El libro —con versión en español— se titula 'El último genio del siglo XX. Yuri Knórosov: el destino de un científico'. La obra salió "muy gorda", y es que su biografía "resultó ser la biografía de nuestro país, de Rusia", explicó la autora al indicar que "todo el contexto histórico está incluido".
En conversación con Radio Sputnik, Galina Ershova repasó algunos de los episodios cruciales de la vida de Knórosov, entre ellos, el papel jugado por sus padres, quienes criaban a sus cinco hijos siguiendo los consejos del mundialmente conocido neurólogo, neurofisiólogo y psiquiatra ruso Vladímir Béjterev, sacando de ellos "la máxima creatividad". Posteriormente, todos "se realizaron como científicos", se doctoraron y "dos de ellos obtuvieron premios estatales".
Entre los hechos que marcaron la carrera del científico, Ershova resaltó su estancia entre 1941 y 1943 en territorios ocupados por los nazis durante la Gran Guerra Patria, algo que implicaba ciertas restricciones tácitas para los ciudadanos soviéticos que lo vivieron.
Relató asimismo que en el camino de Knórosov tampoco faltaron detractores, llegándose incluso a que un grupo científico rival, integrado también por un miembro de la KGB, consiguió "apropiarse" de sus "materiales sobre el desciframiento", publicarlos y presentarlos como propios al entonces líder soviético Nikita Jruschev.
Un incidente que, aunque "se quebró", tuvo entre sus consecuencias nefastas que a Knórosov ya no le dejaran salir al exterior, lo cual muy probablemente podría haber sido una venganza "de ese personaje de la KGB", según Ershova.
Visitó Guatemala por invitación del entonces presidente, Vincio Cerezo, quien le otorgó la Gran Medalla de Oro. Posteriormente, también en los años noventa, visitó México en varias ocasiones donde fue condecorado con la Orden del Águila Azteca. Unos viajes que le hacían sentir "feliz y encantado".
Su vida se truncó en 1999. Pero su legado no se perdió, sino todo lo contrario. Fundamentalmente, gracias a Galina Ershova, jefa de Centro de Estudios Mesoamericanos Yuri Knórosov de la Universidad Estatal Rusa de Humanidades, que continúa exitosamente la labor del último genio del siglo XX.