El avión sobrevoló Cuba casi exactamente de sur a norte en 12 minutos. El día 15 de octubre los especialistas analizaron las fotos y la mañana del 16 de octubre las mostraron al entonces presidente de EEUU, John Kennedy.
La escalada de la crisis
Por su parte, el gobernante cubano, Fidel Castro, aseguraba a la parte soviética que esperaba una inminente agresión por parte de EEUU.
La tensión aumentó aún más cuando el 27 de octubre fue derribado un avión espía estadounidense por un misil tierra-aire. El piloto murió. Ese día pasó a la historia como el sábado negro.
El equilibrio militar
En 1961 EEUU desplegó en Italia y Turquía los misiles de medio alcance Jupiter, que podían llegar a territorio soviético en cuestión de minutos. En respuesta, la URSS desplegó en Cuba el contingente militar y los misiles balísticos R-12 y R-14 capaces de trasportar ojivas nucleares. El tiempo de ataque también era de unos minutos.
Además, el experto indica que el presidente estadounidense confiaba en una solución pacífica.
"Afortunadamente, Kennedy mostró tanto talento político como sabiduría propia de un gobernante y logró resolver el problema por medio de negociaciones sobre concesiones mutuas", señaló.
Como resultado, los misiles soviéticos y otras armas nucleares se retiraron de Cuba. Por su parte, EEUU retiró sus misiles de Turquía e Italia y se comprometió a no invadir la Isla de la Libertad.
"Y lo más importante es que se consiguió evitar una guerra nuclear mundial", recalca Batiuk.
El teléfono rojo
Durante la 'crisis de los misiles' entre las dos partes no hubo negociaciones como tales. La URSS y EEUU estaban en estado de guerra fría, y no había una línea directa de comunicación entre el Kremlin y la Casa Blanca.
Toda la comunicación se realizaba mediante los embajadores, agentes de inteligencia, telegramas y correo diplomático y podía tardar varias horas en llegar al destinatario.
"Fue un paso inusual, pero Jruschov tenía miedo de que mientras pasaba la correspondencia por canales diplomáticos, estallara una guerra nuclear. Y solo después de eso se involucraron los diplomáticos", indica Batiuk.
Como resultado, se estableció una línea directa entre Moscú y Washington. Era un sistema de comunicaciones de emergencia llamado el teléfono rojo. Se convirtió en un símbolo de la Guerra Fría y fue resultado del primer acuerdo entre las dos superpotencias para evitar una guerra nuclear.