"Como parte del futuro económico de Nicaragua, el país puede convertirse en una potencia forestal", dijo Oquist al presentar en una revista de la televisión abierta el programa de Gobierno titulado "El Pueblo Presidente comprometido en proteger y preservar la naturaleza y el medio ambiente".
Las tierras con potencial forestal suman el 70% de los suelos nicaragüenses, mientras que un 30% del territorio está cubierto por bosques.
El acuerdo firmado por el Gobierno con el FCPF contempla la disminución de 11 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) para implementarlo en la Costa Caribe (este) del país y en dos grandes reservas biológicas.
El programa tiene como beneficiarios a las comunidades indígenas y afrodescendientes, así como a los Gobiernos regionales y territoriales en esas demarcaciones, cooperativas y pequeños y grandes productores agropecuarios.
Los participantes recibirán incentivos contra resultados hasta por 55 millones de dólares, al cumplir en cinco años sus compromisos de reducción de emisiones por concepto de reforestación.
En la parte socioeconómica, además del suministro de madera, las exportaciones y los empleos, el informe sobre el acuerdo firmado destaca la importancia energética de los bosques y su impacto en el bienestar de las familias de menores ingresos.
El consumo actual de leña es de 6,2 millones de metros cúbicos, una cantidad muy superior a los 133.000' metros cúbicos de madera en rollo destinados a la industria, la construcción, muebles y artesanías.
Sin embargo, el informe indica que el consumo per cápita de leña pasó de 1,36 metros cúbicos en 1990 a 0,99 metros cubicos en 2017, fundamentalmente debido a la extensión de los servicios de gas licuado y electricidad.