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Cómo la URSS quebró la máquina capitalista: así fue el 'gran robo de cereales'
Cómo la URSS quebró la máquina capitalista: así fue el 'gran robo de cereales'
Sputnik Mundo
El inicio de esta historia se remonta a principios de la década de 1960. En aquella época los ciudadanos estaban seguros de que su país era capaz de abastecer
2021-02-11T17:58+0000
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El inicio de esta historia se remonta a principios de la década de 1960. En aquella época los ciudadanos estaban seguros de que su país era capaz de abastecer a la población con productos elaborados de grano. Si bien tras la Segunda Guerra Mundial la URSS todavía no era considerada un líder en el mercado de cereales, normalmente conseguía cosechas suficientes para satisfacer la demanda interna. Tras el inicio de la Guerra Fría, Moscú adquirió varios lotes de grano de países extranjeros, pero el volumen comprado no fue grande.Los primeros rumores en cuanto a la posibilidad de una considerable escasez de grano en la URSS aparecieron en 1963. Estos rumores en cierta medida reflejaban la verdadera situación en la que en el país comunista se esperaba un cierto grado de déficit de cereales. Canadá fue el país que firmó el contrato con la Unión Soviética sobre los suministros de grano por un monto total de 500 millones de dólares. Una parte de los suministros fue destinada a Cuba, lo que no fue un secreto para Ottawa y Washington. La enormidad del trato entre la URSS y Canadá sorprendía incluso a las empresas que llevaban años en ese mercado. En la URSS, entretanto, la producción de cereales cayó un 10%. Sin embargo, la cúpula dirigente soviética no solo no preveía reducir el consumo interno, sino que tenía previsto hasta aumentar los suministros de grano a Europa del Este y a Cuba.PreludioEl Gobierno de la URSS en la década de 1960 se ocupaba de la cuestión de garantizar el equilibrio en el mercado mediante precios fijos. Nunca es una tarea fácil teniendo en cuenta que es imposible predecir la demanda y el volumen de la cosecha.Otro gran problema era el hecho de que los países amigos de Moscú hacían frente a problemas semejantes. Incluso para los expertos de Estados Unidos, quedó claro que el sistema agrario de la Unión Soviética pasaba por un período de grandes dificultades.Comprar grano de Estados Unidos tampoco se veía como una tarea fácil porque en el país norteamericano entonces estaba directamente prohibido realizar cualquier tipo de suministro que pudiera fortalecer al 'régimen comunista'. Muchos políticos estadounidenses creían que había que mitigar estas prohibiciones. Pero, en cualquier caso, los suministros de cereales a la URSS tenían que ser aprobados por el presidente de Estados Unidos. La venta de cereales a la Unión Soviética fue un paso muy lógico para EEUU teniendo en cuenta que este último tenía enormes reservas de grano y surgió la oportunidad de deshacerse de cantidades excesivas del mismo. La venta de grano al enemigo ayudaría a estimular el mercado interior de Estados Unidos: este sería un beneficio evidente para Washington.La cuestión de los suministros de cereales a la URSS fue causa de un acalorado debate en EEUU. Muchos temían que, finalmente, el grano acabara en Cuba y efectivamente fortaleciera la influencia de Moscú sobre La Habana. Esto contradecía la política estadounidense, que estaba encaminada a sofocar el Gobierno de Fidel Castro.Aun así, el presidente John Kennedy firmó un protocolo sobre la venta de grano a la URSS por un monto total de 250 millones de dólares —en precios de aquella época—. La sociedad norteamericana insistía en que hubiera una campaña para hacer saber a los ciudadanos soviéticos que comían pan norteamericano, lo que resultó imposible.La Unión Soviética adquirió casi dos millones de toneladas de cereales de las empresas Cargill y Continental Grain. Pero esto no