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¿Cómo hemos llegado al clima de Vallecas? Un nuevo estudio señala a Vox como catalizador de odio
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Vox continúa siendo centro de atención y polémicas por sus mítines y actos callejeros. Los disturbios que tuvieron lugar en Vallecas en la tarde del día 7 de
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Vox continúa siendo centro de atención y polémicas por sus mítines y actos callejeros. Los disturbios que tuvieron lugar en Vallecas en la tarde del día 7 de abril, con 35 heridos y 4 detenidos, forman parte de una campaña de Vox que está dando mucho que hablar, y no precisamente por su aportación política.Los incidentes tuvieron lugar en el distrito madrileño de Vallecas, donde la agrupación decidió presentar su candidatura a la capital de España. Hay que tener en cuenta que, de los casi 165.000 vecinos censados en esa zona, obtuvieron el respaldo de 5.061 votantes en las municipales y 13.171 en las generales de 2019 . Con ese apoyo tan magro, no parece que el barrio obrero de Vallecas se haya convertido en un bastión de Vox. Pero esto no va de política, sino de generar impacto. "Lo de Vox y Vallecas es un claro ejemplo de generación de una identidad colectiva. Es decir, es ellos contra nosotros, que es la esencia reduccionista del populismo", explica al teléfono Giselle García Hípola, investigadora de Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad de Granada.Vox como agitador de odio e inseguridadGiselle lleva analizando junto a un grupo de investigadores europeos toda la actividad de Vox desde las elecciones parlamentarias europeas de 2019. Su trabajo está integrado en un proyecto, con otros investigadores europeos, en el que analizan los contenidos de los mensajes políticos en actos de campaña y comunicaciones en redes sociales. García Hípola desvela que el 70% de los mensajes políticos de Vox están basados en emociones como el orgullo de pertenencia, odio o inseguridad. Solo un 20% de los mensajes cuentan con un carácter más racional. Si estás acostumbrado a la reyerta de ida y vuelta de las redes sociales, te dirás que otros partidos, o que todos, hacen lo mismo. Pero ese debate queda despejado en este estudio. "No es que hayamos analizado a Vox, es que Vox sobresale en nuestro país en un análisis de todos los partidos políticos y propuestas populistas, de izquierdas o derechas, que se ha realizado en toda Europa", detalla la investigadora. Para catalogar un mensaje como emocional se han valido de un libro que definía parámetros y categorías que han acotado sistemáticamente los mensajes, "no es una valoración personal a la ligera, es una análisis comparativo aplicado a todas las propuestas políticas por igual". En función al análisis, los mensajes emocionales pivotan en torno a orgullo, a sentimiento de identidad o ambición en un 64,3%. A continuación, destacan aspectos más agresivos y viscerales, explotando el malestar y el odio en un 21,4% de los contenidos evaluados.En clave europeaEn el estudio llaman también la atención, con un 7,15%, los mensajes de miedo e inseguridad. Y sorprende un índice tan bajo cuando los mítines de Vox nos acostumbran a ser una alerta contra la invasión de indocumentados y menas que llegan en aluvión de África. "Aquí hemos analizado la estrategia europea de Vox, pero tiene otro mensaje adaptado al marco nacional", que es donde encontramos más abundancia de inmigración y alerta por los Menores Extranjeros No Acompañados (MENA, un término que distintos sectores rechazan al considerar que deshumaniza a las personas).La clave europea explica que el mensaje esté orientado, sobre todo, a confrontar con las estructuras supranacionales contra las que se usan descalificaciones enmarcadas como publicidad negativa, que "suponen el 33,3%" —uno de los partidos que más lo hicieron— contra instituciones o partidos extranjeros, así como instituciones económicas, como el FMI, por ejemplo.La "americanización" de nuestra políticaNo pocas veces se asocia al auge de la extrema a la alargada sombra de Trump. Giselle García no descarta esa idea, pero sí la amplifica. "No es solo trumpismo, nuestra política, con Vox como ejemplo, se está americanizando". Esto tiene que ver con tres aspectos esenciales que se retroalimentan:Por un lado, nuestra democracia está muy contagiada de la americana, y aunque en España votamos a un Congreso con una lista de Diputados, "el marco electoral es cada vez más personalista y presidencialista, de ahí el protagonismo de