Según el historiador Robert Lacey, la monarca británica era consciente de que el duque y la duquesa de Sussex deseaban llevar una vida "común", por lo que tuvo la idea de que se fueran a vivir en Sudáfrica por uno o dos años.
En una parte del libro, publicada por The Daily Mail, el autor cuenta que Isabel II discutió el plan con Sir Christopher Geidt, miembro de la corte británica, y con Sir David Manning, exembajador británico en Estados Unidos que anteriormente trabajó para las casas conjuntas de los Sussex y los Cambridge.
"La gran idea era sacar a Harry y Meghan del país por un buen período. Les daría a todos un respiro. La reina quería ofrecer honor y responsabilidad a la pareja otorgándoles algún papel en su amada Mancomunidad Británica de Naciones, una muestra de confianza muy personal", escribió el historiador.
De acuerdo con Lacey, la monarca "había escuchado y leído mucho acerca del deseo de Harry y Meghan de vivir una existencia 'ordinaria'", de manera similar a lo que vivió la misma Isabel II en los primeros años de su matrimonio. En aquel entonces, el esposo de la futura reina, el duque de Edimburgo, fue designado para una función militar en Malta.
Según el autor, se consideró Sudáfrica como una posible ubicación para la vida de recién casados de Harry y Meghan "y la pareja parecía interesada en la idea". Después de todo, su relación había florecido en África, por lo que tal vez el continente o algún otro lugar de la Mancomunidad podría servir como hogar para su próximo paso.
"Johannesburgo podría ser su Malta", escribió Lancey.
El pasado enero, sin embargo, Harry y Meghan asombraron al mundo al anunciar que renunciarían a su papel en la familia real para seguir su vida de manera independiente de la realeza británica. Actualmente, la pareja vive en Montecito, California (Estados Unidos).