Después de que Argentina votó en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a favor del informe sobre Venezuela elaborado por la alta comisionada de Derechos Humanos, Michelle Bachelet, las aguas se dividieron en dos dentro del Frente de Todos. Algunos creen, incluso, que fue una "maniobra suicida".
"El Gobierno tiene muchas contradicciones (…) La solución no es simplemente darle la espalda a Venezuela. Creo que Argentina tendría que salirse del Grupo de Lima, que fue creado a instancias de Donald Trump para servir como un lobby internacional contra Venezuela. Al no salirse, genera muchas tensiones internas dentro de la coalición. Es una maniobra suicida", dijo a Sputnik el sociólogo y politólogo argentino Atilio Borón.
El 6 de octubre, Argentina votó a favor de la resolución que condena las supuestas violaciones a los derechos humanos en Venezuela y le pidió a ese país que realice investigaciones "imparciales y prontas".
"Eso generó fuertes discordancias. Desde la red de intelectuales hemos manifestado nuestra voz del campo popular argentino de que nos hemos visto decepcionados con la posición del Gobierno", dijo a Sputnik la socióloga, historiadora y coordinadora de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad de Argentina, Paula Klachko.
Carácter de coalición
Por su parte, el sociólogo argentino y periodista radicado en Venezuela, Marco Teruggi, dijo a Sputnik que es importante resaltar el carácter de coalición del Frente de Todos, ya que dentro de este sector político hay una "gran heterogeneidad de miradas".
"El voto que hizo el Gobierno en ONU vino a reavivar las diferencias y aumentar la presión para que Argentina se salga del Grupo de Lima", reflexionó.
El 7 de octubre Castro presentó su dimisión al cargo de embajadora y aseguró que el voto de Argentina en ONU constituye "un dramático giro" en la política exterior del país "y no difiere en absoluto de lo que hubiera votado el Gobierno de (Mauricio) Macri (2015-2019)".
Por su parte, el 8 de octubre el canciller argentino, Felipe Solá, defendió la postura de su país. Dijo que "una fuerte violación a los derechos humanos es un problema de conciencia humanitaria" e insistió en que "la solución política de Venezuela no se arregla con sanciones, con bloqueos, sino con elecciones y con acuerdos".
Los reclamos
Klachko y Borón señalaron que la decisión de Argentina de apoyar el informe de Bachelet es un error, porque el mismo "violó todos los protocolos" al solo entrevistar a las víctimas de la oposición violenta en Venezuela.
"Creo que en Venezuela hay violación a los derechos humanos como la hay en casi todos los países del mundo, empecemos por Argentina, donde hay prisioneros políticos y tenemos un 20% de la población que no tiene acceso al agua potable. Ni hablar en los casos extremos, como Colombia, donde hay un asesinato a un líder social cada día. Entonces no se puede solo hacer un informe sobre Venezuela, desconociendo todos los demás países", agregó.
Consideró que la "presión diplomática de EEUU es muy fuerte sobre el Gobierno argentino" y afirmó que el país latinoamericano "se siente más débil de lo que es".
"Hay una lectura muy pobre de la situación internacional. Parece que la política exterior de Argentina la va a hacer (el secretario de Estado de EEUU, Mike) Pompeo", sentenció.
Unidad
Por otro lado, Klachko afirmó que más allá de las tensiones, dentro del Frente de Todos se debe apostar a la unidad. "Las divergencias deben solucionarse desde adentro porque lo mejor que le puede pasar a Venezuela es que el Frente de Todos no se rompa", agregó.
"El voto en la ONU fue una ruptura. Argentina votó lejos de México, que eso es lo preocupante. Votó con el Grupo de Lima. Lo esperable hubiera sido que se abstuviera. No es un temita más, como lo quiere decir el canciller. Es dar pasto de comer a las fieras que están queriendo invadir militarmente a Venezuela", reflexionó.