El 17 de noviembre, el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, celebró una reunión dedicada a la política exterior del país, en la que participó el canciller bielorruso.
El canciller afirmó asimismo que Minsk planea debatir con los socios europeos la viabilidad de las sanciones contra Bielorrusia.
"Si alguien cree que esto será beneficioso, entonces está profundamente equivocado. Por supuesto, hablaremos con nuestros socios occidentales a este respecto. Me parece que allí hay más entendimiento sobre si vale la pena tomar tales medidas: imponer las sanciones económicas contra Bielorrusia", indicó.
Según Makéi, los llamamientos de la oposición bielorrusa a introducir sanciones económicas a Minsk "no son solo una gran estupidez, son un gran peligro para el Estado de Bielorrusia en general".
En Bielorrusia continúan las protestas desde las elecciones presidenciales del pasado 9 de agosto, que otorgaron el sexto mandato a Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994.
La oposición bielorrusa denunció numerosas irregularidades electorales y exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko descartó.
El pasado 2 de octubre, la Unión Europea formalizó medidas restrictivas contra 40 funcionarios bielorrusos que, según Bruselas, son responsables de la violencia durante las protestas y de la falsificación de los resultados de las elecciones presidenciales.
Un mes después, el bloque comunitario aprobó una segunda tanda de sanciones, que afectan al presidente Lukashenko, su hijo Víctor y otras 13 personas.
El pasado 13 de noviembre, la UE anunció que está dispuesta a imponer más sanciones contra Bielorrusia por la muerte de un manifestante si las autoridades de ese país no detienen la violencia ni comienzan una investigación transparente de los crímenes cometidos durante las protestas.