Por qué EEUU está militarizando las Filipinas
© AP Photo / Bullit MarquezUn vehículo anfibio de asalto transporta a los militares estadounidenses y a los filipinos durante maniobras conjuntas.
© AP Photo / Bullit Marquez
Síguenos en
El gobierno de Filipinas acaba de anunciar que realizará sus ejercicios militares más grandes coordinados con Estados Unidos desde el 2015. Esto luego que le otorgara acceso a cuatro nuevas bases militares. ¿Qué hay detrás de esta agresiva puja militarista de Joe Biden y cuáles son los objetivos finales?
De acuerdo con el jefe del Ejército filipino, Romeo Brawner Jr, los próximos simulacros conjuntos, a realizarse entre abril y junio junto a EEUU, que llevan el nombre de Ejercicio Balikatan, serán los más grandes en años.
"Todos estos ejercicios que estamos haciendo son en respuesta a todo tipo de amenazas que podamos enfrentar en el futuro, tanto naturales como provocadas por el hombre", dijo el comandante.
Brawner agregó que el número exacto de tropas estadounidenses y filipinas que participarán en los ejercicios aún se está determinando, pero señaló que "serán más grandes que el ejercicio del año pasado", en el que intervinieron unos 8.900 elementos de ambos países, además de 40 observadores de la Fuerza de Defensa de Australia.
Los diplomáticos estadounidenses caracterizan los ejercicios anuales como una piedra angular para preservar la "paz y la estabilidad de la región del Indo-Pacífico" y una demostración de la "fuerza y determinación de la alianza entre Filipinas y EEUU" en "la búsqueda de nuestro compromiso compartido con la defensa mutua en un Indo-Pacífico libre y abierto".
Intereses geoestratégicos
"Indo-Pacífico libre y abierto", o FOIP por sus siglas en inglés, es el término clave en el que hay que detenerse. Codificado oficialmente en la jerga del Departamento de Estado de EEUU en 2019, se refiere a la estrategia de Washington de desafiar directamente los reclamos territoriales de Pekín en los mares del Este y Meridional de China, y otros esfuerzos militares y diplomáticos para contener al país asiáticos cerca de sus aguas natales.
Estados Unidos asumió una posición activa en la disputa territorial del Mar Meridional de China desde 2010, cuando la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton la caracterizó como un asunto de "interés nacional" de su país y comenzó a impulsar alianzas bilaterales con socios regionales, incluidas las Filipinas.
China, que ha estado trabajando con las naciones de la región para tratar de resolver disputas territoriales a nivel local desde 2002, ha pedido repetidamente a Washington que se salga de la disputa.
Filipinas fue un aliado incondicional de EEUU contra la Unión Soviética y China durante la Guerra Fría, y Washington respaldó al presidente Ferdinand Marcos, padre del actual mandatario, incluso ayudándolo a huir del país cuando fue depuesto en medio de denuncias de enriquecimiento masivo y abusos de fuerza.
Vale recordar que Filipinas fue una colonia de los Estados Unidos al comprársela a España en 1898 por un monto de 20 millones de dólares. Si bien formalmente mantuvo el control del país hasta la ocupación japonesa del archipiélago durante la Segunda Guerra Mundial, EEUU mantuvo siempre una fuerte influencia política y militar en Manila.
El interés del Pentágono en las instalaciones militares en Filipinas sobrevivió a la Guerra Fría. Incluso una mirada superficial a un mapa del sudeste asiático revela la importancia geoestratégica de Filipinas para EEUU en su disputa contra China, incluidos los esfuerzos para contrarrestar el tamaño, el alcance y la sofisticación crecientes de la Armada y la Fuerza Aérea de la República Popular.
Las estrellas en el mapa a continuación muestran, de arriba a abajo, los puntos de estrangulamiento naturales formados por la geografía de Filipinas frente a Taiwán (los dos están separados por el Estrecho de Luzón) y Palawan, que puede bloquear la Marina china y la entrada de barcos comerciales en el mar de Joló, al noreste de Malasia, a través de los estrechos de Mindoro y Balábac.
© FotoLas estrellas en el mapa muestran los puntos de bloqueos formados por la geografía de Filipinas
Las estrellas en el mapa muestran los puntos de bloqueos formados por la geografía de Filipinas
© Foto
Junto con Corea del Sur, Japón y Taiwán en el norte, y Singapur y Tailandia en el sur, Filipinas forma una barrera natural clave que limita el acceso de la Armada del Ejército Popular de Liberación a los océanos Pacífico e Índico en general.
Un expansionismo que lleva décadas y los planes nucleares actuales
Los conceptos descritos y la estrategia para "contener" a China en sus puertos de origen no son nuevos. En 1951, el futuro Secretario de Estado de Dwight D. Eisenhower, John Foster Dulles, describió la "Estrategia de la Cadena de Islas". Según el plan, Japón (incluida la isla de Okinawa, que cuenta con bases estadounidenses), Taiwán, Filipinas y la parte noroeste de la isla de Borneo constituyen la "Primera cadena de islas", mientras que el área entre Yokosuka, Japón, Guam, y hasta el este de Indonesia, constituye la "Segunda Cadena de Islas".
