Alpine es un antiguo fabricante francés con 65 años de historia que Renault decidió revivir hace dos años, después de que la compañía pasó dos décadas sin producir un solo auto. Por ello, es difícil imaginar que este modelo se convierta próximamente en un rival para Ferrari. Pero ese es precisamente el objetivo del empresario de origen italiano, destaca el portal Carscoops.
Sin embargo, a Renault le quedan muchas cosas por hacer para poder aumentar la escala y el estatus de su marca Alpine. Producir siete autos al día en la planta Dieppe que tiene una capacidad para fabricar 32 no es sostenible, aseveró el presidente de Renault, Jean-Dominique Senard, a la hora de hablar con los legisladores franceses en junio del 2020.
Al mismo tiempo, los Alpines de verdad parecen ser una alternativa económica a los Ferrari, puesto que el precio de un A110S con el mayor rendimiento ronda los 80.000 dólares mientras que los modelos más baratos del caballo rampante cuestan por lo menos 200.000 dólares.
Aun así, a Renault le vendría muy bien si la marca Alpine lograse avanzar en el camino que tiene que recorrer para cumplir con el sueño de su director general, escribe la agencia Bloomberg. Uno de los grandes pasos en esta dirección es el cambio de nombre del equipo de Fórmula 1, que a partir de 2021 dejará de llamarse Renault y llevará el nombre de Alpine, lo cual definitivamente ayudará con la formación de una imagen reconocible para la marca (en caso de mostrar un rendimiento acorde en las carreras).
Con ello, Meo insiste en que Alpine sea un mini Ferrari más asequible. "No sería razonable pensar que podríamos fabricar autos de un millón de dólares con Alpine", concluyó el ejecutivo.
Actualmente Renault no vive uno de sus mejores momentos ya que perdió más de 8.639 millones de dólares en el primer semestre del 2020. Además, ha estado a punto de romper en repetidas ocasiones con su antiguo socio Nissan Motor desde el arresto en 2018 de su presidente Carlos Ghosn.