La carne española, en el ojo de la primera tormenta política del año
17:38 GMT 10.01.2022 (actualizado: 16:11 GMT 27.03.2023)
© AFP 2023 / Jorge GuerreroAlberto Garzón, líder de Izquierda Unida
© AFP 2023 / Jorge Guerrero
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BILBAO, ESPAÑA (Sputnik) — España vive desde hace dos semanas una tormenta política a cuenta de la calidad de la carne que exporta, fundamentalmente de cerdo, y que se aceleró con el pleno retorno a la actividad política, tras el periodo festivo de la Navidad.
El origen está en unas palabras del ministro de Consumo del Gobierno español, Alberto Garzón, al diario británico The Guardian, en las que hablaba del fenómeno de las macrogranjas en algunas zonas despobladas del territorio español y mencionaba la mala calidad de sus productos.
"Lo que no es sostenible son las llamadas macrogranjas. Encuentran un pueblo en una parte despoblada de España y ponen 4.000, 5.000, o 10.000 cabezas de ganado. Contaminan el suelo, contaminan el agua y luego exportan carne de mala calidad de animales maltratados", fue concretamente lo publicado por el corresponsal Sam Jones, el pasado 26 de diciembre.
El propio Garzón quiso matizar sus palabras el 4 de enero en twitter, visto el ruido que se comenzaba a generar a su alrededor. Según su versión, no quiso decir que la carne producida en macrogranjas españolas fuese de "mala calidad"; sino "de peor calidad"; sin embargo la mecha de la polémica comenzaba ya por entonces a correr a gran velocidad.
Esto es lo que dije sobre la ganadería de Castilla y León en la entrevista citada: ¡un justo elogio de la ganadería extensiva! Pero el señor Mañueco está desesperado por los votos de ultraderecha y por eso recurre a la mentira y manipulación de los lobbies. Ojalá rectifique. https://t.co/jgDOFjb4n1 pic.twitter.com/aZSMVfOhJN
— Alberto Garzón🔻 (@agarzon) January 3, 2022
Aprovecho para publicar la transcripción completa de lo que dije en la entrevista, pues por motivos de espacio el periodista tuvo que excluir algunos elementos que hoy, al calor del bulo y la mentira que ciertos actores promueven, salen realzados. pic.twitter.com/ljR2x3n5Bu
— Alberto Garzón🔻 (@agarzon) January 4, 2022
Triple foco
Para entender lo acalorado del debate en torno a unas declaraciones sobre la carne española hay que tener en cuenta tres factores: la destacada posición de las exportaciones de carne del país en los mercados internacionales y su peso en la economía nacional; las próximas elecciones regionales en Castilla y León, territorio eminentemente agrícola; y el hecho de que Garzón pertenezca al socio minoritario del Gobierno de coalición español y su reincidencia en las polémicas.
Respecto a la primera cuestión y según datos del Centro de Comercio Internacional (ITC, por sus siglas en inglés), España fue el quinto exportador mundial de carne en 2020 y, con los datos provisionales de 2021, fue el noveno producto nacional que más facturó en exportaciones, la gran mayoría —dos terceras partes— gracias al cerdo y a la amplia variedad de productos porcinos de la que goza la tradición gastronómica española.
9 de julio 2021, 09:40 GMT
Precisamente el económico ha sido el argumento utilizado por la mayoría de los políticos para censurar las manifestaciones del líder de la formación Izquierda Unida, en la que se integra el Partido Comunista de España.
El 10 de enero, era el presidente de Aragón, Javier Lambán, el que visitaba una planta de elaborados cárnicos en su región del noreste peninsular, desde donde anunciaba una campaña de comunicación internacional en favor del sector cárnico español y aragonés.
Su objetivo, según sus palabras, "paliar los daños en la reputación del sector que se hayan ocasionado en el exterior e interior de España y reponer el prestigio que, con todo merecimiento, deben tener" los ganaderos.
Este mismo político pidió antes del fin de semana "un paso atrás" del ministro de Consumo, ya que según dijo, "cada vez que habla, causa perjuicios a algún sector de la economía".
Malestar entre socios
Se da la circunstancia de que Javier Lambán pertenece al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el partido gobernante en España, en coalición con Unidas Podemos, la coalición electoral a la izquierda de los socialistas, en la que se integra Izquierda Unida, la formación que Garzón lidera.
Este lunes, el líder del Ejecutivo, Pedro Sánchez, en una entrevista radiofónica en la que retomaba la plena actividad tras el parón navideño, desautorizaba a su ministro de Consumo.
"Lamento esta polémica y con eso lo estoy diciendo todo", decía Sánchez ante la insistencia de las preguntas; poco después de destacar la "extraordinaria calidad" del sector cárnico español, conforme a "los máximos estándares de la normativa europea", según explicaba.
Se trata de la segunda ocasión en que el presidente español censuraba posicionamientos de uno de sus ministros más polémicos, tras salir en defensa el pasado verano del consumo de carne, después de que Alberto Garzón llamara a reducirlo por una cuestión de salud y de contaminación de las explotaciones ganaderas.
Argumento electoral
La ocasión ha sido aprovechada además por el principal partido de la oposición, el conservador Partido Popular (PP), para hacer campaña de cara a las inminentes elecciones regionales de Castilla y León, del próximo 13 de febrero, con las que pretende abrir un nuevo ciclo electoral y para las que parte como principal favorito.
El 9 de enero, el político que coordina la comunicación del partido, Pablo Montesinos, se desplazaba a una granja de la región de Burgos, en ausencia del líder, Pablo Casado, convaleciente por coronavirus.
Desde una cuadra y con unas vacas de fondo anunciaba a partir del 10 de enero lo que calificó como una "ofensiva institucional" por el "cese fulminante" de Garzón.
El ruido generado en torno a las palabras del titular de Consumo impidió analizar en la mayoría de las ocasiones el fondo de sus palabras que es el efecto que las macrogranjas tienen en el medio ambiente y en la calidad de la carne.
Una vieja denuncia de las organizaciones ecologistas, como Greenpeace, que el pasado octubre denunciaba que en la región meridional de Castilla-La Mancha un 87% de las explotaciones de porcino eran industriales, frente a solo un 13% de la llamada ganadería extensiva, es decir el modelo tradicional de ganado criado en el campo, que es el que quiso reivindicar el ministro que volvió a ser más conocido por sus polémicas que por sus decisiones.