fue nada en comparación con lo que pasaría nueve años después. La historia se repiteEn el verano de 1972 los territorios fértiles de la URSS se sometieron a una grave sequía lo que resultó en una cosecha baja. Las regiones del país comunista informaron a Moscú sobre los posibles problemas con el suministro de grano a otras partes de la Unión. Entonces Moscú envió su delegación a Estados Unidos para expresar su deseo de adquirir una gran cantidad de cereales, incluidos el trigo y el maíz.Las primeras estimaciones por alguna razón parecieron enormes sumas a muchos estadounidenses porque se planteaba la compra de 2,7 millones de toneladas de cereales. Pero en realidad la escala de la crisis de la cosecha fue tan grande que, en realidad, la compañía estatal soviética Exportjleb había pedido un contrato para importar ocho millones de toneladas.El Departamento de Agricultura de Estados Unidos vio una gran oportunidad al enterarse de las necesidades de la Unión Soviética. De esta manera, Estados Unidos sería capaz de deshacerse una vez más de las cantidades excesivas de cereales en sus almacenes y daría un impulso a la economía del país. Los vendedores no revelaban las cantidades de grano que iba a ser suministrado a la URSS porque incluso una simple noticia sobre las negociaciones entre las dos partes haría disparar los precios, lo que haría desplomar los beneficios. Incluso después de que se hiciera el trato, Moscú volvió a enviar a la delegación de Exportjleb a EEUU para comprar aún más cereales porque la cosecha de 1972 resultó ser demasiado insuficiente para satisfacer las necesidades del país comunista.EEUU firmó un nuevo contrato con la delegación soviética y la URSS adquirió un total de 19 millones de toneladas de cereales, más del 10% de la producción total anual del país comunista en aquella época. Lo más curioso en este caso es que el público en EEUU creía que los soviéticos habían comprado solo cuatro millones de toneladas. La delegación soviética aseguraba a cada vendedor estadounidense de grano que mantenía negociaciones solo con ellos y nadie más.También es importante señalar que en Estados Unidos hubo una práctica de equiparación de precios internos con los mundiales. En otras palabras, si una empresa exportaba grano por un precio que era superior al interno, la compañía tenía que pagar la diferencia al Gobierno; si los precios mundiales eran inferiores a los internos, el Gobierno compensaba la diferencia a los vendedores.Gran robo de cereales, ¿un paso deliberado?Dicha práctica fue efectiva solo cuando los volúmenes de los pagos en ambas direcciones fueron más o menos los mismos. No obstante, cuando se vio claro que se trataba de la venta de 19 millones de toneladas de grano, los precios internos se dispararon y superaron los precios mundiales. El Gobierno estadounidense tuvo que subsidiar a los exportadores. La cantidad de subsidios alcanzó un monto total de centenares de millones de dólares.Los contribuyentes se pusieron nerviosos porque no entendían por qué tenían que pagar por subsidios que compensaban los suministros de cereales al enemigo comunista. Bajo la presión de la población, la cantidad de los subsidios se redujo, de ahí que los gastos causados por los contratos firmados con la URSS fueran divididos entre el Estado y las empresas vendedoras.La Unión Soviética, efectivamente, compró cereales a un precio muy bajo y, de hecho, a expensas de los estadounidenses. Esta historia pasó a ser conocida como el gran robo de cereales. En EEUU hasta hoy hay quienes creen que Moscú lo hizo de manera deliberada; que logró dictar su política económica a Occidente y que de hecho quebró la máquina capitalista en este caso particular.Y sí lo hizo, pero no fue una política deliberada, sino una coincidencia. Los compradores soviéticos tenían poco entendimiento de cómo funcionaban los mercados capitalistas y actuaron conforme la idea de 'cada uno a lo suyo'.
