Los caballos de Yakutia fueron traídos a Kuzomen, cerca del mar Blanco, en los años 80 del siglo XX. Con el colapso de las granjas colectivas, no había dinero para mantener a los animales y fueron liberados a su suerte.
Los animales en invierno mueren de inanición. Con la llegada del verano empiezan a meterse en las huertas locales. Actualmente en Kuzomen solo vive una yegua y cinco sementales.
Una activista llamada Natalia Chúnina ha empezado a alimentar a estos animales dándoles avena y zanahorias, pero faltan recursos. Por ahora esta es la única manera de sobrevivir para los caballos.
Los caballos y las arenas hacen de la región un lugar atractivo para los turistas, pero la cuestión sobre la supervivencia de los animales salvajes al aire libre sigue sin resolverse.