Uno de los estudios más recientes sobre el tema encontró que el 80% de los pacientes con coronavirus en un hospital español tenían deficiencia de la vitamina del sol.
Los autores del estudio también examinaron si la gravedad de la enfermedad de los hospitalizados tenía que ver con sus niveles de vitamina D.
Al excluir a los pacientes con coronavirus que tomaban suplementos de vitamina D, los investigadores encontraron que el 82,2% de los pacientes con COVID-19 tenía deficiencia de esta vitamina comparado con solo el 47,2% de las personas del grupo de control. En general, los niveles de vitamina D de los pacientes varones de COVID-19 eran más bajos que los de las mujeres.
Los autores del estudio también encontraron que los pacientes con coronavirus con niveles de vitamina D más bajos tenían más probabilidades de tener hipertensión y enfermedades cardíacas, marcadores de inflamación elevados y estar en el hospital durante más tiempo.
Este hallazgo puede explicarse al menos en parte por el hecho de que las personas que más pueden necesitar suplementos de vitamina D, como las personas mayores con riesgo de fracturas, son también las que tienen un alto riesgo de sufrir un COVID-19 grave. Seis de esos 19 también habían tomado corticoesteroides o inmunosupresores en los tres meses anteriores, lo que podría haber influido en la gravedad de su coronavirus.
Los hallazgos del estudio publicado en el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism sugieren que "el tratamiento con vitamina D debería recomendarse a los pacientes de COVID-19 con bajos niveles de vitamina D circulando en la sangre, ya que este enfoque podría tener efectos beneficiosos tanto en el sistema musculoesquelético como en el inmunológico".