En el archipiélago de naciones que componen el Caribe se encuentran algunos de los países más pequeños del mundo. Y si la unión hace la fuerza, la conocida Caricom (Comunidad del Caribe) es un ejemplo claro. Sus 15 Estados miembros y cinco Estados asociados, que suman unos 16 millones de habitantes, conforman el mecanismo de integración regional más antiguo del mundo en desarrollo —nacido en 1973—, según proclama el propio organismo.
La candidatura de la ecuatoriana María Fernanda Espinosa alzó vuelo con el impulso caribeño respaldado por Argentina, México, Nicaragua y Panamá y dejó en evidencia el peso del Caribe. De los 34 países que tienen voto en la OEA, 14 también integran la Caricom, un número influyente para el rumbo de la organización si esas naciones deciden votar en bloque.
En este sentido, la reelección de Almagro no quita el eco de una declarada oposición a los intereses unilaterales de Estados Unidos —traducidos en la gestión del uruguayo al frente de la OEA—. Y detrás de los esfuerzos en contrarrestar las presiones estadounidenses instrumentalizadas por la organización, hay un discreto nombre: Ralph Gonsalves.
¿Quién es Ralph Gonsalves?
Camarada Ralph. Así es como se presenta y pide que lo llamen, emanando un cierto calor humano tropical, aunque sea a través de una pantalla de computadora, como cuando conversó en exclusiva con Sputnik durante una hora. El primer ministro de San Vicente y las Granadinas —uno de los 15 países más pequeños del mundo— también ejerce actualmente su mandato como secretario general de la Caricom, cargo rotativo entre los jefes de los Estados miembros con vigencia de seis meses.
Descendiente de portugueses que se instalaron en San Vicente en el siglo XIX, Gonsalves quizás contrasta con el color de piel de la mayoría de los 110.000 habitantes de su país (71,2% afrodescendiente según el censo nacional de 2012), pero él reivindica la belleza de la diversidad. A su juicio, los caribeños supieron apropiarse de su miscegenación como identidad cultural y tienen mucho que enseñar al mundo en materia de inclusión e igualdad racial.
Economista de formación con doctorado en Gobierno, el primer ministro por el Partido Unidad Laborista administra el país de 389 kilómetros cuadrados desde 2001, cuando fue electo por primera vez, y luego otras dos veces más. Excolonia del Reino Unido, San Vicente y las Granadinas se hizo independiente en 1979, aunque pertenece al grupo de 54 naciones de la Commonwealth que reconocen a la reina Isabel II como su monarca.
En junio de 2019, el país de seis islas rompió un récord mundial como la nación más pequeña electa para ocupar un asiento no permanente en el codiciado Consejo de Seguridad de la ONU por un mandato de dos años en 2020 y 2021. San Vicente y las Granadinas derrotó al otro candidato regional, El Salvador, por 185 votos contra seis.
La llegada vicentina al exclusivo directorio de Naciones Unidas, restricto a 15 asientos, de los cuales solamente cinco son permanentes (China, EEUU, Francia, Reino Unido y Rusia), fue ovacionada por la comunidad internacional atenta a las arbitrariedades del organismo, como la adopción de sanciones económicas en función de intereses políticos unilaterales. Y es que el país caribeño mantiene una marcada trayectoria en defensa de la soberanía y autonomía de los territorios, con rechazo explícito a políticas exteriores de carácter intervencionista.
En 2017, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas escribió una carta a los jefes de Estado de los países de la Caricom alertando sobre prácticas de la OEA llevadas a cabo por Almagro para desunir y debilitar los países caribeños, como invitar a determinadas reuniones a solo algunas naciones seleccionadas para presionarlas a condenar el Gobierno de Venezuela violando el estatuto de la Organización.
Para Gonsalves, este tipo de presión atenta contra los principios de las instituciones multilaterales, por lo que hace un llamado a la comunidad para protegerse de las intenciones intervencionistas de países que son los mismos que marginan la región. "Ninguno de nuestros países debería permitirse ser presionado a romper nuestra solidaridad", remarcó en la misiva recordando el peso de la Caricom y la necesidad del diálogo.
Entrevista al primer ministro de San Vicente y las Granadinas
Llegar al Camarada Ralph no fue fácil. Pero allí estaba finalmente. Y sonreía. Rompió el hielo contando su viaje a Rusia en enero. Se refirió al ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, como amigo y destacó los ánimos en seguir fortaleciendo las relaciones con el gigante eslavo, que acoge en sus universidades a una porción de jóvenes vicentinos, cuenta.
— ¿Cómo ve la elección de Mauricio Claver-Carone para la Presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)? ¿Cree que su impronta estadounidense podrá cambiar el juego político en la región?
