Bolsonaristas "autorizan" al presidente a que tome medidas drásticas
17:42 GMT 07.09.2021 (actualizado: 20:16 GMT 07.09.2021)
© Sputnik / Joan Royo GualLa manifestación en la playa de Copacabana, Río de Janeiro
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RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — ¿Qué piensan los brasileños que salieron a la calle para mostrar su apoyo al presidente Jair Bolsonaro? La mayoría, que el presidente está siendo constantemente boicoteado, principalmente por el Tribunal Supremo, y que llegó la hora de tomar medidas más drásticas.
En la marcha de Río de Janeiro, muchas pancartas pedían el "impeachment" de los jueces de la máxima corte del país y algunos incluso iban un paso más allá, como el pastor evangélico Marcelo Soares: "[Los jueces] están poniendo trabas todo el tiempo. La alternativa a partir de hoy es mostrarles que el pueblo está insatisfecho. Esperamos que los jueces retrocedan", decía.
¿Dar un golpe es una alternativa?, preguntó esta agencia: "Si es eso lo que el pueblo está pidiendo y el pueblo tiene ese poder eso es lo que tiene que hacer", fue la respuesta.
Bolsonaro pensó las marchas del 7 de septiembre como una "fotografía para el mundo" del apoyo que tiene dentro de Brasil y como una especie de termómetro para medir el seguimiento de sus fieles a sus intentos golpistas. En la manifestación de Río de Janeiro se pudieron ver pancartas con el lema "Yo autorizo", dando luz verde a esa deriva autoritaria.
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"Yo autorizo"
"Yo autorizo" significa autorizar al presidente a cerrar el Congreso, cerrar el Supremo e implementar en este país un régimen en el que el pueblo sea respetado. Ya no se respeta al pueblo (…) nuestra bandera es verde y amarilla, jamás será roja. No podemos dejar que manchen esa bandera", decía Josemar Oliveira, jubilado.
En el centro de las dianas de los manifestantes estaba el juez del Supremo Alexandre de Moraes, encargado de la investigación sobre difusión de "fake news" y financiación de ataques a las instituciones democráticas que en las últimas semanas llevó a la cárcel a varios aliados del presidente. El juez se convirtió en el rival predilecto del bolsonarismo. "Alexande de Moraes es satanás", rezaba uno de los carteles en Río.
Como en otras manifestaciones ultraconservadoras, hubo referencias religiosas (se rezaron varios padrenuestros), patrióticas (el himno no dejó de tocar y una grúa desplegó una bandera enorme con el lema "Patria Amada") y de alabanza a las Fuerzas Armadas. La inmensa mayoría de los manifestantes eran blancos, mayores de 40 años y aparentemente de clase media-alta.
Uno de los objetivos principales de las manifestaciones tiene que ver con animar al electorado más fiel en un momento en que la popularidad de Bolsonaro cae en las encuestas. Todos los sondeos indican que perdería ante cualquier rival en las elecciones de 2022. La ventaja del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) aumenta a medida que pasa el tiempo.
En ese contexto, reunir a decenas de miles de personas, sirve como contra-narrativa, como apunta el testimonio de dos amigas que prefirieron no identificarse: "Con esto que está pasando es imposible que Bolsonaro no gane de nuevo. Somos muchos más. Es imposible que Lula diga que va a ganar, es imposible", decía una de ellas. En su opinión, las encuestas están manipuladas.