"Esta es nuestra oportunidad de promover la idea de una seguridad europea conjunta, una seguridad que no se puede lograr sin Rusia, ni mucho menos en contra de Rusia", dijo Maas, agregando que resulta imprescindible acordar un enfoque conjunto europeo para que "se escuche la voz europea en ese diálogo".
El jefe de la diplomacia germana constató que el control de armamento convencional "se encuentra en un estado lastimero".
"El diálogo estructurado que comenzamos en 2016 podría complementarse con las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia sobre desarme nuclear, abriendo nuevas perspectivas para el diálogo europeo sobre la paz y la seguridad", resaltó.
Para el titular alemán, hoy en día el diálogo con Moscú resulta tan importante como en la época de la guerra fría, y tanto la UE como la OSCE "deben prepararse" para estar abiertos.
"En los últimos 30 años Europa ha sido más democrática, estable y próspera que en toda su historia, gracias a instituciones como la Unión Europea, la OTAN y la OSCE", aunque reconoció que actualmente "las esperanzas y el optimismo de 1990 ya hace mucho tiempo que se esfumaron".
Anteriormente, Biden afirmó que tiene la intención de extender el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, START III, en caso de que gane las elecciones presidenciales.
Las presidenciales se llevaron a cabo en EEUU el 3 de noviembre, y aunque el escrutinio oficial de los comicios presidenciales no ha concluido, los principales medios dan por irreversible la victoria Biden.
El actual mandatario, Donald Trump, se resiste a conceder la victoria a su rival, sostiene que le han "robado las elecciones" mediante un fraude masivo y está impugnando los resultados en los tribunales.
Mediante este tratado, EEUU y Rusia se comprometieron a reducir sus arsenales hasta 700 misiles desplegados, 1.550 ojivas nucleares y 800 instalaciones de lanzamiento, desplegadas y en reserva, para el 5 de febrero de 2018.
Desde junio de 2020, ambos países negocian la extensión del acuerdo a partir de febrero de 2021, pero Estados Unidos insiste en incorporar a China, país que prefiere mantenerse al margen del convenio.