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Clases con "presencialidad plena" en Uruguay: ¿una meta "irreal" del Gobierno?
Clases con "presencialidad plena" en Uruguay: ¿una meta "irreal" del Gobierno?
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Uruguay fue uno de los primeros países latinoamericanos que en 2020 retomó las clases en sus centros educativos, gracias a un sistema de clases semipresencial
2021-02-24T20:55+0000
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Uruguay fue uno de los primeros países latinoamericanos que en 2020 retomó las clases en sus centros educativos, gracias a un sistema de clases semipresencial que se apoyó en la alta penetración de internet en el pequeño país sudamericano.Más de seis meses después de que aquel reinicio de clases, el Gobierno uruguayo se mostró optimista ante sus ciudadanos, al afirmar que el año lectivo de 2021 tendría como uno de sus objetivos primordiales restituir la "presencialidad plena" en las aulas, que durante 2020 fueron ocupadas de forma alternada por la mitad de cada grupo y con asistencia voluntaria.En una conferencia de prensa realizada el 29 de enero, el titular de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Robert Silva, explicó que para poder distribuir a los 700.000 alumnos de Primaria, Secundaria y educación técnica en salones se apelará al uso de espacios alternativos como gimnasios o laboratorios o locales externos, cedidos de forma excepcional al órgano rector de la educación uruguaya.A comienzos de febrero, la ANEP lanzó una convocatoria a "organizaciones de la sociedad civil y personas privadas" que quisieran ofrecer locales a modo de préstamo para alojar a grupos de estudiantes durante el año 2021. Una de las instituciones que anunció su disposición a ceder salones de clases es la estatal Universidad de la República.La necesidad de nuevos salones de clases resulta evidente a la luz de un nuevo protocolo definido por las autoridades educativas uruguayas, en el que se especifica que los alumnos deben distribuirse con al menos un metro de distancia entre ellos en los salones de clase. La distancia mínima puede incluso incrementarse a 1,5 metros para los estudiantes de Secundaria y en los departamentos del país calificados con riesgo naranja o rojo según el índice de Harvard.El mismo protocolo establece la obligación de que todos los estudiantes deberán utilizar mascarillas. Esto será obligatorio incluso para los niños a partir de 6 años, tanto en el aula como cuando "existan aglomeraciones" al inicio o final de la jornada educativa o el transporte escolar. Los niños solo quedarán exentos de utilizar mascarilla si se garantiza una distancia mínima de 1,5 metros entre ellos.Maestros: "El salón no se va a agrandar"El optimismo del Gobierno uruguayo no es compartido por los sindicatos docentes, que si bien dicen compartir los objetivos expresados por Silva, aseguran que la planificación de las autoridades no tomó en cuenta la experiencia acumulada por los docentes en 2020 y no solucionará el riesgo de contagios de COVID-19.Elbia Pereira, dirigente de la Federación Uruguaya de Magisterio —sindicato que reúne a los maestros— dijo a Sputnik que los planes del Gobierno están "muy lejos de la realidad", ya que "cuando se dice que el 80% de las escuelas están en condiciones de comenzar, hay que tener en cuenta que las que no están en condiciones son las escuelas a las que asiste la mayor cantidad de alumnos".Según Pereira, las autoridades uruguayas presentan un dato engañoso ya que, de las 2.300 escuelas que existen en Uruguay, unas 1.000 son rurales, donde las necesidades locativas para cumplir con el protocolo son ínfimas. Así, las escuelas de Montevideo —especialmente su zona oeste— y su zona metropolitana son al mismo tiempo las más concurridas y las más retrasadas en asegurar su funcionamiento en régimen de pandemia.Para la dirigente sindical, el Gobierno uruguayo tardó en "poner manos a la obra" para encontrar los locales sustitutos y no adjudicó presupuestos adicionales para asegurar la contratación de nuevos docentes y funcionarios.El Gobierno uruguayo tiene otra postura, dado que asegura que destinó 386 millones de pesos uruguayos (8,9 millones de dólares) a "acciones específicas del inicio de cursos, mantenimiento edilicio y reparaciones vinculadas a la pandemia".Más allá de lo presupuestal, los maestros señalan con preocupación el problema de dónde recaerá la "responsabilidad" del funcionamiento del régimen de clases con grupos divididos en espacios alternativos. Pereira advirtió que tanto para los maestros como para los directores de los centros sería una carga adicional tener que ocuparse de conseguir locales alternativos y gestionar su funcionamiento a distancia.Según Pereira, esta forma de funcionamiento todavía deja muchas dudas a los docentes, muchos de los cuales comenzarán los cursos