"FETO amenaza no solo a Turquía, sino también a otros países, es uno de los principales implicados en los disturbios en Kirguistán", dijo Cavusoglu.
Las autoridades turcas acusan a la organización de Gulen estar involucrada en la intentona golpista de julio de 2016. El propio Gulen, autoexiliado en Estados Unidos, rechaza todas las acusaciones.
"Nuestros hermanos de Kirguistán lo ven hoy", concluyó Cavusoglu.
Este 15 de octubre, el presidente de Kirguistán, Sooronbái Zheenbékov, presentó su renuncia. Según la ley de la república, el presidente del Parlamento, Kanat Isáev, actuará como jefe de Estado en funciones.
Kirguistán vive una crisis política desde el 5 de octubre, cuando estallaron violentas protestas de los partidos opositores, disconformes con los resultados de las elecciones parlamentarias celebradas el 4 de octubre.
En la noche del 5 de octubre, los manifestantes ocuparon varias oficinas públicas, incluidas las sedes del Parlamento, el Gobierno y el ayuntamiento de Biskek.
También lograron que el Comité de Seguridad Nacional excarcelara a varios políticos presos, entre ellos el expresidente Almazbek Atambáev (2011-2017), nuevamente detenido al cabo de unos días, el ex primer ministro Sapar Isákov (2017-2018) y el exdiputado Zhapárov.
En medio de las protestas presentaron sus renuncias el primer ministro Kubatbek Boronov; el presidente del Parlamento, Dastanbek Dzhumabékov, y el alcalde de Biskek, Aziz Surakmátov.