"El acuerdo de la UE y Mercosur es el único documento que obliga a los países a permanecer en el Acuerdo de París y a respetar las disposiciones de manera efectiva. Además, se establece que se suspende el acuerdo si los bienes comerciados se benefician de políticas que degradan el ambiente o las normas laborales", afirmó Bustillo durante el tercer foro de inversión europea en Uruguay.
En octubre de 2019, Francia anunció que no firmaría el acuerdo de libre comercio argumentando que Brasil "no respeta la selva amazónica" y el Acuerdo de París.
En agosto de 2019, Alemania y Noruega congelaron sus aportes al Fondo Amazonía, una herramienta del Gobierno brasileño que recoge ayudas de estados extranjeros para preservar la selva.
Continente verde
Bustillo afirmó que es necesario abordar el acuerdo con un "enfoque rápido y pragmático" que haga que el tratado sea una realidad.
"Uruguay es respetuoso de los debates internos, pero el tiempo apremia. (…) el acuerdo alcanzado no es el pacto perfecto, pero es el posible (…) no podemos permitir que aspectos coyunturales sobre un profundo compromiso de 20 años influya cuando lo que preocupa a la UE está contemplado y regulado en el acuerdo", agregó.

"Los países del Mercosur pertenecen en promedio a más convenios de la Organización Internacional del Trabajo que los países europeos. Mientras en Uruguay la matriz energética es casi en su 100% renovable, en los países europeos la energía limpia no supera el 15%. El mundo necesita mensajes optimistas como el que plantea el acuerdo entre la UE y el Mercosur", expresó.
El acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur (bloque formado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) fue alcanzado en junio del año pasado tras casi dos décadas de negociaciones, pero para que entre en vigor tiene que ser ratificado por todos los países europeos.