El índice DXY que refleja el dólar frente al euro, la libra esterlina, el yen japonés y otras monedas del mundo, se encuentra en uno de sus niveles más bajos desde principios de septiembre. Los analistas pronostican que esto es algo inevitable después de un posible cambio de poder en EEUU, explica Natalia Dembinskaya en su artículo para la versión rusa de Sputnik.
Flexibilizaciones en el comercio: ¿perjudicarán al dólar?
Si el Partido Demócrata logra obtener el control sobre el Senado y la Cámara de Representantes, Biden puede implementar diversos planes para cambiar el panorama fiscal del país y aumentar la carga regulatoria de las empresas.
Estos cambios beneficiarían a algunas monedas, incluyendo el rublo ruso. Pero no favorecerá de ninguna manera al dólar, ya que el alivio de la tensión comercial y una política exterior más predecible sin amenazas arancelarias reducirían su demanda como moneda refugio, explica Dembinskaya.
Incentivos fiscales y tasas bajas, pero ¿sin inversores?
Una posible victoria demócrata significaría un estímulo fiscal adicional para la economía estadounidense, pues han prometido un paquete de ayuda de casi tres billones para principios de 2021. Aunque en el futuro esto puede causar la debilitación del dólar porque incrementará el déficit presupuestario y aumentará los préstamos externos necesarios para cubrirlo.
En otras palabras, el regulador busca mantener las tasas cerca de cero, lo que apoyará la economía, aunque tendrá un impacto negativo sobre el dólar porque al no ser rentables las inversiones en activos en dólares, los inversores buscarán ganancias en otro lugar.
La gran deuda estadounidense
A principios de noviembre, los economistas pronosticaron que el dólar podría depreciarse en un 15% a finales de 2023, independientemente del resultado de las elecciones.
Además, a largo plazo cualquier sospecha de que la deuda de EEUU se esté saliendo de control aumentará los temores sobre el dólar afectando sus únicas ventajas como principal moneda de reserva, sin mencionar que la situación de la deuda pública y el déficit presupuestario alcanzó los tres billones y está a punto de ser crítica.
La deuda nacional de EEUU ha aumentado del 108% al 123% del PIB desde enero y continúa creciendo, concluye la autora.