Más de 70 años después de su creación, la Estrategia de la Cadena de Islas no ha perdido ni un ápice de relevancia en la mente de los planificadores del Pentágono. El mes pasado, el jefe del Comando de Movilidad de la Fuerza Aérea de EEUU, el general Mike Minihan, usó el término en un memorando filtrado en el que predecía que las tensiones entre EEUU y China se convertirían en una guerra de facto en 2025.
Si bien el concepto de Cadenas de Islas no es nuevo, los planes de Washington para la militarización nuclear sin precedentes de la región son una nueva adición. En 2019, poco después de romper el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio con Rusia, Washington inmediatamente comenzó la investigación y el desarrollo de una nueva generación de misiles balísticos terrestres de alcance intermedio y anunció planes para colocarlos en Asia, con Corea del Sur, Japón y Filipinas vistos como posibles puntos clave de despliegue.
29 de septiembre 2022, 14:43 GMT
Un estudio de 2019 realizado por Stratfor, un influyente think tank estadounidense, puso al descubierto la importancia estratégica de estas posibles bases de misiles asiáticas para la proyección estadounidense, con misiles de crucero Tomahawk basados en tierra y misiles balísticos con un alcance de 4.500 km que amenazan efectivamente con cubrir la totalidad del norte y sureste de Asia, incluidos todos los principales centros de población de China.
Filipinas juega un papel central en estos cálculos. Cualquier Tomahawk estacionado en el país podría amenazar todo el Mar de China Meridional, la línea de la Primera Cadena de Islas hasta Japón y muchas ciudades costeras chinas. Mientras tanto, los misiles balísticos de largo alcance cubrirían no solo toda China, sino también la mayor parte de Rusia al este de los Urales, la península de Corea, Japón y el Pacífico hasta Hawái.
¿Se dejará absorber Filipinas?
En 2019, el entonces presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, anunció que "nunca" permitiría que Estados Unidos colocara misiles nucleares en su país, y enfatizó que no tenía intención de permitir que Washington convirtiera a su nación en una zona de guerra con China.
Duterte advirtió a todos los países de la región “que ejerzan prudencia y no permitan” el despliegue de misiles estadounidenses en su territorio. “Eso no serviría a los intereses de seguridad nacional de estos países”, dijo.
Durante su tiempo en el cargo entre 2016 y 2022, Duterte caminó cuidadosamente por la cuerda floja al tratar de equilibrar los lazos tradicionales con Washington y construir nuevos vínculos con Pekín y Moscú (en 2022, por ejemplo, Filipinas se vio obligado a desechar un acuerdo de helicópteros Mi-17 con Rusia por 215 millones de dólares en medio de fuertes presiones de EEUU).
El entonces mandatario filipino también amenazó repetidamente con romper un acuerdo militar con Estados Unidos que permitía que las fuerzas norteamericanas operaran en el país, por "insultos" a la soberanía de Filipinas.
© AP Photo / Jam Sta RosaEl Secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin (a la derecha) y el Presidente filipino Ferdinand Marcos Jr.
El Secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin (a la derecha) y el Presidente filipino Ferdinand Marcos Jr.
© AP Photo / Jam Sta Rosa
Después de su toma de posesión, el nuevo presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., expresó su disposición a continuar con la línea de Duterte de mantener un equilibrio entre Washington y Pekín, y encontrar formas de resolver las disputas territoriales con China en el Mar de China Meridional.
En los meses transcurridos desde entonces, la postura de Marcos sobre China pareció endurecerse, con el líder prometiendo no abandonar "ni una pulgada" la disputa del Mar Meridional de China, y diciendo que no podía ver un "futuro para Filipinas" que "no incluyera a los Estados Unidos".
Durante una visita a Filipinas en noviembre, la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris le aseguró a Marcos que Washington "estaba con” Manila “en la defensa de las reglas y normas internacionales relacionadas con el Mar de China Meridional”, y que cualquier “ataque armado contra las Fuerzas Armadas, los buques o las aeronaves de Filipinas en el Mar de China Meridional invocarían los compromisos de defensa mutua de Estados Unidos”.
Queda por ver si el país se dejará absorber por la estrategia de "primera línea de defensa" del Pentágono para contener a China. Los beneficios de tal relación para Washington son claros: darle un representante con el que pelear con su adversario global más importante, sin ningún riesgo para la patria estadounidense. Lo que Manila obtiene de la relación es mucho menos claro.
No te pierdas las noticias más importantes
Suscríbete a nuestros canales de Telegram a través de estos enlaces.
Ya que la aplicación Sputnik está bloqueada en el extranjero, en este enlace puedes descargarla e instalarla en tu dispositivo móvil (¡solo para Android!).
También tenemos una cuenta en la red social rusa VK.