Dos jóvenes murieron por la violencia que la Policía desató sobre sus cuerpos durante la segunda marcha contra el presidente interino Manuel Merino en Lima, el 14 de noviembre. El primero fue Bryan Pintado Sánchez, de 22 años, por los diez disparos de perdigón que le impactaron en la cabeza, el cuello, el tórax y el brazo derecho. El segundo fue Inti Sotelo Camargo, de 24, por un proyectil que le perforó el corazón.
La violencia policial también dejó un saldo de más de 200 heridos; al menos 23 de ellos continúan hospitalizados. Varios sufrieron múltiples lesiones en el rostro, y están pidiendo ayuda económica para sortear los tratamientos médicos.
Tal es el caso de Jean Franco Cabrera Cano, un joven de 24 años, que fue violentado en la avenida Abancay, en el centro de Lima. "Tenían a la Policía detrás apuntandolos para que se retiren, y por delante lanzaron bombas lacrimógenas. Tuvieron que retroceder porque se estaban asfixiando; sin embargo, al momento de alzar la mano para pedir ayuda, fue atacado con gases lacrimógenos en la cara", contó el hermano del joven al periódico peruano La República. Cabrera Cano tiene más de una decena de puntos en el pómulo, perdió tres dientes y tiene la nariz dislocada.
Al menos 45 personas estuvieron desaparecidas entre el sábado 14 y el lunes 16. Dos hombres aún no han sido ubicados: Gabriel Rodríguez Medrano y Luis Fernando Araujo Enriquez. La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) elaboró una plantilla que se actualiza en tiempo real con la información.
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— Defensoría Perú (@Defensoria_Peru) November 17, 2020
Este martes 17 de noviembre la CNDDHH denunció a Merino y a sus ministros "por la violenta represión hacia las marchas nacionales". El día anterior la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó las violaciones a los derechos humanos ocurridas en el contexto de las protestas sociales en Perú, llamó a "resolver la crisis institucional por vías democráticas", y se puso "a disposición del Estado peruano para realizar una visita de trabajo".