Abascal".Por otro lado, la dinámica de contenidos políticos y medios de comunicación y redes sociales está contribuyendo, según alertan los politólogos, a ensalzar mensajes y explicaciones simplistas para realidades complejas."Vivimos con una aceleración de la información que hace que lo que no estimule nos aburra y no se consuma", analiza la politóloga, que señala al contenido de los mensajes políticos pero también a su difusión. En ese caldo de cultivo, de necesidad de mensajes impactantes a diario, la política vive en una continua exaltación en la que "las emociones superan las limitaciones de las explicaciones racionales, piensa en los seguidores de un equipo de fútbol", que no se plantean lo que hace su equipo pero creen en él con convicción. Eso nos traslada a la reyerta de hooligans de Vallecas.Giselle advierte del peligro a largo plazo de este relato político que se basa en el impacto y la polarización para ganar adeptos, lo que empobrece los marcos conceptuales, lo que lleva "por ejemplo, construir un muro como solución al problema migratorio. Es inútil, pero es una solución populista porque es aplaudida". A largo plazo, acabaremos aplaudiendo gestos y medidas que nada tienen que ver con la aplicación real y la afección de esas políticas.Los resultados del análisis de Giselle García, junto con el profesor del Departamento de Derecho Privado de la Universidad de Burgos Sergio Pérez Castaños, trasladan el marco europeo a las elecciones o a la toma de Madrid. Más allá de los enfrentamientos y de la dudosa legitimidad de actos con los que Vox linda con la legalidad, como los de Sevilla y Murcia, con mítines encubiertos que puentean las restricciones y provocan aglomeraciones, la agrupación ha conseguido con esta estrategia centrar la atención sin hablar de políticas municipales o de pandemia.
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¿Cómo hemos llegado al clima de Vallecas? Un nuevo estudio señala a Vox como catalizador de odio
14:59 GMT 08.04.2021 (actualizado: 16:18 GMT 08.04.2021) Un estudio comparativo realizado a todas las fuerzas políticas europeas señala a Vox como fuerza populista radical de derechas que se asienta en un discurso de emociones como confrontación y odio en un 70%, y un 0% de empatía.
Vox continúa siendo centro de atención y polémicas por sus mítines y actos callejeros. Los disturbios que
tuvieron lugar en Vallecas en la tarde del día 7 de abril, con 35 heridos y 4 detenidos, forman parte de una campaña de Vox que está dando mucho que hablar, y no precisamente por su aportación política.
Los incidentes tuvieron lugar en el distrito madrileño de Vallecas, donde la agrupación decidió presentar su candidatura a la capital de España. Hay que tener en cuenta que, de los casi 165.000 vecinos censados en esa zona, obtuvieron el respaldo de 5.061 votantes en las municipales y 13.171 en las generales de 2019 . Con ese apoyo tan magro, no parece que el barrio obrero de Vallecas se haya convertido en un bastión de Vox. Pero esto no va de política, sino de generar impacto.
"Lo de Vox y Vallecas es un claro ejemplo de generación de una identidad colectiva. Es decir, es ellos contra nosotros, que es la esencia reduccionista del populismo", explica al teléfono Giselle García Hípola, investigadora de Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad de Granada.
Vox como agitador de odio e inseguridad
Giselle lleva analizando junto a un grupo de investigadores europeos toda la
actividad de Vox desde las elecciones parlamentarias europeas de 2019. Su
trabajo está integrado en un proyecto, con otros
investigadores europeos, en el que analizan los contenidos de los mensajes políticos en actos de campaña y comunicaciones en redes sociales.
Los resultados —solo referentes a las parlamentarias europeas— son aplastantes y según el análisis comparativo, posiciona a Vox como una "clásica propuesta de derecha radical populista".
García Hípola desvela que el 70% de los mensajes políticos de Vox están basados en emociones como el orgullo de pertenencia, odio o inseguridad. Solo un 20% de los mensajes cuentan con un carácter más racional.
8 de abril 2021, 09:47 GMT
Si estás acostumbrado a la reyerta de ida y vuelta de las redes sociales, te dirás que otros partidos, o que todos, hacen lo mismo. Pero ese debate queda despejado en este estudio. "No es que hayamos analizado a Vox, es que Vox sobresale en nuestro país en un análisis de todos los partidos políticos y propuestas populistas, de izquierdas o derechas, que se ha realizado en toda Europa", detalla la investigadora.
