Según los expertos consultados por Sputnik, es posible que Biden siga criticando todo lo que hizo Donald Trump, pero aún así es muy probable que continuará la tendencia de la Administración actual. Quizás cambiará algunas palabras, pero el sentido será el mismo.
Pese a que el nivel de polarización en la sociedad estadounidense es uno de los más altos en la historia, en la estrategia con Asia los políticos demócratas coinciden con los republicanos, así que la presión sobre China continuará e intentará mantener una relación relativamente tranquila con Corea del Norte.
Siempre contra China
Durante la campaña electoral, Trump advirtió en varias ocasiones que su rival, Biden, no será tan duro con China como fue él, apuntado a los negocios de su familia en el país asiático. A la vez muchos tomaron nota de la declaración de Biden de que "la mayor amenaza" para Estados Unidos no es China, sino Rusia.
"Sería un error considerar que esa declaración de Biden (...) sea un llamado a mejorar las relaciones con China", subrayó a Sputnik Ba Dianjun, vicedirector del Instituto de estudios de Asia de noroeste de la Universidad china de Jilin.
El experto chino se mostró seguro de que cuando Biden llegue al poder, "la presión sobre China continuará".
"Considerar a China como el rival número uno es un rasgo común de los dos principales partidos políticos de EEUU. Trump no fue el primero a quien se le ocurrió esta idea, e incluso si Biden quiere cambiar algo, no tendrá oportunidad para hacerlo porque no le dará su visto bueno el Congreso de EEUU", señaló.
A la vez Ba no descarta que Estados Unidos podría cambiar su modus operandi a la hora de presionar a China.
"La política de lanzar un montón de flechas contra China podría transformarse en una política de alianzas en su contra y en torno a ella. No descarto que se crearán unas alianzas completamente nuevas, del tipo de la OTAN pero en Asia", indicó.
"Tenemos una situación similar en Oriente. Japón y Corea del Sur podrían encontrarse bajo presión de Estados Unidos y por ello tratarían de encontrar un equilibrio entre el beneficio económico (asunto en que China desempeña un papel importante) y las relaciones de socios en una alianza con EEUU", apuntó.
Ba recordó que el primer ministro japonés, Yoshihide Suga, ya declaró que la alianza entre Japón y Estados Unidos es "fundamental" y expresó la confianza en la estabilidad de las relaciones entre Tokío y Washington.
"Esto muestra que el estatus de las relaciones japonesas-estadounidenses está por encima de las relaciones entre Japón y China", constató.
Mientras que en Asia suroriental, supuso, Estados Unidos se esforzará para "consolidar las alianzas con sus socios y provocar nuevos conflictos en el mar de la China Meridional", algo para lo que China debería "preparar unas posibles medidas de respuesta", agregó.
Lo único que podría cambiar, opinó, son las relaciones entre EEUU y China dentro de las organizaciones internacionales.
"Biden ha abogado por el multilateralismo y una participación más activa de Estados Unidos en las organizaciones internacionales. Esto dará una oportunidad para mejorar las relaciones chino-estadounidenses en ciertos aspectos, tal vez restablecer contactos dentro de la OMS [Organización Mundial de la Salud], o en las negociaciones sobre el Acuerdo de París sobre el clima", afirmó.
Konstantín Asmólov, investigador principal del Centro de Estudios Coreanos del Instituto de Lejano Oriente de la Academia de Ciencias de Rusia, coincidió con el experto chino en lo que respecta a la continuación de la presión de EEUU sobre China, pero a la vez recordó que los intentos de crear unas alianzas en Asia contra China ya los empezó Trump.
🇺🇲🇨🇳 Pese a las dificultades de las relaciones de los países de Asia y el Pacífico con China, es más importante para ellos defender sus propios intereses 👇 https://t.co/36aFlTaFA1
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) September 1, 2020
"Las nuevas alianzas en Asia de tipo de la OTAN son la Quad [grupo de EEUU, Japón, la India y Australia] que ha intentado crear Trump, la Red de Prosperidad Económica [proyecto en el que Washington quiere incluir a Australia, la India, Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Vietnam], también iniciada por Trump, y la llamada Red Limpia, libre de tecnologías informáticas chinas, que ha tratado de impulsar Trump", subrayó.
El polvorín de Corea que sigue allí
Lo cierto es que el problema de Corea del Norte ahora está muy lejos de ser prioritario para Estados Unidos, y no solo por las elecciones, sino también por la crisis sanitaria y las tensiones en las relaciones comerciales con otros países y organizaciones.
Biden, por su parte, durante la campaña electoral criticó a Trump por sostener cumbres con el líder norcoreano, Kim Jong-un, alegando que así "le dio la legitimidad" al Gobierno de Kim.
Dicho todo esto, Asmólov pronostica ciertos cambios en la política de EEUU respecto a Corea del Norte, pero no descarta que la tendencia general se preservará.
Primero, subrayó, "muchas cosas dependerán de quién ocupará los puestos clave, como los de secretario de Estado y secretario de Defensa".
"Muchos expertos afirman que Trump lo decidió todo por su propia cuenta, cayendo en un voluntarismo", mientras que en la Administración Biden "todas las decisiones serán preparadas por unos profesionales, lo que apunta a un papel menos significativo del presidente", señaló.
El profesor ruso apuntó que no está al 100 por cien seguro de que Biden siga la lógica de hacer todo lo contrario a Trump en el caso de Corea del Norte y vuelva a la política de Barack Obama.
Además, "hay que recordar que en un momento Trump también criticó fuertemente la política de Obama, pero luego la política de Trump, de hecho, repitió la llamada 'estrategia de paciencia'", subrayó.
Bill "Clinton casi desató una guerra, pero luego estaba a punto de visitar Pyongyang. [George W.] Bush usó el término de 'estado canalla' [respecto a Corea del Norte], pero durante los últimos años de su mandato se consiguió el mayor avance en las conversaciones a seis bandas. Trump comenzó con un rap battle, y terminó con unas cartas amistosas", recordó.
Así que, resumió, no se puede descartar que Biden actuará de la misma manera y entenderá que "no tiene sentido intentar cambiar la realidad con su terquedad".
"La cuestión es cuánto va a tardar para darse cuenta de ello y cómo responderán a esto los norcoreanos, porque ahora cumplen la moratoria [de ensayos de misiles balísticos y nucleares] solo gracias a la amistad entre Trump y Kim. Justo por ello creo que no habrá movimientos bruscos antes del oficial fin del mandato de Trump", concluyó.