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Francia: candidato comunista vs. izquierda 'progresista'

Francia: candidato comunista vs. izquierda 'progresista'

Sputnik Mundo

Es un candidato pro-centrales nucleares, pro-policía, partidario de comer carne y del concurso de Miss Francia. La izquierda que se considera progresista le... 08.02.2022, Sputnik Mundo

2022-02-08T14:05+0000

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A dos meses de las elecciones presidenciales, Fabien Roussel sabe que tiene ínfimas posibilidades de llegar a presidir la segunda potencia europea. Pero su campaña electoral está siendo un éxito de atención por defender ideas a contracorriente de lo que muchos suponen que debe ser el catecismo de la izquierda.En un panorama deprimente en cuanto a las aspiraciones de todas las formaciones de izquierda, el candidato del Partido Comunista Francés (PCF) está ya en torno a un 4% de intención de voto, lo que puede parecer ridículo, pero habiendo comenzado en un 1,5%, ya ha superado a la candidata socialista, Anne Hidalgo (3%), y se acerca al representante de los Verdes, Yannick Jadot (6%). Queda todavía algo más lejos el principal favorito de esa franja del electorado, Jean-Luc Melenchon (9/10%), líder de La Francia Insumisa, hoy agrupada con otras pequeñas formaciones bajo la bandera de La Unión Popular.La hora de recuperar a los decepcionados en la izquierdaEl PCF renunció a presentar pretendiente en 2012 y 2017, consciente de su debilidad política, y prefirió apoyar a Melenchon a cambios de puestos para sus diputados tras las legislativas que se celebran siempre después de las presidenciales. Fabien Roussel sostiene que ha llegado la hora de recuperar al PCF y "reconquistar" a los que se sienten decepcionados por la izquierda.Para ello, y antes de volver a reivindicar los postulados de luchas pasadas, pero aún presentes, Roussel desentona con respecto a los mensajes que cabría esperar de un representante de la izquierda francesa. Así, y en contra del tsunami ideológico ecologista que cubre gran parte del planeta político, el PCF defiende el mantenimiento de las centrales nucleares que, en su país, producen el 70% de la energía eléctrica. Al representante de los comunistas, no se le oirá defender con firmeza la energía eólica ni empujar a la compra de un vehículo eléctrico; él prefiere proponer una reducción de un 30% en los combustibles.La seguridad ante la delincuencia es un derechoFabien Roussel estuvo a punto de causar un colapso cardiaco a muchos militantes anti-policía, imitadores del eslogan norteamericano 'ACB" (All cops are bastards, o "Todos los policías son unos bastardos"). Fue justo hace un año, cuando los principales sindicatos de las fuerzas del orden se manifestaron, hartos de sus condiciones de trabajo, de la débil respuesta de la Justicia a los delincuentes y de ser víctimas de ataques físicos incluso fuera de servicio.Para el jefe del PCF, no se debe dejar solo en manos de Marine Le Pen o de Eric Zemmour cuestiones como la inseguridad. La seguridad es un derecho, subraya, ante el desconcierto de los que siempre desenvainan la "justificación social" cuando se aborda el "ensalvajamiento" y el aumento espectacular de la delincuencia durante el mandato de Emmanuel Macron..."¡Islamófobo!", "¡Machista!"Proveniente del noroeste de Francia, una de las regiones más pobres de Francia, con enormes dificultades para recuperarse del cierre de las minas que atrajeron en el pasado a miles de polacos, italianos o españoles, Roussel reconoce que "la izquierda dejó de preocuparse de las clases populares". En su programa no aborda la escritura inclusiva, la deconstrucción del hombre blanco heterosexual, el indigenismo o la sustitución de la carne por una ensalada de quinoa o, incuso, por carne artificial made in Bill Gates.En otra de las declaraciones que le han valido la excomunión del "progresismo", Roussel elogió "la carne, el vino y el queso francés de calidad" que, según él, forman parte del patrimonio nacional y deben estar al alcance de todos. El delirio de lo que en este país se conoce como "islamo-izquierdismo", llegó al punto de interpretar su mensaje como "islamofóbo", pues el alcohol y la carne de cerdo están prohibidos por el islam.Las neofeministas más radicales tampoco le perdonan que en un debate sobre la pertinencia del concurso de "Miss France" a Roussel solo le escandalizara que las aspirantes no tuvieran un contrato de trabajo.Defensa sin reservas del laicismoEl secretario general del PCF se ha querido alejar de esa izquierda que, una vez perdidos los obreros —huidos hacia el partido de Marine Le Pen (Reagrupación Nacional)—, se desvió hacia el caldero electoral de los descendientes de la inmigración, en especial, la mayoritaria en las banlieues, la de creencia musulmana. Para ello, políticos como Jean-Luc Melenchon, en el pasado un ferviente defensor del laicismo republicano, prefieren ahora desfilar en manifestaciones apoyadas por organizaciones integristas, como los Hermanos Musulmanes, donde se gritan consignas como "muerte a los judíos".En su estrategia de diferenciación con Melenchon, Fabien Roussel subraya su defensa sin tapujos del laicismo, y no duda en honorar a los dibujantes del semanario satírico Charlie Hebdo, asesinados por islamistas: "Caídos por defender la libertad"; o al profesor Samuel Paty, degollado por un islamista checheno: "Asesinado por querer ejercer su profesión"."El partido del sueldo y el empleo"Por supuesto, los asuntos de economía aparecen destacados en el temario comunista, pero Roussel advierte, él es el candidato de los salarios y la nómina; del trabajo, y no del paro y la asistencia social. Por ello se opone al salario universal.Entre sus propuestas sobresalen: la subida del salario mensual mínimo a 1923 euros brutos, es decir, 1500 netos (ahora son 1269); la semana de 32 horas (ahora 35); jubilación a los 60 años (ahora es a los 62); restablecer y triplicar el impuesto a las grandes fortunas; la imposición de una tasa flotante para las petroleras, o la gratuidad del permiso de conducir para los menores de 25 años (coste medio de 1800 euros en la actualidad).Que Fabien Roussel y el PCF sean objeto de insultos de la extrema izquierda en el vertedero de las redes sociales es inevitable. Pero las burlas de sus rivales empiezan a convertirse en rictus de preocupación a medida que las encuestas se acercan a la cita con las urnas y cuando representantes de otros partidos y figuras de la sociedad civil se sienten atraídos por un mensaje disruptivo dentro de la izquierda francesa. Fabien Roussel no llegará al Elíseo, pero habrá que contar con su partido en las legislativas de junio. LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK

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