Para catalogar un mensaje como emocional se han valido de un libro que definía parámetros y categorías que han acotado sistemáticamente los mensajes, "no es una valoración personal a la ligera, es una análisis comparativo aplicado a todas las propuestas políticas por igual".
En función al análisis, los mensajes emocionales pivotan en torno a orgullo, a sentimiento de identidad o ambición en un 64,3%. A continuación, destacan aspectos más agresivos y viscerales, explotando el malestar y el odio en un 21,4% de los contenidos evaluados.
En el estudio llaman también la atención, con un 7,15%, los mensajes de miedo e inseguridad. Y sorprende un índice tan bajo cuando los mítines de Vox nos acostumbran a ser una alerta contra la
invasión de indocumentados y menas que llegan en aluvión de África. "Aquí hemos analizado la estrategia europea de Vox, pero tiene otro mensaje adaptado al marco nacional", que es donde encontramos más abundancia de
inmigración y alerta por los Menores Extranjeros No Acompañados (MENA, un término que distintos sectores rechazan al considerar que deshumaniza a las personas).
La clave europea explica que el mensaje esté orientado, sobre todo, a confrontar con las estructuras supranacionales contra las que se usan descalificaciones enmarcadas como publicidad negativa, que "suponen el 33,3%" —uno de los partidos que más lo hicieron— contra instituciones o partidos extranjeros, así como instituciones económicas, como el FMI, por ejemplo.
"Gracias a la utilización de estos recursos negativos, el encaje de Vox en la categoría de partido de derecha radical populista es evidente", señalan los autores del estudio. Por cierto, el estudio muestra que las casillas referentes a las emociones de empatía, compasión y solidaridad han quedado en blanco.
La "americanización" de nuestra política
No pocas veces se asocia al auge de la extrema a la alargada sombra de Trump. Giselle García no descarta esa idea, pero sí la amplifica. "No es solo trumpismo, nuestra política, con Vox como ejemplo, se está americanizando".
Esto tiene que ver con tres aspectos esenciales que se retroalimentan:
el personalismo presidencialista,
la simplificación de mensajes.
Por un lado, nuestra democracia está muy contagiada de la americana, y aunque en España votamos a un Congreso con una lista de Diputados, "el marco electoral es cada vez más personalista y presidencialista, de ahí el protagonismo de Abascal".
Por otro lado, la dinámica de contenidos políticos y medios de comunicación y redes sociales está contribuyendo, según alertan los politólogos, a ensalzar mensajes y explicaciones simplistas para realidades complejas.
11 de marzo 2021, 11:09 GMT
"Vivimos con una aceleración de la información que hace que lo que no estimule nos aburra y no se consuma", analiza la politóloga, que señala al contenido de los mensajes políticos pero también a su difusión. En ese caldo de cultivo, de necesidad de mensajes impactantes a diario, la política vive en una continua exaltación en la que "las emociones superan las limitaciones de las explicaciones racionales, piensa en los seguidores de un equipo de fútbol", que no se plantean lo que hace su equipo pero creen en él con convicción. Eso nos traslada a la reyerta de hooligans de Vallecas.
Giselle advierte del peligro a largo plazo de este relato político que se basa en el impacto y la polarización para ganar adeptos, lo que empobrece los marcos conceptuales, lo que lleva "por ejemplo,
construir un muro como solución al problema migratorio. Es inútil, pero es una solución populista porque es aplaudida". A largo plazo, acabaremos aplaudiendo gestos y medidas que nada tienen que ver con la aplicación real y la afección de esas políticas.
Los resultados del análisis de Giselle García, junto con el profesor del Departamento de Derecho Privado de la Universidad de Burgos Sergio Pérez Castaños, trasladan el marco europeo a las elecciones o a la toma de Madrid.
Más allá de los enfrentamientos y de la dudosa legitimidad de actos con los que Vox linda con la legalidad, como los de Sevilla y Murcia, con mítines encubiertos que puentean las restricciones y provocan aglomeraciones, la agrupación ha conseguido con esta estrategia centrar la atención sin hablar de políticas municipales o de pandemia.