Cuando faltaban solo 34 minutos para que expirara un plazo estatutario, la Administración Trump redujo a 15.000 el número máximo de refugiados que su país acogerá en el año fiscal 2021.
La reducción de la financiación federal para la gestión de este problema humanitario viene notándose desde hace años en el EEUU de Donald Trump, quien ya ha provocado el cierre de decenas de oficinas de reasentamiento al reducir su financiación. Por si fuera poco, el Departamento de Estado ha optado esta vez por dejar de facilitar información estadística sobre el reasentamiento de refugiados.
Esta decisión coincide con el período de campaña electoral y gran expectación política que vive EEUU a solo unas semanas de sus elecciones presidenciales, que Trump pretende ganar a toda costa. La política de refugiados es uno de los puntos de desencuentro entre los dos partidos. En un acto de campaña en Minnesota, el actual presidente y candidato republicano acusó a su oponente, Joe Biden, de ser demasiado permisivo a este respecto.
"Biden va a convertir Minnesota en un campo de refugiados, y ya lo ha dicho: saturando los recursos públicos, atestando los colegios e inundando los hospitales. Lo saben. Ya está aquí. Es una desgracia lo que han hecho a su estado", alertaba el inquilino de la Casa Blanca a los asistentes al evento.
"Hablamos de decenas de millones de familias desesperadas sin un lugar al que ir y sin esperanza de tener protección a corto plazo", expresó Krish Vignarajah, el presidente del Servicio Luterano de Inmigración y Refugio, que opera con fondos federales para reasentar a los refugiados en Estados Unidos.