El antiguo ADN mitocondrial de los denisovanos fue recuperado en los sedimentos de la cueva Baishiya, una cueva de piedra caliza en el margen noreste de la meseta tibetana, a 3.280 metros sobre el nivel del mar.
Las muestras indican que los denisovanos ocuparon la cueva entre unos 100.000 y 60.000 años atrás, y también posiblemente más cerca en el tiempo, como hace 45.000 años.
Es posible, que los denisovanos, un grupo de homínidos extintos que se separaron de los neandertales hace unos 400.000 años, hayan habitado más ampliamente en el noreste de Asia Central de lo que los científicos pensaban anteriormente.
"El futuro trabajo en la cueva de Baishiya puede darnos un acceso verdaderamente único al comportamiento de los denisovanos y solidificar la imagen que está emergiendo, que es que los denisovanos, como los neandertales, no eran meras ramas del árbol genealógico humano", declaró Charles Perreault de la Universidad Estatal de Arizona, quien participó en la investigación.
"Eran parte de una red de poblaciones ahora extintas que contribuyeron al actual acervo genético humano y dieron forma a la evolución de nuestra especie en formas que solo estamos empezando a entender", subrayó.
Este nuevo estudio del ADN disipa cualquier duda de que los denisovanos ocuparon la cueva, según los investigadores.
Adaptación a la altura
La evidencia de homínidos arcaicos tan por encima del nivel del mar es inusual debido a la severidad de las condiciones a gran altitud.
La vida en la meseta es dura debido a su aire fino, y los humanos pueden desarrollar el mal de altura en cualquier lugar por encima de los 2.500 metros sobre el nivel del mar.
Las fechas de los sedimentos con ADN mitocondrial, junto con la mandíbula de Xiahe de 160.000 años de antigüedad encontrada en la misma cueva, sugieren que los denisovanos han estado en la meseta continuamente durante decenas de miles de años.
Durante este tiempo surgieron las adaptaciones genéticas en los denisovanos para ayudarles a sobrevivir a los efectos adversos de la alta altitud, aseguran los investigadores.
"La ocupación a largo plazo de la cueva por los denisovanos sugiere que pueden haberse adaptado a la vida a grandes altitudes y pueden haber contribuido a tales adaptaciones de los humanos modernos en la meseta tibetana", escribieron.
Los científicos creen que los denisovanos estaban muy extendidos en Asia, basándose en la amplia señal genómica de los denisovanos entre los asiáticos actuales.
El nuevo estudio se ha publicado en la revista Science.