Celebrar una boda en época de pandemia es siempre algo arriesgado y más si no se respetan los límites de aforo impuestos a fin de evitar contagios masivos.
Desoyendo las recomendaciones de las autoridades, los novios invitaron a 65 personas a su fiesta en lugar de limitarse a las 50 permitidas. Fue entonces cuando más de una veintena de asistentes se contagiaron, provocando posteriormente olas de contagios secundarios y terciarios en el estado de Maine, con un resultado de ocho fallecimientos, por ahora.
Todo esto supone un duro golpe para Maine, que impuso desde el principio reglas de confinamiento y distanciamiento muy estrictas para luego flexibilizarlas debido a la baja incidencia de contagios. Esto evidencia la importancia que tiene no bajar la guardia y seguir protegiéndose del virus a toda costa.
"Cuando nos enteramos de lo que sucedió, todo el mundo volvió a entrar en cuarentena (...). Todo cerró en el pueblo", dijo Cody McEwen, presidente del concejo municipal.
Por su parte, la gobernadora de Maine, Janet Mills, ha instado a los ciudadanos a tomar conciencia de que este aumento de casos amenaza con arruinar los progresos realizados.
A nivel nacional, eventos multitudinarios y fiestas universitarias están poniendo en jaque la salud pública en EEUU, ya lastrada por una pandemia que ha dejado hasta ahora más de 7 millones de contagios y un balance de más de 203.000 muertos.