"Los retratos de Guillermo siempre están tan idealizados porque es nuestro futuro rey. Carlos III y la reina Camila no son una perspectiva atractiva, pero están Guillermo y su maravillosa esposa, y eso es en lo que todos tienen sus esperanzas puestas", señala Robert Lacey, el autor del libro Battle of Brothers —Batalla de hermanos—, citado por The Sunday Times.
Lacey apunta a que la fractura actual en la relación entre los hermanos tiene sus raíces en su más tierna infancia, y presenta argumentos a favor y en contra de ambos. Como el público ya conocía a Harry como díscolo e impulsivo, la imagen de su hermano mayor con temperamento formidable y quizás incluso hiriente resultó ser una especie de revelación.
Ataques de ira
Para no quedarse en solo palabras sin fundamento, el autor del libro relata varias escenas de la vida del joven príncipe Guillermo en las que más mostró su duro carácter.
Una de ellas es su reacción a la polémica entrevista de su madre, Diana de Gales, de 1995. En ella, la princesa confesaba mantener una relación con James Hewitt, siendo todavía esposa del príncipe Henry. El entonces adolecente se sintió traicionado por su madre y se puso furioso.
El historiador señala que los ataques de ira de vez en cuando marcaban la adolescencia y la etapa adulta del duque de Cambridge. Otra evidencia de eso fueron los recuerdos de la duquesa de Cornualles, Camilla Parker Bowles, del año de su matrimonio con su padre, el príncipe Carlos.
"Según ella, las disputas habrían sido estremecedoras. Guillermo no paraba de gritar y Carlos Se sometía dócilmente. En el reino de Guillermo, todo tenía que ser perfecto. Si su propio padre no lograba estar a la altura a ojos de su primogénito, este desencadenaba su furia", narra el libro.
El responsable de llevar a Harry por el mal camino
El autor también responsabiliza al hermano mayor de la mala época en la vida que llevó el príncipe Harry, llena de alcohol e incluso de drogas.
Según Lacey, Guillermo no solo introdujo al hermano en el mundo decadente que disfrutaba con sus amigos, sino que abandonó allí a Harry cuando peor lo estaba pasando y cuando más problemas tenía con la prensa.
El historiador también se pregunta por qué la prensa británica, e incluso instancias más altas, se interesaron tanto por el mal estilo de vida de Harry pero no por el de Guillermo, a pesar de ser similar. Y es que es posible que no se pudiesen permitir estropear esa imagen de nieto, hijo, padre y príncipe heredero perfecto, opina Lacey.