"El proceso electoral 2020 [es] el más complejo de estos 38 años, tras la anulación de la elección general de 2019 y la irrupción de la pandemia", dijo el Tribunal Supremo Electoral (TSE) esta semana, en una declaración en la cual destacó la trascendencia de la próxima votación.
Los 38 años mencionados eran los de democracia ininterrumpida que vive Bolivia desde 1982, después de un largo ciclo de golpes militares, aunque con frecuentes tensiones e inestabilidad política y económica.
El órgano electoral dijo que el padrón de votantes habilitados suma 7.332.925 personas, de las cuales 7.031.294 viven en el territorio nacional y 301.631 (4,3%) radican en el extranjero, mayormente en Argentina y Brasil.
El sufragio en Bolivia es universal y obligatorio.
Cargos
El 18 de octubre serán elegidos 177 cargos nacionales cuyo mandato terminaría a fines de 2025, año en el que Bolivia cumplirá el bicentenario de su declaración de independencia de la corona española.
En el Poder Ejecutivo, serán elegidos el presidente y el vicepresidente.
La mitad de los diputados nacionales y todos los senadores y representantes supranacionales surgirán de listas adosadas a las candidaturas presidenciales, en tanto que la otra mitad de los diputados será electa por circunscripciones uninominales.
Los gobiernos de los nueve departamentos y los 340 municipios serán renovados en el primer semestre de 2021 y regirán también por cinco años, según está definido en el calendario electoral.
Proceso electoral
La votación del 18 de octubre culminará el proceso electoral más prolongado de la historia boliviana, que arrancó en diciembre de 2019 cuando los partidos acordaron ponerlo en marcha para superar la crisis política del mes anterior, de la que había surgido el Gobierno transitorio de Jeanine Áñez.
El proceso comenzó ese mismo diciembre con el cambio de todos los vocales de los tribunales electorales nacional (TSE) y departamentales, mediante acuerdo parlamentario.
El Tribunal Constitucional avaló luego esa ampliación de la administración de Áñez y del parlamento, estableciendo que el nuevo gobierno debería ser posesionado en el transcurso de 2020.
A causa de la pandemia de COVID-19, las elecciones fueron pospuestas para agosto y luego para septiembre, quedando fijadas finalmente para el 18 de octubre mediante una ley que Áñez intentó bloquear con el argumento de que la votación desencadenaría un aumento de los contagios.
La presidenta dio curso a la fecha final de los comicios tras una huelga general y bloqueos de carreteras declarados por la Central Obrera Boliviana y sindicatos campesinos, que exigían que el acto democrático se efectuara incluso antes de la fecha fijada por la ley.
Normas
La Constitución vigente desde 2009, promulgada por Evo Morales, establece que será electo presidente en primera vuelta el candidato que logre la mayoría absoluta de votos válidos, o en su defecto al menos 40%, con una ventaja de diez o más puntos porcentuales sobre el segundo.
Una eventual segunda vuelta en las elecciones del 18 de octubre está prevista para noviembre.
En cualquier caso, el nuevo Gobierno democrático de Bolivia asumirá funciones en diciembre, para cumplir la sentencia del Tribunal Constitucional, según el TSE.