sin tener claro cómo dividirá sus grupos y en qué locales funcionarán.La preocupación de los maestros es compartida por docentes de Secundaria. Un comunicado de la Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria (Ades) de Montevideo advierte que "no será posible que un grupo funcione dividido entre el salón de clases y algún espacio alternativo si para ese fin no se generan más horas docentes, a menos que se esté pensando en que esos lugares alberguen grupos completos, lo que implicaría una logística inviable, considerando traslados de funcionarios y estudiantes entre distintos locales, poniendo en riesgo su integridad física".Protocolo ante casos de COVID-19 sin "aterrizaje territorial"Los maestros también cuestionan el protocolo establecido para actuar durante el 2021 ante la aparición de un caso de COVID-19 en un centro educativo. El protocolo definido por las autoridades especifica que, luego de notificar el caso al Ministerio de Salud Pública uruguayo, "el centro educativo continuará funcionando, excepto actividades en el aula afectada".En efecto, el texto establece que solo se cerrará el aula en la que se detectó el caso. El salón solo podrá volver a ser utilizado "una vez que se haya realizado su limpieza y desinfección correspondiente". Todos los infectados y los contactos, mientras tanto, serán sometidos a cuarentena.Según Pereira, al protocolo definido por las autoridades le falta "un aterrizaje territorial" al asumir que los centros pueden seguir funcionando aislando únicamente el aula afectada. La dirigente ironizó con que los redactores del protocolo "imaginan que el niño ingresa al aula, se queda dentro y no se mueve más hasta que lo vienen a buscar".Para la docente, esa concepción "es irreal" e ignora que tanto los alumnos como los funcionarios "deambulan por el centro educativo". Por eso, los docentes creen que, en la práctica, cada caso de COVID-19 detectado obligará, tarde o temprano, al cierre de todo el centro educativo.
https://noticiaslatam.lat/20210223/1109069553.html
https://noticiaslatam.lat/20210216/termino-la-cuenta-regresiva-vuelven-las-clases-presenciales-en-argentina-1107853616.html
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Clases con "presencialidad plena" en Uruguay: ¿una meta "irreal" del Gobierno?
20:55 GMT 24.02.2021 (actualizado: 11:43 GMT 20.05.2023) Uruguay reinicia las clases el 1 de marzo con el objetivo de recuperar la "presencialidad plena" en Primaria y Secundaria. Para los docentes, la meta está "lejos de la realidad" porque no hay salones ni maestros suficientes, dijo a Sputnik la dirigente sindical Elbia Pereira.
Uruguay fue uno de los primeros países latinoamericanos que en 2020 retomó las clases en sus centros educativos, gracias a un
sistema de clases semipresencial que se apoyó en la alta penetración de internet en el pequeño país sudamericano.
Más de seis meses después de que aquel reinicio de clases, el Gobierno uruguayo se mostró optimista ante sus ciudadanos, al afirmar que el año lectivo de 2021 tendría como uno de sus objetivos primordiales restituir la "presencialidad plena" en las aulas, que durante 2020 fueron ocupadas de forma alternada por la mitad de cada grupo y con asistencia voluntaria.
En una conferencia de prensa realizada el 29 de enero, el titular de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Robert Silva, explicó que para poder distribuir a los 700.000 alumnos de Primaria, Secundaria y educación técnica en salones se apelará al uso de espacios alternativos como gimnasios o laboratorios o locales externos, cedidos de forma excepcional al órgano rector de la educación uruguaya.
23 de febrero 2021, 00:09 GMT
A comienzos de febrero, la ANEP lanzó una convocatoria a "organizaciones de la sociedad civil y personas privadas" que quisieran ofrecer locales a modo de préstamo para alojar a grupos de estudiantes durante el año 2021. Una de las instituciones que anunció su disposición a ceder salones de clases es la estatal Universidad de la República.
La necesidad de nuevos salones de clases resulta evidente a la luz de un nuevo protocolo definido por las autoridades educativas uruguayas, en el que se especifica que los alumnos deben distribuirse con al menos un metro de distancia entre ellos en los salones de clase. La distancia mínima puede incluso incrementarse a 1,5 metros para los estudiantes de Secundaria y en los departamentos del país calificados con riesgo naranja o rojo según el índice de Harvard.
El mismo protocolo establece la obligación de que todos los estudiantes deberán utilizar mascarillas. Esto será obligatorio incluso para los niños a partir de 6 años, tanto en el aula como cuando "existan aglomeraciones" al inicio o final de la jornada educativa o el transporte escolar. Los niños solo quedarán exentos de utilizar mascarilla si se garantiza una distancia mínima de 1,5 metros entre ellos.
