Siempre se dijo que en la prehistoria los hombres salían a cazar mientras que las mujeres se quedaban en el hogar, pero parece que esto no era tan así. Una reciente investigación sostiene que la caza en la región del altiplano andino se realizaba tanto por hombres como por mujeres, en grupos de cazadores-recolectores.
La mujer encontrada junto a herramientas de caza y huesos de mamíferos grandes alrededor de su tumba, fue denominada Wilamaya Patjxa individuo 6 o "WPI6" y se cree que tenía entre 17 y 19 años cuando murió.
"Es un hallazgo muy importante porque cuestiona la forma que tenemos de ver a las sociedades del pasado que está muy sesgada por lo que se sabe sobre las comunidades de cazadores-recolectores actuales, donde la mujer cumple un rol en la recolección y el hombre en la caza, aunque hay excepciones", explicó el doctor Matías Medina, arqueólogo e investigador del Conicet en Argentina.
Aunque en las sociedades de cazadores actuales exista una mayor división de tareas por género, en la prehistoria no fue tan así y la explicación estaría en las herramientas de caza.
"El arma de caza utilizada en esa época se llama atlatl o propulsor, algo intermedio entre una flecha y una lanza, que multiplica la fuerza del brazo humano y permite lanzar proyectiles grandes y pesados hacia la presa pero no con tanta puntería como el arco y la flecha", añadió Medina.
Cazar con propulsor requiere que muchas personas participen en la actividad de caza y esto, según el investigador, es lo que explica la participación de las mujeres. La invención del arco y la flecha "las liberó" de realizar esta tarea y les permitió realizar otras como la recolección o, posteriormente, el cultivo.
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