Según el reporte, en el período de 2000 a 2019 se registraron 7.348 grandes desastres, que cobraron 1,23 millones de vidas, afectaron a 4.200 millones de personas y causaron pérdidas económicas por unos 2,97 billones de dólares.
"Es un fuerte aumento con respecto a los veinte años anteriores", dice el informe.
"La diferencia se explica por un aumento de los desastres relacionados con el clima, incluidos los eventos climáticos extremos: de 3.656 eventos relacionados con el clima (1980-1999) a 6.681 desastres de este tipo en el período 2000-2019", explica el comunicado.
De este modo, según la ONU, en los últimos veinte años el número de grandes inundaciones se duplicó de 1.389 a 3.254, mientras que la incidencia de tormentas aumentó de 1.457 a 2.034.
El informe también registra aumentos importantes de sequías, incendios forestales y eventos de temperaturas extremas.
También aumentaron terremotos y tsunamis, que han matado a más personas que cualquiera de los demás desastres naturales que se analizan en el reporte.
Agregó que "una buena gestión del riesgo de desastres depende del liderazgo político y el cumplimiento de las promesas hechas cuando se adoptaron el Acuerdo de París y el marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastres hace cinco años".
"El informe es un recordatorio para los Estados miembros de la ONU de su compromiso de fortalecer la gestión del riesgo de desastres y de contar con estrategias nacionales y locales para la reducción del riesgo de desastres para 2020", puntualizó Mizutori.
"Si este nivel de crecimiento de los fenómenos meteorológicos extremos continúa durante los próximos veinte años, el futuro de la humanidad parece muy sombrío", subrayó la docente.