Las pérdidas de ambas partes del conflicto son significativas, aunque ninguna proporciona información completa. Por ejemplo, Azerbaiyán no informa en absoluto sobre sus pérdidas humanas y de equipos militares, pero se apresura a reportar sobre las de Armenia, a veces anunciando cifras exageradas.
El número de víctimas de ambas partes podría aumentar, dado que los cuerpos de muchos soldados aún permanecen en el campo de batalla. No obstante, a pesar de las tristes estadísticas, el derramamiento de sangre aún no se ha detenido. Tampoco ayudaron los compromisos del alto el fuego acordados en tres ocasiones, el 10, 17 y 25 de octubre, con la participación de los países copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE. Todos estos acuerdos están siendo incumplidos de alguna manera.
Avances en el campo de batalla
En cuanto del campo de batalla y los avances de las partes en el conflicto, en primer lugar cabe destacar que los planes de una guerra relámpago de Azerbaiyán programada para un mes fallaron, señala el experto militar ruso y director del departamento del Cáucaso del Instituto de los países de la CEI, Vladímir Yevseev.
"El plan era apoderarse de la parte principal de Nagorno-Karabaj, junto con la llamada zona de seguridad, con la ayuda de la superioridad cualitativa y cuantitativa en armas y equipo militar", explica Yevseev a Sputnik.
El objetivo principal de Bakú fue tomar el corredor de Lachin (Berdzor), una carretera estratégica que conecta Armenia y Karabaj. No obstante, el Ejército armenio logró hacer retroceder a las tropas azerbaiyanas de la zona.
La tarea estratégica de Azerbaiyán en el noreste de ocupar la segunda ruta de abastecimiento desde Armenia alternativa a Lachin, que se encuentra cerca de la ciudad de Mardakert, también fracasó. Los armenios ahora están manteniendo con éxito el frente en la zona.
Bakú no contaba con una guerra larga
Yevseev también llama la atención sobre el hecho de que la mayoría de los vehículos blindados azerbaiyanos fueron destruidos o capturados. El ejército no contaba con una guerra larga, como lo demuestra la ausencia de talleres de reparación cerca del frente.
Así, la línea del sur de Azerbaiyán, que ha estado avanzando vigorosamente todo el tiempo, está muy deteriorada y necesita reequipamiento. Por esto el potencial para una ofensiva sobre Lachin u otros objetivos importantes ahora está prácticamente agotado.
Una ventaja importante de Bakú en la guerra fue inicialmente la presencia de una gran cantidad de drones modernos turcos e israelíes. Pero el experto señala que ahora el arsenal azerbaiyano de este tipo de armas también está agotado, ya que los armenios derribaron unos 220 aviones no tripulados.
Táctica y estrategia
De acuerdo con Yevseev, las fuerzas armenias son mucho mejores en las fortificaciones, su retaguardia está protegida de manera más confiable, lo que no se puede decir sobre el enemigo, cuya retaguardia está notablemente estirada, y es extremadamente difícil establecer comunicaciones y suministros efectivos en tan poco tiempo, e incluso bajo el fuego dirigido de la artillería armenia.
No obstante, otros especialistas afirman que las tropas armenias sufren una derrota estratégica en el conflicto y que el lado azerbaiyano tiene plena iniciativa operativa y pueden permitirse el lujo de reasignar fuerzas a lo largo de toda la línea del frente, formar nuevos grupos, reponer reservas e iniciar nuevos planes.
Una de las causas de tal situación, de acuerdo con los especialistas, es que Ereván no prestó atención a la escalada de tensiones en la región en julio de 2020, a pesar de la movilización obvia de las fuerzas azerbaiyanas, por lo que resultó no estar preparada para el conflicto abierto.
Además, el sistema de defensa de las fuerzas armenias y de Karabaj todavía se basa en varias líneas fortificadas sucesivas de la década de 1990, mientras que la situación militar ha cambiado, creen los especialistas.
No obstante, algunos expertos también señalan que Bakú tampoco muestra flexibilidad táctica en el conflicto, ya que las tropas azerbaiyanas, acostumbradas a avanzar por la estepa, no pueden asaltar adecuadamente las estribaciones y montañas de la región. La aviación de Azerbaiyán y los drones, que anteriormente proporcionaban en gran medida el ritmo de avance tampoco pueden operar con tal alivio en tales zonas.
Por supuesto, el mes de combates agotó seriamente a ambos lados y ahora es difícil pronosticar cómo se desarrollarán los acontecimientos, pero algunos especialistas opinan que Azerbaiyán utilizará el respiro político para redistribuir fuerzas, reponer unidades y desarrollar nuevos planes ofensivos, mientras que los armenios ahora están listos para la defensa pasiva.