— Está claro que lo que la Administración Trump dicta actualmente en Estados Unidos trata de remodelar en el siglo XXI la vieja Doctrina Monroe de controlar su patio trasero o patio delantero dependiendo de lo que use allí respectivamente. Y vemos que están interesados en tener gobiernos que estén alineados en cuanto a su política exterior y preocupaciones políticas, por lo que buscarán usar el cambio de régimen que sea necesario y tratarán de liderar otras instituciones dentro de los intereses de esa política exterior, dentro del interés del gobernante que la conduce. Y al mismo tiempo notamos que esa política exterior está interfiriendo ciertamente en el contexto de América Latina.
Hemos tenido una muy buena relación con Cuba y Venezuela, de hecho con toda América Latina, porque no debemos olvidar que América Latina votó abrumadoramente a San Vicente y las Granadinas cuando fuimos elegidos en junio pasado durante el período 2020-2021 como el país más pequeño que se haya sentado en el Consejo de Seguridad [de la ONU], desde los países grandes de América Latina como Brasil, México, Argentina hasta los más pequeños de Centroamérica, excepto, por supuesto, El Salvador. Aunque Colombia no esté de acuerdo con nosotros en relación a Venezuela, tenemos más relaciones con Colombia que con Venezuela porque hay muchos otros temas en los que estaremos de acuerdo en términos de política exterior.
Consideramos que la unidad de América Latina y el Caribe es muy importante como baluarte contra el imperialismo y la injerencia y la OEA no tiene que ser usada como un instrumento del grupo partidario de turno en EEUU. Y hay gente dentro de los partidos Republicano y Demócrata a la que no les gusta la idea de buscar un cambio de régimen en otros países. No les gusta, por ejemplo, el papel de la OEA en Bolivia, donde hubo un golpe de Estado en connivencia con EEUU. No estoy interfiriendo en un asunto interno de Estados Unidos, que es un gran país y con el cual tenemos excelentes relaciones, pero no nos gustan estos aspectos de su política exterior.
Nosotros tenemos relaciones con la República Popular China pero también tenemos relaciones con Taiwán, que han sido buenas, e igual hacemos negocios con China, trabajamos juntos en el Banco de Desarrollo del Caribe. Las empresas chinas licitan para proyectos aquí financiados por el Banco Mundial, financiados por el Banco de Desarrollo del Caribe.
¿Ahora por qué los estadounidenses no ponen dinero en el Banco de Desarrollo del Caribe? China es un miembro de la junta del Banco de Desarrollo del Caribe. Tanto China como Taiwán han hecho un muy buen trabajo ayudándonos durante este período de COVID-19. ¿Dónde está el Gobierno de Estados Unidos en este asunto? Es cierto que tienen las manos ocupadas en casa, pero en muchos casos contribuyeron a distraerse en la cadena de suministros.
— ¿Y cómo ve las elecciones en EEUU?
— Bueno, veo encuestas y no se puede subestimar a Trump. Lo observamos, pero es un asunto interno para ellos, y trabajaremos con cualquier Gobierno, solo que este Gobierno en particular hace acuerdos según los intereses políticos de su régimen.
Cuando lees con mucha atención el libro de John Bolton, hace un punto en casi todas las páginas, y no se trata de alguien anti-Trump, ¿cierto?, pero está está muy preocupado porque son enormes los intereses estratégicos de EEUU que se han despejado de otra manera porque politizan la naturaleza del proyecto Trump dentro de Estados Unidos. En este sentido, en relación a lo que querían como Presidencia del BID, sería preferible tener una influencia proporcional al tamaño de sus contribuciones en el BID, pero no querer el BID como parte de un proyecto político más amplio, fueron sus inquietudes, que no fuera lograr que las personas vivan con tolerancia en un contexto multicultural, sin división étnica, sin tratar de limitar las oportunidades para los negros e hispanos u otros minorías.
— Son violaciones que también suceden en América Latina, donde la Policía está militarizada en gran parte de los territorios y también hemos visto intensas protestas en rechazo a la violencia institucional, tan visible en el caso de Carabineros, en Chile, por ejemplo. De hecho la región ha vivido una convulsión de protestas populares masivas en varios países el año pasado.
— Sin embargo, tenemos que saber diferenciar cuando los estallidos son de actividad antidemocrática y contra los derechos humanos en este o aquel país latinoamericano. Es decir, cuando las élites gobernantes políticas y económicas están unidas y tienen un historial de abuso sistemático como, por ejemplo, en Honduras contra los garífunas; en Bolivia contra Evo Morales y los indígenas; en Venezuela antes de Chávez contra negros y morenos como en Estados Unidos lo vemos en varias ciudades por parte de las fuerzas de seguridad. Hay una corriente respecto a los cuerpos africanos en Estados Unidos, una tendencia que no es puntual, por lo que se vuelve una cuestión internacional de derechos humanos.
