El 10 de noviembre llegarán al mercado la Xbox Series X, la consola "más rápida y potente" del gigante tecnológico Microsoft hasta la fecha, y la Xbox Series S, la más pequeña, que cuenta con rendimiento de última generación.
La nueva línea de consolas traerá características mejoradas, con una interfaz que carga más rápido, con una mayor velocidad de fotogramas y con características más dinámicas en el caso de ambas consolas, según prometen los presentadores.
En general, Xbox promete un acceso más rápido a los juegos de lo que era hasta ahora y el menú, como se puede ver en las imágenes, contará con fondos dinámicos exclusivos.
Pero al mismo tiempo, se ha tenido en cuenta a los usuarios más leales que vienen de jugar con los modelos predecesores, y las máquinas serán ahora más potentes y útiles, pero también compatibles con los títulos de las consolas previas.
Así, cuando los jugadores que tengan un juego de Xbox One de un título compatible y se quieran pasar a la nueva generación, tendrán la versión optimizada para la Xbox Series X del juego sin incurrir en gastos adicionales cuando esta esté disponible.
Por último, también el mando incorpora algunas novedades. El nuevo pad direccional será más pequeño que en las versiones anteriores e incluye un botón que permite hacer capturas de pantalla o grabar vídeos que se podrán compartir en redes sociales a través de la aplicación Xbox para smartphones.