"Lo sucedido con Alexéi Navalni no cambia la geografía y por ello no cancela nuestro interés principista por unas buenas, o por lo menos razonables relaciones con Rusia", dijo.
El ministro alemán señaló que Berlín quiere "mantener buenas relaciones con todos nuestros vecinos, sobre la base de unas normas estrictas y entendimiento mutuo".
Maas señaló que Berlín ha aplicado numerosos esfuerzos en los últimos años para mantener relaciones con Moscú.
"Las sociedades de nuestros países mantienen unos lazos estrechos, existe un intercambio vivo a nivel de la sociedad civil, entre estudiantes, científicos, artistas, y en el sector económico", destacó.
El ministro de Exteriores de Alemania también afirmó que tiene la impresión de que en Rusia no hay interés por aclarar lo ocurrido con Navalni.
"Hasta la fecha Rusia ha hecho poco para esclarecer el caso (...) Esto solo aumenta la impresión de que no hay interés real por aclarar lo sucedido", dijo Maas.
El titular alemán insistió en que su Gobierno no ve en Rusia "un análisis público de las circunstancias" y volvió a afirmar sin pruebas que se usó una sustancia neuroparalizante contra Navalni.
Según su opinión, "muchos miembros de la comunidad internacional exigen que se investiguen las circunstancias".
Maas recalcó que solo la Policía rusa debe investigar el incidente ocurrido con Navalni.
Además, Maas señaló que el respeto hacia los valores y las normas universales es clave para restablecer un clima de confianza entre Berlín y Moscú.
"Manifestamos la adhesión a nuestros valores: el imperio de la ley, la democracia, los derechos humanos y un orden internacional basado en las reglas, no en la ley del más fuerte", dijo Maas.
El ministro expresó la convicción de que estos valores "son las mejores condiciones para una coexistencia pacífica".
Navalni fue trasladado a Berlín desde Rusia el 22 de agosto después de pasar dos días en un hospital de la ciudad de Omsk, donde fue ingresado tras perder el conocimiento durante un vuelo procedente de la ciudad de Tomsk.
En el hospital de Omsk, Navalni fue inducido a un coma y, ante un cuadro clínico similar al de un envenenamiento, fue tratado con atropina, medicamento que suele utilizarse como antídoto para los agentes nerviosos. Sin embargo, los médicos de Omsk luego le diagnosticaron un trastorno metabólico.
Por su parte, los médicos del hospital universitario Charité en Berlín, donde recibía tratamiento Navalni, afirmaron que el opositor fue envenenado. El 22 de septiembre Navalni fue dado de alta tras pasar en el hospital de Charité 32 días, 24 de ellos en cuidados intensivos.
El 6 de octubre, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) declaró que en el organismo de Navalni fue hallada una sustancia análoga por sus características al Novichok, pero que no está incluida en la lista de sustancias químicas prohibidas.
Moscú califica de infundada la versión alemana sobre lo ocurrido con Navalni y espera respuestas oficiales a las solicitudes enviadas a Berlín.