A menos de un mes de las elecciones nacionales en Estados Unidos a realizarse el 3 de noviembre, el presidente, Donald Trump, busca su reelección con una estrategia discursiva que aparece como un guiño al electorado evangélico.
Tras contagiarse de COVID-19, durante su tratamiento en el hospital se dirigió a la población estadounidense y sostuvo que haber contraído el virus SARS-CoV-2 "parece un milagro otorgado por dios".
Según afirma el investigador de la Universidad de Wisconsin Ceri Hughes, autor del estudio, "el uso evolutivo de la religión por parte de Trump en los discursos encaja en una estrategia para atraer una parte importante de su base de votantes: los conservadores religiosos".
Ya sea certero o no su análisis, los latinos evangélicos han comenzado a demostrar apoyo al presidente, a pesar de la impronta antiinmigratoria que ha caracterizado su Gobierno. Según informa el diario The New York Times, el evangelismo hispano ha crecido en EEUU, especialmente en estados fundamentales para las elecciones presidenciales, como Arizona, Carolina del Norte y Colorado.
"El cristianismo tendrá poder", había prometido a la población de Iowa en un acto de campaña de enero de 2016. "Si llego ahí, ustedes van a tener mucho poder, no necesitarán a nadie más. Van a tener a alguien que los representará muy muy bien. Recuerden eso", reportó el New York Times.
La promesa funcionó, y su visión de la familia "tradicional", enmarcada en la moral religiosa evangélica, es uno de los elementos que pueden explicar este tipo de resultados, sugiere Hughes. Al parecer, Trump lo sabe muy bien y apela con asiduidad a dios en su discursividad cotidiana.
Las palabras más usadas
El análisis de Hughes se basó en observar la frecuencia de 111 palabras y frases vinculadas a la religión evangélica, tales como "rezar", "iglesia", "bendecir", "oración", "dios", "ser supremo" y demás.
En segundo lugar quedó el expresidente republicano George W. H. Bush (1989-1993) con 4,8, a quien le siguió el republicano Ronald Reagan (1981-1989) empatado con el demócrata Barack Obama (2009-2016), con 4,1; y el republicano George W. Bush (2001-2009), con 3,9, en los cinco primeros lugares.
El promedio de Trump fue más del doble de la tasa promedio (3,5 términos por cada 1.000 palabras) utilizada por los presidentes en general. En tanto, las menciones explícitas a dios alcanzaron una tasa de 1,4 por cada 1.000 palabras, casi tres veces el promedio general (0,55).