"Me he enterado por los medios de la firma de una declaración sobre el cese de hostilidades […] De las condiciones del alto el fuego también me enterado por la prensa. Lamentablemente, nadie ha consultado ni discutido conmigo, presidente de la república, este documento, ni he tomado parte en conversaciones algunas", señaló Sarkisián en una declaración divulgada este martes 10 de noviembre.
Cualquier paso que afecta los intereses vitales de Armenia, Artsaj [Nagorno Karabaj] y de todos los armenios, cualquier decisión y, más aún, firma de un documento ha de ser resultado de consultas y discusiones exhausitvas, resaltó el mandatario.
Por su parte, los mandos militares hicieron un llamado a la calma.
"Exhortamos a evitar las acciones que podrían desestabilizar las bases del Estado y, sacando las lecciones de todos los errores que se habrían cometido, construir un ejército mucho más fuerte y combativo que nuestro pueblo heroico merece", dice una declaración publicada en el sitio web del Ministerio de Defensa.
También el máximo jerarca de la Iglesia apostólica armenia, Karekin II, instó a sus conciudadanos a "unirse, mantener la calma, no dejarse llevar por las emociones y evitar la violencia y los disturbios".
En la situación actual, según el líder religioso, se requiere más que nunca la estabilidad en la retaguardia para no poner en peligro las vidas de soldados en las trincheras y encontrar una solución basada en el consenso.
Presidente de la república de Karabaj sobre el cese de fuego
Por su parte, el presidente de Nagorno Karabaj, Araik Arutiunián, reconoció que las fuerzas armenias habrían perdido la totalidad de este territorio rebelde si no hubieran aceptado el cese de hostilidades en la zona de conflicto.
Las tropas azeríes, según él, intensificaron sus ataques con drones en los últimos dos días, provocando numerosas bajas en la zona de Martuní el 9 de noviembre.
Dimisión del titular del Consejo de Seguridad de Karabaj
El exjefe del Ejército de Defensa y, últimamente, titular del Consejo de Seguridad de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj, Samvel Babaián, dimitió en protesta por el acuerdo que, además del cese de hostilidades, prevé la cesión de varios territorios.
Desde su página de Facebook, Babaián calificó de "pérfida" la decisión tomada por las autoridades en Ereván y Stepanakert, que "de un plumazo ponen en duda la existencia de los armenios". "¿Quiénes les han autorizado a entregarnos sin que el pueblo y los órganos del poder por él elegidos lo hayan consentido?", inquiere el alto cargo.
El lunes 9 de noviembre, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, y los presidentes de Azerbaiyán y Rusia, Ilham Aliyev y Vladímir Putin, emitieron una declaración conjunta sobre el cese de hostilidades en Nagorno Karabaj a partir de las 00.00 hora de Moscú (GMT+3) del 10 de noviembre.
En el marco del acuerdo, Rusia ya procedió al envío de fuerzas de paz —1.960 militares, 90 transportes blindados y 380 medios técnicos— que se desplegarán en la línea de separación entre las partes beligerantes y a lo largo del llamado corredor de Lachín que conecta Nagorno Karabaj con Armenia.
Según el mandatario azerí, también Turquía enviará un contingente de paz a a zona del conflicto.
Aliyev indicó que las fuerzas de mantenimiento de la paz de Rusia en Nagorno Karabaj se desplegarán por un período de cinco años, con posibilidad de prórrogas automáticas, y se llevará a cabo simultáneamente con la retirada de las fuerzas armenias desde varios distritos ocupados en la guerra de 1992-1994.
El acuerdo, que el primer ministro armenio calificó de doloroso, dio origen a violentos disturbios en Ereván, donde los manifestantes irrumpieron en las sedes del Gobierno y la Asamblea Nacional y propinaron una paliza brutal al líder parlamentario, Ararat Mirzoián.