Todas las escotillas de la estación se han cerrado para dejar que los controladores de la misión monitoreen la presión del aire en cada módulo de la EEI. Esta no es la primera vez que la NASA ordena cerrar las escotillas. Previamente había tratado de detectar el lugar de la fuga durante un fin de semana en agosto del 2020.
El 24 de septiembre la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de EEUU mandó a la tripulación inspeccionar otra vez varias ventanas, sellos y válvulas con detectores especializados.
La fuga no representa un peligro inmediato para la tripulación. A pesar de los esfuerzos para averiguar por dónde se escapa el aire, "no ha habido nada concluyente todavía, por lo que estamos haciendo esto de nuevo", señaló a Bloomberg el portavoz de la NASA Daniel Huot en un correo electrónico.
¿Todo un año buscando la fuga no es mucho tiempo?
Esta fuga fue detectada ya en septiembre de 2019. En aquel entonces la NASA consideraba que el escape de aire no era tan importante, escribe el portal Science Alert. Otras prioridades, como los paseos espaciales y los intercambios de tripulación, mantuvieron a la agencia y a la tripulación de la EEI demasiado ocupadas para recoger datos suficientes sobre el problema.
Sin embargo, entre junio y agosto los astronautas registraron un aumento en la tasa de aire que se escapa de la EEI por encima de lo normal. Por ello, en agosto los astronautas se confinaron en un módulo de la estación y sellaron otros dos. Después de cerrar las escotillas, realizaron unas pruebas de fuga en cada sección. Pero no consiguieron descubrir la fuente en ninguna de ellas.
Si el escape crece rápidamente en el futuro, los tanques de suministro de aire a presión que la NASA envía a la EEI podrían ser insuficientes. Esta es la razón por la que la NASA ha intensificado la búsqueda en los últimos meses, destaca Science Alert.
"Con la tripulación viviendo y trabajando en estos módulos, fue imposible lograr las condiciones ambientales adecuadas y necesarias para esta prueba", señaló Huot en su conversación con el portal Business Insider.
¿Por qué es arriesgado cerrar el módulo ruso?
El Zvezda, lanzado en julio del 2000, pasó a ser el primer compartimento habitable de la EEI. Dispone de una estación de oxígeno y agua potable. Además, está equipado con una máquina que depura el dióxido de carbono. El módulo también tiene un par de dormitorios, el comedor, el refrigerador-congelador y el baño.
Pero este módulo no es el único que proporciona el soporte vital. El compartimiento estadounidense de la EEI cuenta con su propio módulo en pleno funcionamiento, con generadores de oxígeno, una cocina y varios sistemas de agua potable. Teóricamente, la tripulación podría quedarse en él para dejar a la NASA realizar más pruebas.
El problema, sin embargo, consiste en que el Zvezda se conecta directamente a la nave espacial Soyuz que durante todo el tiempo permanece acoplada a la EEI y que los astronautas necesitan usar para volver a la Tierra. Cerrar las escotillas de este módulo para comprobar si hay fugas haría difícil para Ivanishin, Cassidy y Vágner acceder a la Soyuz rápidamente en caso de emergencia.