"He sentido la necesidad de luchar contra el populismo autoritario y por eso fue que dejé la candidatura, porque lo peor que nos puede suceder a nosotros en este momento es la dispersión del voto", dijo Áñez en una reunión con autoridades regionales en Santa Cruz (este), según reportó la agencia estatal ABI.
Según todas las encuestas de intención de voto publicadas, Arce es el favorito, habiendo incluso algunas que pronostican que ganará la Presidencia sin necesidad de un balotaje con el segundo más votado, que se espera sea el expresidente neoliberal Carlos Mesa.
La presidenta señaló que el principal objetivo de su gestión, iniciada en noviembre de 2019 tras el derrocamiento de Morales, fue poner fin al modelo de Estado promovido por el exgobernante y a su intento de reeleccion indefinida.
Al llamar a la concentración del voto conservador, aunque sin señalar a favor de qué candidato, la presidenta transitoria afirmó que Bolivia enfrenta la disyuntiva entre libertad y democracia por un lado, o "autoritarismo populista" por el otro.
"Los bolivianos ya tenemos la madurez suficiente como para saber lo que queremos en el futuro, y si quisiéramos todavía el autoritarismo populista de Cuba, que no es la mejor opción de libertad, democracia y economía, que nos sirva como referente para que todos los bolivianos reflexionemos y tengamos días mejores", añadió.
Aparte de los casi diarios discursos presidenciales antimasistas. Morales y Arce enfrentan una decena de juicios promovidos por el Gobierno, el más reciente de ellos el que se anunció este jueves contra el candidato, por supuesto enriquecimiento ilícito.