Eso se debe a que es probable que tanto Donald Trump como Joe Biden adopten un programa de estímulo fiscal considerable, que llevaría a un mayor déficit, comentó el director de inversiones de Coast Capital, James Rasteh, a la cadena CNBC.
"Las políticas fiscal y monetaria serían casi idénticas bajo cualquier liderazgo. Creo que las diferencias que se están delineando son realmente más imaginativas que reales", señala Rasteh.
De acuerdo con Rasteh, el estímulo fiscal, o políticas como el gasto público o la reducción de impuestos dirigidas a impulsar la actividad económica, generalmente conducen a un déficit más amplio. Eso podría socavar la confianza de los inversores y llevarlos a invertir su dinero en activos más seguros como el oro y, a su vez, hacer subir los precios del oro.
En octubre del 2020 el oro retrocedió hasta el nivel de 1.900 dólares después de alcanzar un precio por encima de los 2.000 dólares en agosto.
Según un informe del Consejo Mundial del Oro, la oferta y la demanda mundial de metales preciosos cayeron el último trimestre debido a la pandemia de coronavirus.
Falta de yacimientos nuevos
Rasteh también señaló que los mineros de oro actualmente están descubriendo mucho menos oro de lo que están extrayendo y están gastando más capital ahora para buscar yacimientos nuevos de este metal precioso. El inversor agregó que en una década la producción de oro será un 50% menos que hoy.
Además, los capitales invertidos en el mercado del oro están trasladándose hacia fondos cotizados en bolsa, donde dominan las principales mineras, detalla Rasteh, concluyendo que las grandes empresas del oro podrían verse forzadas a comprar las participaciones de los actores más pequeños del mercado con "reservas atractivas a largo plazo".