El presidente Trump, que minimizó desde el primer momento la enfermedad, calificándola al inicio como una simple gripe, optó por responsabilizar a China por no haber alertado a tiempo sobre el virus, e incluso arremetió también contra la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo del que retiró a su país.
Como si fuera poco, en la recta final de la campaña, el propio Trump se contagió de COVID-19.
Sin embargo, a pocos días de los comicios, todavía no se puede determinar si el virus será determinante para tirar por tierra sus posibilidades de ser reelecto.
"[La pandemia] ha tenido muchísimos efectos, y es muy difícil evaluar qué hubiera pasado sin el coronavirus (…) Desde un shock económico muy fuerte, hasta el cambio en la forma de votación y en las estrategias, son tantos los efectos que la pandemia sin duda ha cambiado completamente el escenario electoral", dijo a Sputnik el analista Ernesto Calvo.
No obstante, el académico explicó que a pesar de que en EEUU las consecuencias han sido enormes, el nivel de polarización es tan alto que el efecto en votos no parece ser tan fuerte.
En ese sentido, el analista añadió que con una economía golpeada, una respuesta sanitaria mala y una tasa de muertos muy elevada, se puede asumir que al mandatario le va peor con el coronavirus que lo que le hubiera ido sin él, pero no hay forma de comparar este escenario con uno normal.
"Podemos especular que el resultado es malo, pero el cambio en la intención de voto en las encuestas desde que todo esto empezó hasta ahora es relativamente modesto", dijo el académico.
Lo mismo sucede con el candidato demócrata, Joe Biden, que si bien ha capitalizado ese mal manejo que hizo el oficialismo de la pandemia, parecería que el trasiego de votos no será significativo como para pensar en una elección definida.
"Cuando la polarización es muy alta, la cantidad de votos que cambian de mano es muy pequeña; todas las cosas que han pasado debilitan a Trump y favorecen a Biden, pero por el momento el cambio de votos que hemos observado es muy pequeño", observó Calvo.
Cambiar de tema
Por su parte, la politóloga y profesora asociada de Ciencia Política en la Universidad de Illinois, Gisela Sin, dijo a Sputnik que el coronavirus ha sido uno de los temas más importantes de esta campaña, y uno de los que Trump menos ha querido discutir y llevar al centro de debate.
"Por eso de lo que [Trump] hablaba en todo momento era de las protestas, de cómo iban a llegar a los suburbios, donde vive la gente de clase media, media alta, mujeres, blancos, e iba a provocar muchos disturbios; quería que ese fuera el tema de la campaña, que la gente tuviera miedo y que les iba a tocar a ellos en cualquier momento y que él es el único que pude controlar el problema de la ley y el orden; esa fue la estrategia, pero no pudo sacar a la pandemia" del debate, explicó Sin.
La profesora también resaltó la gran polarización que existe en EEUU, y dijo que la gente que es demócrata va a votar a Biden, y los republicanos a Trump.
"En donde se basa la pelea es en quién vota, quién sale a votar y quién no sale a votar; (eso) es lo que importa", y no está del todo definido, por eso no se puede saber si el manejo de la pandemia por parte de Trump será finalmente determinante en las elecciones, dice Sin.
Falta de liderzgo
Desde el punto de vista médico, el infectólogo paraguayo Tomas Mateo Balmelli consideró en diálogo con Sputnik que el principal problema de EEUU fue que no hubo una política única a nivel de todos los estados en el inicio de la pandemia.
"Evidentemente hubo diferentes opiniones; faltó liderazgo en el abordaje uniforme de la pandemia", algo que también faltó a nivel de otras potencias mundiales, e incluso de la OMS, explicó.
El especialista recordó que cuando asumió, en enero de 2017, Trump desarticuló el comité de vigilancia epidemiológica permanente del país y eso tuvo un costo, porque lo sorprendió la pandemia y no lo encontró preparado desde el punto de vista de equipamiento específico, de los equipos de protección para este virus.
De todas formas, el médico consideró que "el fondo de la estrategia americana era la correcta": evitar cuarentenas estrictas tan largas era el ideal, pero no lo fue la forma en que se abordó "desde el punto de vista del discurso, de las líneas generales y la seriedad que se le tendría que haber dado a esta pandemia".
Por otro lado, para Sin, Trump podría haber usado políticamente a su favor la pandemia, pero "dejó que se le fuera de las manos".
"La pandemia no era su culpa, pero sí fue su culpa como la manejó", afirmó.
Para Calvo, la respuesta sanitaria de Trump "ha sido muy mala", pero también en este punto vuelve la polarización y su efecto en los votos.
Según Calvo, lo mismo acontece con los reiterados ataques de Trump a China y a la OMS sobre su presunta responsabilidad en la propagación del virus a escala global.
"Los demócratas piensan que es una idea mentirosa y los republicanos usan ese discurso y lo aceptan (…) el hecho de que los republicanos estén de acuerdo con él no quiere decir que crean que es cierto, simplemente aceptan ese mensaje y lo repiten porque es cómodo; incluso en las encuestas, aun cuando dicen que lo van a votar, [Trump] no tiene números muy buenos en honestidad. El tema es cuánto importa eso para el voto republicano, y la respuesta es "poco", agregó el analista.
Contagio
Trump quería evitar el tema del coronavirus, pero en la recta final de la campaña electoral se contagió con la enfermedad y eso, para los analistas, ha perjudicado aún más su imagen sobre el manejo de la pandemia.
Estados Unidos tiene casi nueve millones de casos de COVID-19 y casi 230.000 muertes a causa de la enfermedad, según datos de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades, publicados este viernes 30.