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Cómo la URSS quebró la máquina capitalista: así fue el 'gran robo de cereales'
17:58 GMT 11.02.2021 (actualizado: 14:27 GMT 29.12.2022) Denis Lukyanov
Reportero internacional
La Unión Soviética tuvo una visión bastante distorsionada en cuanto al funcionamiento del sistema capitalista. Cuando en una ocasión necesitó comprar grano en grandes cantidades, hizo derrumbarse sin querer las bolsas de cereales. Esta es la increíble historia de los eventos que pasaron a ser conocidos como el 'gran robo de cereales'.
El inicio de esta historia se remonta a principios de la década de 1960. En aquella época los ciudadanos estaban seguros de que su país era capaz de abastecer a la población con productos elaborados de grano.
10 de abril 2020, 08:57 GMT
Si bien tras la Segunda Guerra Mundial la URSS todavía no era considerada un líder en el mercado de cereales, normalmente conseguía cosechas suficientes para satisfacer la demanda interna. Tras el inicio de
la Guerra Fría, Moscú adquirió varios lotes de grano de países extranjeros, pero el volumen comprado no fue grande.
Los primeros rumores en cuanto a la posibilidad de una considerable escasez de grano en la URSS aparecieron en 1963. Estos rumores en cierta medida reflejaban la verdadera situación en la que en el país comunista se esperaba un cierto grado de déficit de cereales.
19 de julio 2020, 16:36 GMT
Canadá fue el país que firmó el contrato con la Unión Soviética sobre los suministros de grano por un monto total de 500 millones de dólares. Una parte de los suministros fue destinada a Cuba, lo que no fue un secreto para Ottawa y Washington. La enormidad del trato entre la URSS y Canadá sorprendía incluso a las empresas que llevaban años en ese mercado.
En la URSS, entretanto, la producción de cereales cayó un 10%. Sin embargo, la cúpula dirigente soviética no solo no preveía reducir el consumo interno, sino que tenía previsto hasta aumentar los suministros de grano a Europa del Este y a Cuba.
El Gobierno de la URSS en la década de 1960 se ocupaba de la cuestión de garantizar el equilibrio en el mercado mediante precios fijos. Nunca es una tarea fácil teniendo en cuenta que es imposible predecir la demanda y el volumen de la cosecha.
27 de noviembre 2020, 03:00 GMT
Otro gran problema era el hecho de que los países amigos de Moscú hacían frente a problemas semejantes. Incluso para los expertos de Estados Unidos, quedó claro que el sistema agrario de la Unión Soviética pasaba por un período de grandes dificultades.
Comprar grano de Estados Unidos tampoco se veía como una tarea fácil porque en el país norteamericano entonces estaba directamente prohibido realizar cualquier tipo de suministro que pudiera fortalecer al 'régimen comunista'. Muchos políticos estadounidenses creían que había que mitigar estas prohibiciones. Pero, en cualquier caso, los suministros de cereales a la URSS tenían que ser aprobados por el presidente de Estados Unidos.
La venta de cereales a la Unión Soviética fue un paso muy lógico para EEUU teniendo en cuenta que este último tenía enormes reservas de grano y surgió la oportunidad de deshacerse de cantidades excesivas del mismo. La venta de grano al enemigo ayudaría a estimular el mercado interior de Estados Unidos: este sería un beneficio evidente para Washington.
6 de septiembre 2020, 09:52 GMT
La cuestión de los suministros de cereales a
la URSS fue causa de un acalorado debate en EEUU. Muchos temían que, finalmente, el grano acabara en Cuba y efectivamente fortaleciera la influencia de Moscú sobre La Habana. Esto contradecía la política estadounidense, que estaba encaminada a sofocar el Gobierno de Fidel Castro.
Aun así, el presidente John Kennedy firmó un protocolo sobre la venta de grano a la URSS por un monto total de 250 millones de dólares —en precios de aquella época—. La sociedad norteamericana insistía en que hubiera una campaña para hacer saber a los ciudadanos soviéticos que comían pan norteamericano, lo que resultó imposible.
La Unión Soviética adquirió casi dos millones de toneladas de cereales de las empresas Cargill y Continental Grain. Pero esto no fue nada en comparación con lo que pasaría nueve años después.
