Los españoles dejan para última hora el rescate del 'dinero de la abuela'
17:19 GMT 29.06.2021 (actualizado: 16:49 GMT 05.01.2024)
© Foto : Pixabay/ChefchenPesetas, moneda antigua española
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Tras casi 20 años con euros en nuestros bolsillos concluye el plazo para convertir las pesetas restantes. Según el Banco de España, hay 1.500 millones de euros esperando y las colas en todo el país se suceden con nostálgicos, ahorradores y deseosos de cambiar las pesetas que llegan de herencias familiares.
En botes de cristal, en bolsas de plástico o incluso en maletas. Las pesetas se acumulan en largas colas que se repiten en todo el país ante la sede del Banco de España. El miércoles 30 de junio llegan a su fin los casi 20 años de transición que dejan atrás la antigua divisa española. A pesar del tiempo transcurrido, miles de personas han hecho caso omiso al 'no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy' y las colas se han hecho notar bajo el riguroso sol de junio.
Según la última estimación del Banco de España de abril, la ciudadanía aún conservaba 1.586 millones de euros en pesetas sin convertir. Más de 800 de ellos en billetes y 785 millones en monedas no retornadas. A punto de concluir el plazo, la media canjeada por cada español es de 170 euros por persona, detallaba la directora general de Efectivo y Sucursales del Banco de España, Concha Jiménez, en Europa Press.
Muchos de esos billetes y monedas aguardan y tintineaban en las colas de Madrid, Barcelona o Sevilla, por ejemplo.
"Llevo aquí 5 horas y no sé si dará tiempo a que me atiendan hoy", cuenta a Sputnik una paciente Ana Gallardo, en el centro de Sevilla. "Me parece fatal esta falta de organización, sabían que nos íbamos a agolpar y aquí estamos bajo el sol y tirando de paciencia".
Aunque el tiempo previsto para el cambio de pesetas a euros finalizaba el pasado 31 de diciembre —tras 18 años de la llegada del euro a nuestras vidas— el Gobierno optó por ampliar el plazo. Pero esta prórroga, para algunos, "no es suficiente, porque los españoles siempre esperamos a última hora", explica Rafael, jubilado que llega a Sevilla desde Córdoba; "me levanté hoy a las 6 de la mañana para venir porque allí no podemos cambiar, deberían haber habilitado otras sucursales porque hemos pasado muchos meses sin poder viajar entre provincias", lamenta resignado.
La Guardia Civil custodia y entrega los números de acceso al Banco de España, varias personas han desistido de esperar por llevar cantidades insignificantes, otro se queja de la lentitud, "¡a este paso no las coloco ni en un museo!" bromean bajo el sol. Monedas y billetes se cambian por su valor facial, es decir, 1€ por cada 166,386 pesetas. Cuando el euro llegó a nuestros bolsillos, el 1 de enero de 2002, las pesetas pesaban entonces unos 48.750 millones de euros.
Sueños bajo la almohada
Más allá del malestar por la espera y la resignación por haber esperado hasta el último día, sacar el dinero de debajo de la almohada o de viejas latas donde, desde los tiempos de la abuela, se iban acumulando las monedas, es un ejercicio de reflexión temporal.
© Sputnik / Gonzalo WanchaUna cola para convertir las pesetas
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Una cola para convertir las pesetas
Rafael comparte los recuerdos que le ha traído resctar el dinero que, durante años, primero su madre, después su hermana mayor y finalmente él, iban ahorrando. El dinero de la lata era la esperanza a futuro, hoy devaluada ante el Banco de España. "La regla familiar era que lo usáramos cuando alguno de los hermanos tuviera mucha necesidad, por suerte no nos ha hecho falta", rememora. ¿Cuánto dinero puede llegar a acumular una familia depositando las vueltas de la compra generación tras generación?, "pues no lo sé exactamente", confiesa avergonzado. Un cálculo rápido ronda las 25.000 pesetas, algo más de 150 euros.
Ana Gallardo consuela la espera pensando en qué hará con los nuevos euros que consiga con "las pesetas caídas del cielo, en mi casa es mi marido quien fue como una hormiguita guardando el dinero, no sé exactamente qué podré hacer, pero espero que podamos hacer un viaje de fin de semana este verano".
Monedas prehistóricas
En la misma cola, para evidenciar el paso del tiempo, hay muchos jóvenes a los que la familia les ha encargado ejecutar el cambio.
"Yo es que las miro y no entiendo estas monedas, no sé cuánto serán, mis abuelos me han dicho que lo que saqué para mí, cuando yo nací ya no servían, así que tengo curiosidad", comparte Antonio, de 20 años. Con lo que saque se irá a la playa con los amigos.
© Sputnik / Gonzalo WanchaAmparo y Antonio esperan en una cola para convertir las pesetas
Amparo y Antonio esperan en una cola para convertir las pesetas
© Sputnik / Gonzalo Wancha
Amparo, que celebra su 25 cumpleaños en la cola espera para hacer el cambio, "yo si recuerdo la moneda de 5 duros con el agujerito en medio, de cuando iba al quiosco". La pesadísima bolsa de monedas que porta es el regalo de los abuelos, aunque le tocará compartir con los demás primos.
Echando la vista atrás, hay algo en lo que sí coinciden todos los entrevistados, tanto los jóvenes como los mayores. "¡Nos timaron a todos!" Con el euro, perdimos poder adquisitivo, "es innegable, con lo que llevaba solo en esta bolsa, unas 5.000 pesetas, llenabas el carro de la compra de carne, pescado, queso bueno o vino. Hoy con eso no compras nada", compara Rafael respaldado por la mirada asertiva de su señora.
"A mi me daban 500 pesetas, con ese dinero me daba para venir a Sevilla desde el pueblo, ir al cine y cenar una hamburguesa, dime si hoy con 3 euros puedes hacer una sola de esas cosas", interrumpe la conversación Patricia, de 36 años.
Muchos de los presentes han descubierto en la cola, para su decepción, que no todas las monedas pueden cambiarse a euros. Solo las que aún estaban en circulación en el 2002, las que tienen en la cara del Rey –y no la de Franco– pueden ser intercambiadas. Para el recuerdo, y para el coleccionismo, quedan algunas reliquias que hoy llaman la atención. Respecto a los billetes, solo se han podido devolver los puestos en circulación a partir de 1939.
"Es de plata y espero que tenga valor, esto lleva siendo útil desde 1881, ¿por qué no iba a serlo ahora?", plantea Juan, también jubilado de 62 años que muestra una moneda con el rostro de ALFONSO XII POR LA G. DE DIOS.
© Sputnik / Gonzalo WanchaUna moneda con el rostro de Alfonso Xii Por La G. De Dios
Una moneda con el rostro de Alfonso Xii Por La G. De Dios
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Pero, lo cierto, es que no parece que el mercado coleccionista y de la numismática vaya a ser capaz de absorber tal cantidad de monedas y billetes, y es que el Banco de España calcula que casi la mitad de las monedas que estaban en circulación antes de la entrada del euro no se convertirán a euros, habrá un exceso de oferta de viejas monedas sin valor en el coleccionismo. Jesús Vico Belmonte, presidente de la Asociación Española de Numismática Profesional confirmaba en 20minutos que "el 99% de las monedas desde la época de Franco pasando a las de Juan Carlos I no van a tener ningún valor".
La cola continúa apelmazada, jóvenes y jubilados que a estas alturas del año no tienen otras obligaciones productivas, intentan extraer algo de valor añadido del dinero del pasado. Pero para muchos, la añoranza de tiempos más prósperos está saliendo demasiado cara bajo el sol.