16 de febrero 2021, 23:47 GMT
Maestros: "El salón no se va a agrandar"
El optimismo del Gobierno uruguayo no es compartido por los sindicatos docentes, que si bien dicen compartir los objetivos expresados por Silva, aseguran que la planificación de las autoridades no tomó en cuenta la experiencia acumulada por los docentes en 2020 y no solucionará el riesgo de contagios de COVID-19.
Elbia Pereira, dirigente de la Federación Uruguaya de Magisterio —sindicato que reúne a los maestros— dijo a Sputnik que los planes del Gobierno están "muy lejos de la realidad", ya que "cuando se dice que el 80% de las escuelas están en condiciones de comenzar, hay que tener en cuenta que las que no están en condiciones son las escuelas a las que asiste la mayor cantidad de alumnos".
Según Pereira, las autoridades uruguayas presentan un dato engañoso ya que, de las 2.300 escuelas que existen en Uruguay, unas 1.000 son rurales, donde las necesidades locativas para cumplir con el protocolo son ínfimas. Así, las escuelas de Montevideo —especialmente su zona oeste— y su zona metropolitana son al mismo tiempo las más concurridas y las más retrasadas en asegurar su funcionamiento en régimen de pandemia.
Para la dirigente sindical, el Gobierno uruguayo tardó en "poner manos a la obra" para encontrar los locales sustitutos y no adjudicó presupuestos adicionales para asegurar la contratación de nuevos docentes y funcionarios.
"Si el salón no alcanza para mantener la distancia de un metro no se va a agrandar. Para buscar otro salón y subdividir grupos se necesita más dinero para contratar otro docente y funcionario que limpie", apuntó Pereira.
El Gobierno uruguayo tiene otra postura, dado que asegura que destinó 386 millones de pesos uruguayos (8,9 millones de dólares) a "acciones específicas del inicio de cursos, mantenimiento edilicio y reparaciones vinculadas a la pandemia".
Más allá de lo presupuestal, los maestros señalan con preocupación el problema de dónde recaerá la "responsabilidad" del funcionamiento del régimen de clases con grupos divididos en espacios alternativos. Pereira advirtió que tanto para los maestros como para los directores de los centros sería una carga adicional tener que ocuparse de conseguir locales alternativos y gestionar su funcionamiento a distancia.
Según Pereira, esta forma de funcionamiento todavía deja muchas dudas a los docentes, muchos de los cuales comenzarán los cursos sin tener claro cómo dividirá sus grupos y en qué locales funcionarán.
La preocupación de los maestros es compartida por docentes de Secundaria. Un comunicado de la Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria (Ades) de Montevideo
advierte que "no será posible que un grupo funcione dividido entre el salón de clases y algún espacio alternativo si para ese fin no se generan más horas docentes, a menos que se esté pensando en que esos lugares alberguen grupos completos, lo que implicaría una logística inviable, considerando traslados de funcionarios y estudiantes entre distintos locales, poniendo en riesgo su integridad física".
12 de febrero 2021, 22:54 GMT
Protocolo ante casos de COVID-19 sin "aterrizaje territorial"
Los maestros también cuestionan el protocolo establecido para actuar durante el 2021 ante la aparición de un
caso de COVID-19 en un centro educativo. El protocolo definido por las autoridades
especifica que, luego de notificar el caso al Ministerio de Salud Pública uruguayo, "el centro educativo continuará funcionando, excepto actividades en el aula afectada".
En efecto, el texto establece que solo se cerrará el aula en la que se detectó el caso. El salón solo podrá volver a ser utilizado "una vez que se haya realizado su limpieza y desinfección correspondiente". Todos los infectados y los contactos, mientras tanto, serán sometidos a cuarentena.
5 de febrero 2021, 14:42 GMT
Según Pereira, al protocolo definido por las autoridades le falta "un aterrizaje territorial" al asumir que los centros pueden seguir funcionando aislando únicamente el aula afectada. La dirigente ironizó con que los redactores del protocolo "imaginan que el niño ingresa al aula, se queda dentro y no se mueve más hasta que lo vienen a buscar".
Para la docente, esa concepción "es irreal" e ignora que tanto los alumnos como los funcionarios "deambulan por el centro educativo". Por eso, los docentes creen que, en la práctica, cada caso de COVID-19 detectado obligará, tarde o temprano, al cierre de todo el centro educativo.