Rafael Grossi, el argentino que encabeza la Organización Internacional de Energía Atómica
Rafael Grossi, el argentino que encabeza la Organización Internacional de Energía Atómica
Sputnik Mundo
El ente internacional preocupado por la planta nuclear de Zaporozhie está encabezado por un argentino desde 2019. Rafael Grossi alcanzó el puesto tras una... 13.10.2022, Sputnik Mundo
El argentino Rafael Grossi llegó a ser director general de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) tras una carrera diplomática de más de 35 años que incluyó varios puestos en organismos relativos al desarme nuclear e incluso la representación de Argentina ante la OTAN durante dos años.En 2022, Grossi debió ocuparse del conflicto en Ucrania, ante el temor de la OIEA de que las acciones pusieran en riesgo plantas nucleares de la zona, como la ubicada en la ciudad de Zaporizhie.En lo que va de octubre, Grossi mantuvo encuentros con Volodímir Zelenski y con el presidente de Rusia, Vladímir Putin. En la reunión con el argentino, Putin aseguró el compromiso de Moscú con la no proliferación de la tecnología nuclear militar y señaló la "politización excesivamente peligrosa" de las actividades nucleares desde Occidente.Grossi nació en Buenos Aires el 12 de marzo de 1961 y, luego de graduarse en Ciencias Políticas, ingresó al servicio exterior argentino en 1985 y desempeñó en los años siguientes varios cargos en el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país.Las responsabilidades internacionales llegaron sobre el final de la década de 1990. Tras ser jefe de Cancillería en la Embajada ante Bélgica y Luxemburgo, ejerció como representante suplente de Argentina ante la Conferencia de Desarme en Ginebra y como enviado de Argentina ante la OTAN entre 1998 y 2001.En esos años Grossi se introdujo en el mundo del debate internacional sobre la posesión de armas nucleares y desarme. Su primer puesto, entre 1997 y 2000, fue presidir el Grupo de Expertos Gubernamentales de Naciones Unidas sobre el Registro Internacional de Armas y el segundo, asesor del subsecretario de ONU en materia de Desarme Nuclear.Entre 2002 y 2007 fue jefe de Gabinete de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y entre 2010 y 2013 fue director general adjunto de la OIEA. Los años siguientes lo consolidaron como referente internacional, siendo presidente del Grupo de Suministradores Nucleares por dos períodos consecutivos entre 2014 y 2016 y con un papel relevante como presidente de la Conferencia Diplomática de la Convención sobre Seguridad Nuclear que aprobó la Declaración de Viena sobre Seguridad Nuclear.En diciembre de 2019, tras un interinato del rumano Cornel Feruta, la OIEA eligió a Grossi como nuevo director general. Si bien la candidatura fue presentada formalmente por Argentina, el nombre de Grossi recibió en aquel momento el respaldo de EEUU.En efecto, antes de la Conferencia General de la OIEA en septiembre de 2019, el secretario de Energía de EEUU, Rick Perry, lo calificó como un "candidato perfecto" porque "es respetado por China, es obviamente respetado por América del Sur y Central y tiene un nivel de apoyo sustancial de EEUU".Uno de los desafíos que Grossi debió atender fue, paradójicamente, la tensión generada por la decisión del Gobierno de Donald Trump (2017-2021) de retirarse del pacto nuclear que Washington había firmado con la República Islámica de Irán en 2015.
El ente internacional preocupado por la planta nuclear de Zaporozhie está encabezado por un argentino desde 2019. Rafael Grossi alcanzó el puesto tras una larga carrera diplomática que lo llevó a especializarse en la energía nuclear y en los acuerdos de desarme.
El argentino Rafael Grossi llegó a ser director general de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) tras una carrera diplomática de más de 35 años que incluyó varios puestos en organismos relativos al desarme nuclear e incluso la representación de Argentina ante la OTAN durante dos años.
En 2022, Grossi debió ocuparse del conflicto en Ucrania, ante el temor de la OIEA de que las acciones pusieran en riesgo plantas nucleares de la zona, como la ubicada en la ciudad de Zaporizhie.
Grossi nació en Buenos Aires el 12 de marzo de 1961 y, luego de graduarse en Ciencias Políticas, ingresó al servicio exterior argentino en 1985 y desempeñó en los años siguientes varios cargos en el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país.
Las responsabilidades internacionales llegaron sobre el final de la década de 1990. Tras ser jefe de Cancillería en la Embajada ante Bélgica y Luxemburgo, ejerció como representante suplente de Argentina ante la Conferencia de Desarme en Ginebra y como enviado de Argentina ante la OTAN entre 1998 y 2001.
En esos años Grossi se introdujo en el mundo del debate internacional sobre la posesión de armas nucleares y desarme. Su primer puesto, entre 1997 y 2000, fue presidir el Grupo de Expertos Gubernamentales de Naciones Unidas sobre el Registro Internacional de Armas y el segundo, asesor del subsecretario de ONU en materia de Desarme Nuclear.
Entre 2002 y 2007 fue jefe de Gabinete de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y entre 2010 y 2013 fue director general adjunto de la OIEA. Los años siguientes lo consolidaron como referente internacional, siendo presidente del Grupo de Suministradores Nucleares por dos períodos consecutivos entre 2014 y 2016 y con un papel relevante como presidente de la Conferencia Diplomática de la Convención sobre Seguridad Nuclear que aprobó la Declaración de Viena sobre Seguridad Nuclear.
En diciembre de 2019, tras un interinato del rumano Cornel Feruta, la OIEA eligió a Grossi como nuevo director general. Si bien la candidatura fue presentada formalmente por Argentina, el nombre de Grossi recibió en aquel momento el respaldo de EEUU.
En efecto, antes de la Conferencia General de la OIEA en septiembre de 2019, el secretario de Energía de EEUU, Rick Perry, lo calificó como un "candidato perfecto" porque "es respetado por China, es obviamente respetado por América del Sur y Central y tiene un nivel de apoyo sustancial de EEUU".
Uno de los desafíos que Grossi debió atender fue, paradójicamente, la tensión generada por la decisión del Gobierno de Donald Trump (2017-2021) de retirarse del pacto nuclear que Washington había firmado con la República Islámica de Irán en 2015.
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