"La seguridad de los ciudadanos extranjeros, incluidos franceses, en nuestro país es una tarea muy importante", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en una comparecencia ante la prensa.
El 30 de octubre, después de que Macron apoyara la publicación de las caricaturas de Mahoma, el mufti de Chechenia, Salah-Jadzhi Mezhiev, catalogó sus declaraciones como "ataque al Islam" y calificó de enemigos a los que apoyan esas declaraciones.
Peskov insistió en que se eviten actos que representen un peligro para los extranjeros en Rusia.
"Consideramos que es inadmisible, al igual que en relación con nuestros ciudadanos", subrayó el portavoz.
El presidente francés incendió el mundo musulmán tras el discurso que pronunció después de que un profesor de secundaria fuera decapitado el pasado 16 de octubre en los suburbios de París por mostrar a sus alumnos las caricaturas de Mahoma.
El 29 de octubre, en la ciudad de Niza un joven musulmán apuñaló a tres personas, dos de ellas dentro de una iglesia cristiana.