este caso no el único.
Otro ejemplo es la inmobiliaria Homie, la cual renta departamentos de entre 10.000 y 14.000 pesos mensuales (entre 550 y 773 dólares) en una colonia que tampoco existe: Condesa Sur, nombre con el que rebautizaron a la popular Tacubaya, una zona que se caracteriza por estar rodeada de paraderos y viviendas y vecindades con varias décadas de antigüedad.
Un caso más. La empresa constructora Verda Verde anuncia sus departamentos ubicados en Avenida Cuitláhuac, en el famoso y popular barrio de Clavería, como viviendas de lujo en otra zona rebautizada: Nuevo Polanco.
Los expertos aseguran que la respuesta está en la especulación financiera que hay detrás del sector inmobiliario, el cual ha encarecido las rentas y relegado la vivienda social para enfocarse en una lógica mercantil que premie a quienes tienen la posibilidad de adquirir casas o departamentos con precios inalcanzables para el grueso poblacional.
En entrevista con Sputnik, Diego Tamayo, economista y profesor investigador del Colegio de México, señala que, durante todo el 2022, de la vivienda que se construyó en el país, solo el 13% fue de vivienda de interés social, un dato que, dice, es preocupante, pero que responde a una lógica del mercado.
"Quien demanda vivienda nueva es gente que tiene dinero para comprar. Dicho de otra forma, la gente que está comprando departamentos o casas es probablemente su segunda o tercer vivienda; es decir, no es un mercado que se esté enfocando a gente de bajos recursos", señaló.
Además, refiere Tamayo, el aumento en el precio de venta y renta de los inmuebles en la capital mexicana no concuerda con los salarios que perciben los ciudadanos, lo que obliga a las personas a optar por vivir en las periferias o compartir gastos con uno, dos, tres o más compañeros de piso.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, el salario promedio mensual en el tercer trimestre de 2022 fue de 3.880 pesos (unos 214 dólares), una cifra incluso inferior en 555 pesos respecto al trimestre anterior. En tanto, de acuerdo con datos de la empresa Inmuebles24, en la capital mexicana el precio promedio de un departamento de dos recámaras y de 65 metros cuadrados es de 14.446 pesos al mes (unos 800 dólares).
"Los precios suben y lo que pasa es que, con esto, son menos las personas que pueden rentar o adquirir un inmueble en ciertas zonas de la ciudad y las zonas que, de por sí, ya eran caras, pero ahora son más y se requiere una oferta que pueda atender la demanda", señaló. "Si alguien hace dos años pagaba 15.000 pesos en la colonia Del Valle, ahora con esos 15.000 pesos, porque los salarios no están subiendo, tienen que encontrar su oferta en algún otro lado", agregó.
El doctor Roberto Ponce López, profesor Investigador de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública y del Centro para el Futuro de las Ciudades del Tecnológico de Monterrey, asegura que el hecho de que ya se oferten departamentos de lujo en zonas como Tepito, la Doctores y Tacubaya significa que hay una intención de gentrificar, un proceso que, por lo general, termina expulsando a los habitantes originarios de sus áreas donde residen.
"Es deseable regenerar una zona de la ciudad que está en declive económico y que arrastra problemas de inseguridad, como por ejemplo, la colonia Doctores; siempre será deseable que llegue el capital y se regenere la zona. Pero el tema ahí es una especie de punto de quiebre: si te pasas, se gentrifica. No hay ninguna ciudad en el mundo que haya podido resolver satisfactoriamente ese problema. Entonces: ¿cómo regenerar una zona y mejorar las condiciones de vida sin que desplaces a sus habitantes originarios? Cuando es exitoso el proyecto, se termina gentrificando", reflexiona Ponce López.
Urgen políticas de vivienda social
Ponce López coincide con Diego Tamayo en que la vivienda social —la cual debe tener un costo de medio millón a un millón de pesos como máximo (entre 27,000 y 55,000 dólares)— ha quedado totalmente de lado debido al alto costo del suelo en la Ciudad de México. "En las zonas centrales ya no existen, ya no se construye vivienda Infonavit porque el costo del suelo es prohibitivo, no hay forma; el modelo que impera es vivienda social en la periferia", dice Ponce López.
Ambos expertos aseguran que las posibles soluciones a este problema deben venir desde las políticas públicas del Gobierno de la Ciudad de México, en donde el proceso de gentrificación se ha acelerado en los últimos años.
"Debe haber una política de vivienda asequible. Por un lado, que las instituciones públicas como el Infonavit puedan subir, dentro de lo que sostengan las finanzas públicas, subir los créditos para al menos cubrir el aumento de los costos [de materiales para la construcción]", señala Diego Tamayo, quien indicó que en cuanto a rentas es más difícil la regulación, pues solo se podría resolver fijando topes.
Con base en datos del último reporte de Inmuebles24, tan solo el año pasado, el precio promedio de renta de un apartamiento de dos recámaras subió 7,8%, una cifra por arriba de la inflación.
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