Hasta la Independencia, no tuvimos un poder político económico; después el poder político pasó a las masas populares mientras que el poder económico se transmitió a través de la élite emergente de las plantaciones, de las corporaciones multinacionales, del turismo, de la industria y de instituciones financieras. Pero ese poder económico tiene que negociar con el poder popular y político y a través de la socialdemocracia se pudo construir y profundizar la política, y vemos una mayor igualdad desarrollarse en la parte económica y podemos mostrar eso, podemos enseñar a los estadounidenses cómo lo hicimos. Puede ser debido a que toda la población es mayoritariamente no blanca, que de alguna manera las personas que fueron sometidas a genocidio y esclavitud tienen una gran magnanimidad de espíritu que los que han estado involucrados en gobernar sobre la base de la supremacía étnica económica.
— ¿Y tienen la Policía militarizada ustedes?
— Absolutamente no. Militarizar no es nuestro contexto en los cayos de San Vicente y las Granadinas. No tenemos militares. Tenemos una Policía y la fuerza policial es muy responsable ante el Gobierno civil. No tenemos un ejército, así que no me preocupo por un golpe de Estado o que cualquier potencia extranjera haya manipulado a los militares para tomar el poder y antes de fin de año voy por el quinto mandato consecutivo en el cargo. No tenemos que tener límites en nuestro país. Este año habré cumplido 19 años y medio ininterrumpidamente como primer ministro. Soy el primer ministro con más años de servicio en forma continua en la región y en el hemisferio; pero tengo que someterme a la voluntad popular para que yo sea literalmente sujeto de la gente a la que tengo que representar y que decidan cuándo deba continuar por un período de cinco años y tengamos elecciones justas y así sucesivamente.
En el contexto de Guyana recientemente se empezó a hablar de Almagro. Almagro estaba del lado de la democracia en Guyana y pudimos contar con su apoyo porque había algunos elementos del Gobierno de Guyana sobre robar las elecciones y la OEA tomó una posición sensata en ese entonces. Pero no tomó una buena posición en las elecciones en Venezuela o en Bolivia y ciertamente quería causar problemas en Dominica, si bien no lo logró.
— ¿Puede ser que Almagro se porte mejor ante la Caricom?
— No dependemos de la opinión de Almagro. Cuando él hizo algunos comentarios equivocados sobre las elecciones en Dominica, lo criticamos. Dijimos que no sabe de lo que está hablando. Se estaba usando el criterio de Bolivia para mirar a Dominica y le dijimos: 'No vas a llevar a cabo un golpe de Estado a través de observadores electorales en Dominica'. Y el primer ministro de Dominica dijo que la misión de la OEA podía venir, pero el jefe de la misión debería ser alguien de la Caricom, preferiblemente un ex primer ministro de alguno de los países miembros, y así fue cómo se definió un ex primer ministro de las Bahamas como jefe de la misión de la OEA en Dominica, de forma que no había posibilidad de que la misión se volviera una intromisión electoral de observadores como lo que pasó en Bolivia.
— ¿Y qué pasó con Espinosa, por qué no fue posible elegirla para dirigir la OEA?
— Ella habría recibido más votos que el de los 14 países independientes de Caricom, pero varios países latinoamericanos bajo extrema presión de Estados Unidos respaldaron a Almagro. Almagro sabe que a San Vicente y las Granadinas y al grueso de Caricom no nos ha gustado su gestión con relación a Venezuela, Cuba y Bolivia y su uso de herramientas del imperialismo que no aceptaríamos.
—Para finalizar, estamos viendo una gran cantidad de fondos del FMI aprobados para los países de la región desde que comenzó la pandemia. Considerando que el año pasado tuvimos intensas protestas populares en contra de las políticas vinculadas a estos préstamos, ¿qué cree que va a pasar después? ¿A dónde vamos?
— Creo que el FMI está aprendiendo un poco, y en particular la actual directora tiene una perspectiva más reformista, comprende que el FMI tiene que ser más sensible a las necesidades de la población local y no usar solamente uno o dos criterios tradicionales por los cuales se suele evaluar los programas de crédito.
Hay muchas cosas que los gobiernos han estado impulsando, algunas de ellas han sido aceptadas por la dirección del FMI, como por ejemplo aumentar la cuota y el alcance de la cuota para la balanza de pagos ante desafíos como desastres o la pandemia. Así como obtener préstamos más altos durante un período de tiempo más largo con tasas de interés más bajas. Y vemos que el Banco Mundial se está moviendo de manera más generosa en ese sentido, pero aún tenemos que observar con atención lo que podrá suceder después.