Un 'corazón azul' en el Festival de cine de Moscú
15:15 GMT 30.04.2021 (actualizado: 14:41 GMT 09.08.2021)
Síguenos en
MOSCÚ (Sputnik) — A pesar de la pandemia, Moscú celebró una vez más su Festival Internacional de cine (MIFF, por sus siglas en inglés), el segundo evento de su tipo más antiguo del mundo (desde 1935), solo antecedido por la Mostra de Venecia.
Con mascarillas y distanciamiento, 32.000 moscovitas e invitados se acercaron a ver alguna de las 210 películas que se proyectaron en varias salas de cine de la capital rusa. "¡Es mucho!" expresó ese mito del cine ruso que es Nikita Mijalkov en la tradicional sesión informativa antes del cierre del festival, en el que funge como presidente.
© Sputnik / Ekaterina Chesnokova / Acceder al contenido multimediaEl Festival Internacional de cine en Moscú
El Festival Internacional de cine en Moscú
© Sputnik / Ekaterina Chesnokova
/ "Este año, al MIFF asistieron tres veces más invitados extranjeros de países como Estados Unidos, Alemania, Israel, Cuba, Irán y otros. Nos llegaron 81 cineastas del extranjero. Y el año pasado solo hubo 25 invitados: cineastas. En general, más de 4.200 invitados, participantes y representantes de los medios fueron acreditados en el festival este año", precisó el maestro.
© Sputnik / Ekaterina Chesnokova / Acceder al contenido multimediaNikita Mijalkov, presidente del Festival Internacional de cine en Moscú
Nikita Mijalkov, presidente del Festival Internacional de cine en Moscú
© Sputnik / Ekaterina Chesnokova
/ El cine iberoamericano estuvo presente en el concurso oficial a través de obras de Venezuela ('Un destello interior', de Andrés Eduardo Rodríguez y Luis Alejandro Rodríguez), España ('El vientre del mar', de Agustí Villaronga) y Cuba ('Corazón azul', de Miguel Coyula).
Película "gamberra"
Tras muchos años sin la participación de Cuba en el MIFF, llega una película cubana a esta edición 43 con el estreno mundial del filme Corazón azul, del cineasta independiente Miguel Coyula, que por estos días se encuentra en la capital rusa y accedió a conversar con Sputnik.
"Recibimos con mucha sorpresa el hecho de que Corazón Azul fuera elegida no solo en la competencia oficial del Moscow International Film Festival sino que la incluyera entre las 6 primeras películas en competencia" refiere el cineasta, a quien le tomó 10 años realizar el filme.
Lo secunda su compañera, la actriz Lynn Cruz, quien juega un rol protagónico en Corazón azul: "Lo teníamos todo en contra, una película sin logos, hecha con el dinero de nuestro bolsillo. Una producción prácticamente de guerrilla. Por tanto estamos muy felices de haber podido estrenar en un evento de tanta importancia como este".
27 de abril 2021, 22:11 GMT
Calificada como una película "gamberra", la "más transgresora e irreverente" del festival por el director de programación Kiril Razgólov, esta distopía (que se sitúa en una realidad alternativa en la que el líder cubano Fidel Castro intenta lograr a través de la genética el "hombre nuevo"), atrajo por igual la atención de especialistas y público.
En una reseña aparecida en el diario oficial del MIFF definen a Coyula como "un cineasta vanguardista intransigente, una especie de maravilloso "'enfant terrible' en el mundo del cine cubano", y destacan su versatilidad como "autor absoluto" que se convierte en "una banda de un solo hombre" al asumir como director, guionista, director de fotografía, editor y compositor de la película.
El diario también resalta las referencias en el filme a la tradición cinematográfica soviética y "la estética del pastiche, los noticiarios, todos los estilos de edición de [el cineasta soviético Serguéi] Eisenstein, desde el corte psicológico e intelectual hasta el montaje de atracciones. "En cualquier caso, todo se reduce a la naturaleza humana y la identidad propia, el tema que parece estar de alguna manera presente en la mayoría de las obras del director", resume.
"A nosotros nos preocupaba el hecho de que no fuera una película tradicional ni lo que se espera del cine de Latinoamérica, minimalista, con temática social, realista. De hecho, los referentes que tenían eran del cine cubano anterior a la desintegración de la antigua Unión Soviética", relata Coyula.
Sin embargo, en ambas proyecciones de la película, una en el emblemático cine Oktiabr y la otra en la Galería Tretiakov, el público fue capaz de conectar con la cinta y hacer sus propias lecturas. "Lo más significativo fue que muchos jóvenes que nada tienen que ver ya con esa parte de la historia entre ambos países se acercaron para decir cuánto les había gustado la película, y sus interpretaciones eran diversas, pero universales", concluye Lynn.