En el verano de 1972 los territorios fértiles de la URSS se sometieron a una grave sequía lo que resultó en una cosecha baja. Las regiones del país comunista informaron a Moscú sobre los posibles problemas con el suministro de grano a otras partes de la Unión. Entonces Moscú envió su delegación a Estados Unidos para expresar su deseo de adquirir una gran cantidad de cereales, incluidos el trigo y el maíz.
20 de noviembre 2020, 15:45 GMT
Las primeras estimaciones por alguna razón parecieron enormes sumas a muchos estadounidenses porque se planteaba la compra de 2,7 millones de toneladas de cereales. Pero en realidad la escala de la crisis de la cosecha fue tan grande que, en realidad, la compañía estatal soviética Exportjleb había pedido un contrato para importar ocho millones de toneladas.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos vio una gran oportunidad al enterarse de las necesidades de la Unión Soviética. De esta manera, Estados Unidos sería capaz de deshacerse una vez más de las cantidades excesivas de cereales en sus almacenes y daría un impulso a la economía del país.
Los vendedores no revelaban las cantidades de grano que iba a ser suministrado a la URSS porque incluso una simple noticia sobre las negociaciones entre las dos partes haría disparar los precios, lo que haría desplomar los beneficios.
14 de octubre 2019, 13:10 GMT
Incluso después de que se hiciera el trato, Moscú volvió a enviar a la delegación de Exportjleb a EEUU para comprar aún más cereales porque la cosecha de 1972 resultó ser demasiado insuficiente para satisfacer las necesidades del país comunista.
EEUU firmó un nuevo contrato con la delegación soviética y la URSS adquirió un total de 19 millones de toneladas de cereales, más del 10% de la producción total anual del país comunista en aquella época. Lo más curioso en este caso es que el público en EEUU creía que los soviéticos habían comprado solo cuatro millones de toneladas.
La delegación soviética aseguraba a cada vendedor estadounidense de grano que mantenía negociaciones solo con ellos y nadie más.
También es importante señalar que en Estados Unidos hubo una práctica de equiparación de precios internos con los mundiales. En otras palabras, si una empresa exportaba grano por un precio que era superior al interno, la compañía tenía que pagar la diferencia al Gobierno; si los precios mundiales eran inferiores a los internos, el Gobierno compensaba la diferencia a los vendedores.
Gran robo de cereales, ¿un paso deliberado?
Dicha práctica fue efectiva solo cuando los volúmenes de los pagos en ambas direcciones fueron más o menos los mismos. No obstante, cuando se vio claro que se trataba de la venta de 19 millones de toneladas de grano, los precios internos se dispararon y superaron los precios mundiales. El Gobierno estadounidense tuvo que subsidiar a los exportadores. La cantidad de subsidios alcanzó un monto total de centenares de millones de dólares.
17 de julio 2019, 01:54 GMT
Los contribuyentes se pusieron nerviosos porque no entendían por qué tenían que pagar por subsidios que compensaban los suministros de cereales al enemigo comunista. Bajo la presión de la población, la cantidad de los subsidios se redujo, de ahí que los gastos causados por los contratos firmados con la URSS fueran divididos entre el Estado y las empresas vendedoras.
La Unión Soviética, efectivamente, compró cereales a un precio muy bajo y, de hecho, a expensas de los estadounidenses. Esta historia pasó a ser conocida como el gran robo de cereales. En EEUU hasta hoy hay quienes creen que Moscú lo hizo de manera deliberada; que logró dictar su política económica a Occidente y que de hecho quebró la máquina capitalista en este caso particular.
Y sí lo hizo, pero no fue una política deliberada, sino una coincidencia. Los compradores soviéticos tenían poco entendimiento de cómo funcionaban los mercados capitalistas y actuaron conforme la idea de 'cada uno a lo suyo'.