"Nadie ha hecho más por la comunidad negra que Donald Trump… con la excepción de Abraham Lincoln. Soy la persona menos racista en esta habitación", dijo el mandatario recientemente, refiriéndose al presidente (1881-1865) que abolió la esclavitud en EEUU y fue asesinado tras el fin de la Guerra de Secesión por un simpatizante de los estados sureños que se habían rendido.
Esta reiterada afirmación —hecha también en el último debate en vivo con su rival demócrata Joe Biden antes de las elecciones— la hace en momentos en que la división racial en el país se agudiza y la chispa de manifestaciones masivas y violentas tras la muerte de afroestadounidenses a manos de la policía aún perdura.
Sus críticas al movimiento Black Lives Matter ("las vidas de los negros son importantes") y su negativa a condenar a grupos de supremacistas blancos han encendido el discurso de sus contrincantes que lo acusan de profundizar y aprovechar la división racial.
Acostumbrado a dar polémicas declaraciones desde que comenzó su carrera en los negocios de bienes raíces siguiendo los pasos de su padre, Trump apostó por mantener durante su presidencia los ataques a los demócratas, los inmigrantes, los tratados comerciales y otros temas que habían caracterizado su carrera hacia la Casa Blanca.
El discurso le sirvió en 2016 pues los votantes estaban descontentos tras ocho años de gobierno demócrata.
Pero ese personaje sin pelos en la lengua ha cansado a los estadounidenses, ya que muchas promesas para "devolver la grandeza a EEUU" solo quedaron en las palabras y exagerados gestos que utiliza el presidente de 74 años.
Trump también intentó dejar su huella en el escenario internacional con una guerra comercial con China que le llevó a firmar un acuerdo para evitar la imposición de tarifas a sus exportaciones, un acercamiento con Corea del Norte y tratados de paz de Israel con varios países de Oriente Medio.
Pero también será recordado por las carcajadas que generó su discurso en la Asamblea General de Naciones Unidas, cuando dijo que EEUU nunca había estado mejor, o la burla de algunos líderes mundiales, como cuando el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se mofa de su conversación en una cumbre de mandatarios.
"Estás despedido"
En los dos primeros años de su mandato la economía creció modestamente pero a un ritmo mayor que anteriormente, los recortes de impuestos a las empresas mejoraron los ingresos, los índices bursátiles tocaron máximos históricos, el desempleo cayó a mínimos que no se habían visto desde la década de 1960 y aumentaron los ingresos familiares, en un contexto mundial que impulsó la actividad.
Trump autoriza desclasificar todos los documentos sobre la presunta trama rusa👇https://t.co/UbqMWEAZ5U
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) October 7, 2020
Los números mejor a lo esperado le sirvieron para fortalecer su posición en el Partido Republicano, pese a que fueron surgiendo acusaciones de abuso sexual, conflicto de intereses por sus negocios, e inclusive una investigación sobre una posible colusión con Rusia en las elecciones de 2016 y un juicio político derivado del tema, de los que salió ileso.
Pero los resultados económicos y sus estrategias políticas se vieron eclipsados por la pandemia de COVID-19 que estalló en marzo y que ha causado estragos en todos los países.
Su manejo de la pandemia, a la que primero calificó solo como una gripe de la que no había que preocuparse mucho, le ha valido críticas de casi todos los sectores.
Acostumbrado a salir inmune de bancarrotas y demandas, Trump sigue resaltando lo que ha hecho y culpando a China por no haber contenido el virus, sin hacerse responsable de la tardía toma de medidas en gran parte del país.
Tampoco se ha apreciado un cuidado de su salud tras contagiarse de coronavirus a principios de octubre, con apariciones en eventos masivos de campaña sin mascarilla y sin distanciamiento social ya que afirma que los médicos le dijeron que ahora es inmune.
"Biden no es el candidato que le va a ganar a Trump. Le va a ganar la evaluación de su Gobierno y los estadounidenses no lo quieren de nuevo. La elección es Trump contra Trump y es probable que no solo sea una derrota sino una derrota escandalosa", aseguró Campos.
Solo resta ver si el magnate, acostumbrado a las fiestas, al lujo y a codearse con los más poderosos, deja la Casa Blanca sin problemas en caso de que sus compatriotas le digan que "está despedido", repitiendo la frase predilecta de Trump en su programa de televisión "El aprendiz".